21 de Enero 2020
Desde el punto de vista turístico seguía el tiempo ideal para aprovechar la playa, con mucho sol y calor. Nosotros fuimos también varias veces durante la semana, equipados con sillas y sombrilla. El jueves hicimos la subida a la cumbre del cerro Del Toro, con picnic incluido, y el viernes vinieron a almorzar los tíos de Mayari. Ellos eran los que le daban acogida en Santa Lucía, pero ahora estaban en su casa de verano en Guazuvirá, cerca de Atlántida. Cuando estábamos por almorzar a la sombra de la cochera se enteraron que se había declarado un incendio cercano a su zona, por lo que ni bien terminamos de comer se fueron de regreso por apreciar la situación. Más tarde supimos que el incendio había sido controlado sin que les causara daños a su vivienda. Mayarí partió de regreso a Santa Lucía ese día también de modo que ahora no esperábamos más visitas antes del 4 de febrero. Por Ana María supimos que era el día que daban de alta a Omar. El fin de semana continuó con sol y calor, y ambos días bajamos a la playa a pasear. Uno de los rosales trepadores del frente nunca había dado flores y según la tia de Mayari se debía a que era del tipo de los que se tenían que extender mucho de modo que lo transplantamos cerca del alambrado del terreno vecino. Lamentablemente sufrió mucho con la operación pues no logramos arrancarlo con toda su raíz en tierra, pero igual dió señales de que pensaba recuperarse.
Lunes 27 de enero. Tuvimos una caida brusca de temperatura, que no superó los 21 grados, y bastante viento por lo que a pesar del día soleado el lunes no fue día para playa pero siempre había mucho que hacer en el jardín. Mientras Alicia estaba ocupada pintando un tercer cuadro me dediqué a reacomodar el caño de desagote de la canaleta trasera, con la idea de que descargara en un tanque detrás del galpón. El tanque aún no lo habíamos adquirido pero ibamos a comenzar a averiguar modelos y precios. Había quedado pendiente un pequeño problema de corrosión en el auto, que aun estaba bajo garantía, de modo que el martes a primera hora lo llevé al taller oficial en Maldonado donde lo dejé retornando a Piriápolis en ómnibus. Iba a estar listo al día siguiente y efectivamente me llamaron al mediodía del miércoles para ir a retirarlo. Me subí entonces a la bicicleta para ir hasta la terminal de ómnibus de Piriápolis, y ya en Maldonado con un calor sofocante caminé los 3 km hasta el taller. Fue un alivio regresar a casa con aire acondicionado, aunque antes del anochecer hubo una brusca caida de temperatura y se levantó un fuerte viento. Tuvimos también una corta e insignificante lluvia durante la noche. Yo había observado que el tanque séptico estaba casi lleno y llamamos a la Barométrica a la mañana del jueves para vaciarlo. Aparecieron cerca del mediodía y no solo vaciaron el pozo sino que limpiaron la grasera, tarea a la que yo le escapaba y que ellos hacían en segundos con su manguera aspiradora. A la tarde fuimos en auto al centro a hacernos de provisiones, pensando ya en la llegada de Gabriel y flía del martes siguiente. El veterano grupo "Les Luthiers" estaba de gira por Uruguay con su última presentación "Gran Reserva" y teníamos entradas para ir a verlos y escucharlos el viernes en el teatro Nacional. Decidimos que era buena ocasión para aprovechar y hacer un paseo cultural por Montevideo y partimos a media mañana para allá. Habíamos visto en varias ocasiones que a la vera de la ruta interbalnearia se instalaba un vendedor de veletas y al verlo allí el viernes paramos para averiguar precios. Tenía varios modelos de veletas con motivos muy bonitos, haciendo dificil la elección, pero de todos modos solo aceptaba efectivo y no llegábamos a los 2500 pesos uruguayos que pedía. De todos modos nos dijo que estaba allí todos los fines de semana y quedamos en pasar otro día. Nuestra primera parada en Montevideo fue en el museo municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes (http://www.blanes.montevideo.gub.uy) , en el barrio del Prado, donde se exhibían obras suyas, de Pedro Figari y de otros pintores en una antigua vivienda señorial proyectada por el conocido ingeniero Capurro en 1870. Detrás del parque que rodeaba la villa estaba el bonito y muy cuidado parque japonés, en el que prevalecía el "no" pues una funcionaria nos conminó a no salir de los senderos, no pisar las piedritas blancas, no entrar a la casa de té y asi sucesivamente, cosa que cumplimos al pie de la letra. La siguiente visita fue al jardín botánico, que estaba en las cercanías. Nunca habíamos estado en ese barrio, que tenía cantidad de casas patricias, mudos testigos de otra época. En el jardín botánico hicimos una larga caminata bajo un fuerte sol, aunque había también buena arboleda. Pudimos observar que el lugar había visto épocas mejores y necesitaba un "lavado de cara", aunque en términos generales valía la pena visitarlo. Ya con bastante apetito continuamos la gira yendo al Mercado Agrícola de Montevideo (http://www.mam.com.uy), antiguo mercado que había sido renovado respetando la construcción original. Allí había gran oferta gastronómica además de tradicionales puestos de venta. Hicimos un almuerzo tardío y comprobamos que habíamos sido demasiado optimistas al quere visitar también el museo de arte precolombino, el cual estaba a punto de cerrar. La función de teatro era a las nueve de la noche por lo que teníamos tiempo de sobra y lo aprovechamos yendo hasta la rambla en la zona del parque Rodó. Estacionamos el auto y salimos a caminar, mate y termo mediante. En la rambla encontramos una simpática pareja brasilera frente a una "Lolita" que nos explicó que venían de una gira de más de dos años, habiendo llegado hasta Ushuaia, y usando siempre el vehículo como casa rodante. Vendían artesanías varias para solventar el viaje y les compramos un par de pulseras como colaboración. Ya se acercaba la puesta del sol y lo observamos bajar con un horizonte totalmente límpido. Encontramos luego un buen estacionamiento frente a un edificio publico, y si bien decía espacio reservado el trapito nos aseguró que "tenía autorización". El recital de Les Luthiers fue mágnífico y durante dos horas nos hicieron llorar de risa con sus originales sketches. Eran casi las dos de la mañana cuando llegamos a casa, y ese 1 de febrero al despertarnos tuvimos la noticia del nacimiento de Ingrid Granlund. Seguramente vendría un segundo nombre de pila...Durante nuestro desayuno hablamos con Viktoria, quien junto con Matias había quedado de niñera de Ellen y Sigrid a la espera de que regresara KF del hospital. La sequía y el calor continuaban en nuestra zona, y recién salimos a afrontar la calle hacia la noche cuando fuimos en bicicleta hasta el Argentino Hotel donde había una charla sobre la mística numerológica del mismo hotel. Los conceptos eran interesantes para quien se interesara en el tema. Fue lindo regresar de noche con las bicicletas bajo un cielo estrellado, ya con temperaturas agradables y una refrescante brisa. El domingo con la particular fecha 02022020, o sea capicúa, decidimos ir a comprar la veleta y salimos temprano a la tarde hacia la ruta interbalnearia donde encontramos el puesto de venta ambulatorio. Optamos por la veleta con silueta de barco velero, y como a Alicia le gustó mucho un simpático buho lo agregamos a la compra. Estando cerca del antiguo balneario La Floresta aprovechamos para ir a visitarlo, y antes de bajar a su enorme playa almorzamos muy bien en el restaurante del club social y deportivo. El agua no era tan oceánica como la de Piriápolis por tener aun bastante componente del rio y no hubo baño allí. En cambio, paramos al regreso en el balneario Solis donde se bañó Alicia mientras yo juntaba una buena cantidad de piedras bocha que abundaban en ese lugar.
Lunes 03 de febrero. Con la inminente llegada de Gabriel y familia, mientras Alicia hacía una limpieza profunda de la casa fuí con el auto a Piriápolis a cortarme el pelo, comprar algunas provisiones faltantes, y también una cámara y cubierta que necesitaba la tercer bicicleta para estar en condiciones. Al regresar a la casa noté una fuerte columna de humo en las cercanías, que era efectivamente un incendio en la ladera oeste del cerro Pan de Azúcar a prudente distancia nuestra pero no por eso menos preocupante. El pais estaba viviendo ya una intensa ola de calor, que acompañada a la sequía reinante creaba condiciones perfectas para los incendios, y de hecho estaban combatiendo dos más, uno pasando Punta del Este y el otro en las cercanías del segundo peaje del arroyo Solis Grande. El martes nos llamó Johanna poniéndonos al día sobre su reciente maternidad y nos contó que todo estaba marchando muy bien en la casa. De paso, el segundo nombre de la niña será Kerstin. A pesar de todos los esfuerzos de los bomberos, al quedar aun focos calientes, el incendio del cerro se reavivó a causa de un fuerte viento del oeste. Cabía preguntarse porque no había un avión hidrante disponible para estos casos, con tanta abundancia de agua en las cercanías. A media tarde llegaron Gabriel, Valeria y Lucía con el ómnibus interdepartamental y los esperé con el auto en la parada 9. A ellos les tocó la gran ola de calor que duró hasta el viernes a todo sol excepto por un corto chaparrón el jueves por la tarde. Con idas a la playa y con la pileta inflable en el jardín fuimos capeando las altas temperaturas, e incluso hubo algun paseo a la rambla de Piriápolis. Ante la gravedad del incendio que amenazaba ya a la reserva de fauna y flora, el miércoles aparecieron finalmente los helicópteros hidrantes y lograron extinguir el incendio antes de tener que evacuar a los animales. Lo pasamos muy bien con los chicos durante su corta visita ya que poco después de la una de la tarde del viernes nos tuvimos que despedir por esta vez. Ese día alcancé a hacerme de algunas provisiones en el almacén antes de estacionar en la terminal de ómnubus de Piriápolis en el momento en que llegaba el ómnibus de Colonia Express con Agustín, Constanza, su hija Luz y Camilo. Con dos niños muy activos el ritmo de vida subió varios puntos, por lo que estuvimos bastante más ocupados atendiendo a las visitas. A pesar de que se deterioró un poco el tiempo hubo diariamente oportunidad de ir a la playa y confiamos en que seguiría asi hasta el día miércoles en que tenían previsto regresar a Buenos Aires. El sábado por la tarde tuvimos una corta visita de Antonio y Antonieta, que vinieron con el auto desde su departamento en Punta del Este, y el domingo fuimos toda la tropa a cenar al restaurante La Caracola del balneario Las Flores. La noche era bien fresca y esta vez tuvimos que abandonar el proyecto de sentarnos en la galería hacia el mar.
Lunes 10 de febrero. Dejando a los niños al cuidado de Coti, después del desayuno hicimos una escapada a Piriápolis con Agustín y él compró un par de pantalones cortos y otro largo a modo de regalo de cumpleaños adelantado nuestro. Además nos hicimos de carne y chorizos para hacer un asado al horno a la noche. La propuesta del martes fue comenzar las actividades con una subida al cerro De Los Burros, lo que hicimos recién al mediodía después de los habituales tardíos desayunos. Después de ese paseo dejamos a los chicos en la playa para ir a reponer mercadería de la heladera y la alacena. Después de ocho días intensos volvió la tranquilidad el miércoles a la tarde, después de la partida de los chicos. El clima estuvo por suerte de nuestra parte ya que ir la playa era la mejor diversión para los niños y pudieron hacerlo todos los días. Los llevé a la terminal de ómnibus de Piriápolis desde donde partieron puntualmente con el ómnibus de Colonia Express, y luego nos dedicamos a "desarenar" la casa restituyendo también el dormitorio pequeño a su condición normal. Me habían avisado desde el taller que había llegado el repuesto que teoricamente debía eliminar la falla del sensor del "airbag" del auto y el jueves fuí a Maldonando donde en poco tiempo lo reemplazaron. La tarde la dediqué a preparar una plataforma de madera para instalar la veleta en el techo quedando montada el viernes y en acción. Continuaba el tiempo en modo playa y acompañé a la tarde a Alicia a la costa. Como nada es perfecto, ese día había bastantes aguas vivas pero con la transparencia del agua era facil sortearlas para ella. Ese día, ya inmortalizado casi universalmente por san Valentín, habíamos pensado ir al cine en Punta del Este y cenar allá, pero nos acobardó el calor y el horario de la película por lo que cambiamos de planes e hicimos reservas para ir a la hostería Bella Vista a cenar con música en vivo. Esta pintoresca hostería estaba ubicada sobre la ruta de la costa a ocho kilómetros hacia el este y tenia una galería techada hacia el frente donde nos ubicamos para comer y escuchar un dúo que pertenecía al cuarteto con el particular nombre de "La Condesa de Hong Kong". Los artistas eran Dea Hirschle (soprano) y Federico Hasenbalg (tenor), ambos de evidente ascendencia alemana. Los temas de esa noche fueron jazz y blues, muy bien interpretados. Dea Hirschle intepretó canciones en nada menos que seis idiomas: español, ingles, alemán, francés, italiano y portugués, con excelente dicción. Fue un recital estupendo y muy aplaudido. Mientras estábamos allí vimos pasar una interminable caravana de vehículos provenientes de Montevideo. Un regalo de cumpleaños pendientes a Alicia era el vale para un paseo en lancha y ya cerca de tener un año de antiguedad llamé e hice reservas para el día sábado. Alicia alcanzó a ir a la playa por la tarde antes de partir al centro, y como justo era el día en que se hacía la doble maratón de San Antonio había cantidad de calles cortadas de modo que tuvimos que dejar el auto a una buena distancia del puerto siguiendo a pié. El atardecer era perfecto para un paseo por la bahía de Piriápolis, con cielo despejado y casi sin viento. Durante más de una hora dimos vueltas por la bahía, con algunas breves explicaciones de uno de los tripulantes. Daba para como para un paseo guiado completo pero evidentemente no estaba previsto. De todos modos fue muy disfrutable y la puesta de sol espectacular. La marataón continuaba hasta medianoche y con las calles cortadas el caos vehicular era total, pero lentamente nos fuimos abriendo paso y llegamos sin inconvenientes a la casa. El domingo a la tarde fuimos a la playa abarrotada de gente y caminamos por la orilla del agua esquivando aguas vivas. No obstante Alicia se dió un par de chapuzones.
Lunes 17 de febrero. El pronóstico de lluvia para la noche del domingo quedó en la nada pues apenas cayeron unas gotas y nuevamente tuvimos un lunes caluroso y pesado a pesar de estar bastante nublado. Un nuevo frente avanzó a la noche causando un diluvio en Buenos Aires y en Montevideo, pero apenas afectó nuestra comarca ya que solo tuvimos un fuerte chparrón que no duró mucho y poca actividad eléctrica. El martes nos levantamos para subirnos directamente al auto y salir al centro de Piriápolis pues Alicia tenía que solicitar turno en la policlínica para hacerse analisis de control de la tiroides. Aprovechamos para hacer compras en la proveeduría habitual antes de regresar a desayunar. Durante todo el día tuvimos un fuerte viento y algo de lluvia, aunque Nicolás pudo igual hacer el corte habitual de pasto. Alicia se dedicó al día siguiente a retocar el cuadro que me había regalado mientras yo hacía un poco de jardinería, y más tarde fuimos en bicicleta a la playa, aún bastante concurrida, a caminar por la costa. Queríamos ver ambos a nuestra doctora para hacernos un chequeo y como ya no se podía pedir turno por teléfono madrugamos el jueves y fuimos a la policlínica de Piriápolis donde nos encontramos ya con una apreciable cola pero conseguimos nuestros turnos para la semana siguiente. A la caza de un tanque para recolección de agua de lluvia continuamos luego viaje a Maldonado para ver que podía ofrecer Sodimac. No tuvimos éxito con este tema pues "el que sabía" era poco profesional y cooperativo cuando le pedimos asesoramiento. De todos modos no había tanques en stock y no sabían cuando llegarían. Donde sí tuvimos éxito fue en el sector camping pues encontramos sillas de lona plegables y con funda, artículos que habíamos estado buscando por un tiempo pues facilitaban mucho el transporte de sillas a la playa en bicicleta. Habíamos escuchado que en la casa de la cultura iban a dictar un curso de conocimiento y rescate de serpientes venenosas, y decidimos participar del mismo. El viernes estuvimos puntualmente a las cinco de la tarde y durante cuatro horas recibimos en forma muy amena un cúmulo de información sobre las serpientes venenosas del Uruguay y en particular las que se podían encontrar en Piriápolis que eran la yarará y la crucera. El matrimonio que daba el curso estaba a cargo del reptilario de Piriápolis y tenían un ámplio conocimiento del tema. El curso continuaba del mismo modo el sábado, aunque ya pensaban traer serpientes, por lo que Alicia decidió no ir. Ese día aprendimos que hacer en caso de encontrarnos con una serpiente, que hacer en caso de mordeduras y muchos temas interesantes más. El domingo se hacía un taller en el reptilario en contacto directo con las serpientes, pero no fuimos. Un bicho de otras especie que nos tenía preocupados era el que se escuchaba de tanto en tanto en el techo de la casa sobre la mesa de la cocina. Ya lo habíamos escuchado el añ anterior, y no parecía haber respondido a los intentos de fumigación, por lo que deicidí tomar el toro por las astas y desarmar las dos primeras hileras del techo de machimbre. Eso fue posible gracias al original y muy criticado método que había usado nuestro constructor para montarlo. Al sacar la madera eliminé también la engorrosa y poco saludable aislación de lana de vidrio. A primera vista se veía todo intacto, pero investigando bien descubrimos una tablita de machimbre y un listón totalmente carcomidos por dentro y con cantidad de túneles. Un gusano llegué a ver antes de deshacernos del material. A partir de allí comenzó la tarea de volver a montar todo, no sin antes dar una buena pintada con protector de madera.
Lunes 24 de febrero. Afortunadamente tenían placas de poliestireno expandido en el corralón del barrio, si bien por el tamaño tuve que hacer varios viajes con el auto. Después de colocar este aislante tratando de cubrir todos los recovecos, continué con el trabajo de montaje de machimbre, aunque el martes hice una pausa ya que por la tarde vinieron Hilian e Isabel a visitarnos. Hubo que dar una vuelta por el pueblo para comprar los ingredientes necesarios pues pensábamos ofrecerles pizzas y figazzetas. Pasamos una tarde muy amena con ellos y quedamos en que tal vez iríamos a ver el jueves a la noche el desfile de candombe en Punta del Este. El miércoles continué todo el día con el techo y avancé bastante, calculando poder terminar de armar todo al día siguiente. Luego sería cuestión de agudizar el oido para detectar cualquier otro gusano, si lo hubiera. La ida a Punta del Este quedó suspendida pues Alicia estaba con inflamación intestinal y no se sentía con ganas de ir a un espectáculo que podía ser muy largo y terminar bien entrada la noche. Tal como estaba pronosticado, el buen tiempo se mantuvo inamovible y durante el fin de semana bajamos a la playa donde según Alicia el agua era totalmente oceánica. El domingo se produjo además la toma de mando del nuevo presidente uruguayo y con ella un cambio de rumbo de la conducción del pais que no auguraba nada bueno por más promesas que hiciera. Al ser además una coalición de partidos que incluía uno de neto corte retrógado y conducido por el recientemente retirado comandande en jefe del ejército, el gobierno se acercaba peligrosamente a una coalición cívico militar.
Lunes 2 de marzo. Con el sol habitual y promesa de más de 30 grados de temperatura fuimos al centro a hacer algunas compras, y como teníamos una impresora vieja de la que nos queríamos deshacer nos acercamos al vertedero que estaba detrás del castillo de Piria. En la entrada nos informaron que se podía tirar de todo menos animales muertos y que no se hacía ningún tipo de reciclaje. Nos encontramos con un paisaje desolador, con basura de todo tipo tirada en el monte, y no tuvimos estómago para dejar allí la impresora. Habían comenzado las clases en Uruguay y se vió claramente en la playa, donde la cantidad de turistas se había reducido drasticamente. Habíamos pedido turno para el jueves a la mañana con nuestra doctora en la policlínica de Piriapolis, en mi caso para hacer un chequeo general y en de Alicia para conocer los resultados de los análisis que se había hecho en diciembre. Como era la constumbre de esta doctora la lista de análisis que me ordenó fue interminable, e incluía una ecografía de próstata a hacer en el hospital de Pan de Azucar el 2 de abril. También me tomó la presión, que como entender estaba un poco alta, y me recomendó hacer tres controles semanales en la policlínica además de los diarios que podía hacer con nuestro aparato. Esos datos tenía que mostrarlos en la próxima visita. En cuanto a Alicia se encontró con que tenía anemia, lo que explicaba la sensación de cansancio que tenía ultimamente. Le recetó hierro, pero para comenzar a tomar recién el martes 10 después de hacer un nuevo análisis de sangre. En otro tema, habíamos puesto en marcha el proyecto de agregar una puerta mosquitero en la entrada, para lo cual contactamos a un carpintero conocido de Osvaldo. El hombre prometió venir a medir el domingo de la semana anterior a pesar de lo cual ni apareció ni llamó, algo bastante habitual en el gremio. Ante esa situación decidí intentar hacerla yo y para ello fuimos al aserradero a encargar los listones, que fuí a buscar el viernes pasado para comenzar de inmediato con la tarea de cortar y armar. A eso dediqué el fin de semana, y aunque faltaban aun algunos detalles quedó montada el domingo por la tarde.
Lunes 9 de marzo. Después de los intensos calores de la semana anterior vino el alivio con una apreciable caida de temperatura e incluso con un poco de lluvia. La caida de agua fue desde luego insuficiente para el campo, al punto que el gobierno declaró la emergencia agropecuaria para cinco departamentos del sur del país a causa de la sequía. Después de pasar por la policlínica a tomarme la presión compré tapajuntas para darle la terminación final a la puerta mosquitero y las corté luego a medida, colocándolas el martes previa pintada con protector de madera. Alicia comenzó a tomar su medicación, a la espera del resultado de los análisis que se hizo el lunes, además de quedar a la espera del turno para la coloscopía ordenada por la doctora. El miércoles recibimos una linda sorpresa de Viktoria y Matías con la novedad del embarazo de Viktoria, ya en la semana 14, de modo que se esperaba la llegada de mi octavo nieto o nieta a mediados de septiembre. Una corta lluvia nos dió un leve respiro a la noche, pero otros nubarrones más preocupantes se comenzaron a acumular el jueves con medidas de precaución de todo tipo tomadas a causa del avance del corona virus en el mundo que incluían suspensiones de vuelos entre continentes. Ya no estaba tan lejos la fecha de regreso a Suecia y comenzamos a hacer planes ante la posibilidad de que nos vieramos obligados a contar con una postergación de incierta duración.