27 de Enero 2023
De pasada hacia Piriápolis entramos a Montevideo a buscar las llaves de la casa pues la sobrina de Alicia había pasado el fin de semana en la cabaña. Estaba muy mortificada ya que se había llevado por delante el mosquitero de la puerta balcón que había descarrilado y no había logrado montarlo nuevamente. En el trayecto a casa entramos a hacer compras en la Tienda Inglesa de Atlántida. Aparte del detalle del mosquitero estaba la casa en perfecto estado y conociendo el sistema monté sin problemas el dichoso mosquitero. Pasamos un fin de semana muy tranquilo, con playa ambas tardes y con los tradicionales ñoquis el domingo, esta vez con pesto.
Lunes 30. Sin mayores variaciones en el clima concurrimos hicimos compras en el centro por la mañana y pedimos también que nos trajeran una garrafa de repuesto pues se nos había vaciado una semana antes. Bajamos nuevamente a la playa a la tarde cuando el sol no era ya tan fuerte. Tanto como lo permitía el fuerte sol hice al día siguiente un poco de jardín y más tarde bajamos con las bicicletas a la playa. Cuando armamos nuestras sillas en la arena me percaté que había dejado la matera de madera al lado de la bicicleta, estacionada junto a la ruta. Cuando regresé a buscarla solo pude comprobar que había desaparecido, robada durante los escasos quince minutos en que estuvo allí. Con este disgusto cerramos el mes de enero. El primero de febrero cumplía tres años Ingrid y lo celebraban yendo a Malmö a almorzar en compañia de su padre. La fiesta en la casa sería el sábado siguiente. Yo habia comprado más protector de madera y le dí una segunda mano a la columna nueva. Como nuestra matera de colgar había quedado en Suecia llevamos mate y termo en una mochila a la playa por la tarde. Por fin habían desmejorado las condiciones climáticas y se había nublado al punto que se sentía un poco de frío a causa del viento. Al día siguiente tuvimos que madrugar de verdad pues Alicia tenía que dejar sangre a las seis en la policlínica. Recién amanecía cuando partimos para allá.Con unos ángulos metalicos que atornillé en cada esquina del marco de aluminio del mosquitero de la puerta balcón logré darle más rigidez y mejorar el funcionamiento del baqueteado mosquitero. Por Mercado Libre pedimos un nuevo termo y encontramos una original matera tipo mochila que nos podía ser util por lo que la encargamos también. Mate y bombillas teníamos, y la matera de madera para el auto pensamos conseguirla en la feria. Amenazaba con llover y finalmente cayó un buen chaparrón a media tarde, tal vez no suficiente para los campesinos pero era de todos modos un alivio. Además podría ayudar a apagar los focos de incendio que aún persistían en el cerro del Toro, en las cercanías del viñedo. El viernes partimos temprano para Maldonado pues Alicia tenía un turno con la endocrinóloga para controlar su tiroides. Como era costumbre, la doctora la atendió con casi una hora de atraso, y por suerte no encontró variaciones anormales al hacer el control. Llevábamos también ropa que Alicia quería donar al Emmaus y para allá fuimos, solo para ver que estaba cerrado. Sodimac se encontraba cerca y continuamos hacia allí pues necesitábamos reemplazar el monocomando de la pileta de la cocina que estaba perdiendo. Salimos con más productos que lo planeado, incluyendo una pequeña bomba eléctrica sumergible que necesitaba para vaciar el pozo de la pileta de la parrilla. Luego regresamos al centro de Maldonado para almorzar en el restaurante Florida 898, el mismo al que habíamos invitado a Hilian e Isabel. A pesar de que había mucho viento y caía uno que otro chaparrón decidimos hacer una visita al parque de las esculturas en Manantiales ya que habían inaugurado las imponentes instalaciones del museo y había varias exposiciones. Antes de entrar al museo abordamos un carrito eléctrico que podía llevar hasta una docena de personas para hacer el recorrido del parque en forma gratuita. El mismo se había extendido tanto que probablemente mucha gente no iría a pie hasta el fondo. Además el chofer oficiaba de guía y nos fue nombrando los autores y otros datos de todas las esculturas. De las tres exposiciones itinerantes del museo la que más nos impactó fue la del artista argentino Le Parc, radicado en Francia, que exponía fantásticas obras de arte cinético. Notablemente, a sus 94 años seguía en plena actividad. Como habíamos ido hasta Manantiales por la costa, completamos el circuito regresando por la ruta 9 pasando por San Carlos. Ese mismo viernes operaron a mi hermana de la rodilla izquierda y por Laura nos enteramos de que la operación había sido exitosa. El sábado probé la bomba sumergible, que funcionó muy bien. Tuvimos algunos chubascos muy bienvenidos durante el día y a la noche fuimos a cenar al restaurante La Corniche para escuchar luego al duo integrado por el guitarrista Quique Sinesi y la cantante Macarena Robledo, ambos argentinos. Esta vez quedamos desconformes con la actuación de la cantante pero compensó el excelente guitarrista. Los movimientos varios de la platea de la vereda de la casa habían causado deterioros en la pastina de algunos cerámicos y dediqué parte del domingo a colocar pastina nueva, aunque no llegué a terminar el trabajo, bastante ingrato por cierto. Ese día cumplía 52 años de vida el Frente Amplio, partido que ahora estaba en la oposición pero que había gobernado durante quince años introduciendo grandes reformas en el Uruguay. El acto más importante tenía lugar en la rambla de Parque del Plata, a medio camino entre Piriápolis y Atlántida. Alicia rescató unas banderas que teníamos guardadas y partímos para allá a la puesta del sol. Esta vez caimos en la importante cola de vehículos que regresaban a Montevideo, aunque por suerte dejamos la interbalnearia muchos kilómetros antes. Había una multitud grande asistiendo al acto y por supuesto cantidad de kioskos de venta de comida, bebida y otros productos. Llegamos justo cuando comenzaba su discurso el orador principal, que era el presidente del Frente, y que fue muy ovacionado. Al finalizar su arenga comenzó la música en vivo, aunque nosotros preferimos emprender el regreso previa pasada por uno de los kioskos a comprar choripanes que comimos sentados en la rambla a la orilla del arroyo Solís Chico. Era una noche apacible y con una fantástica luna llena. También dimos con un kiosko que entre otras cosas vendía materas de madera para el auto, que necesitábamos para reemplazar la matera robada.
Lunes 6 de febrero. Mientras Alicia hacia su escapada matutina habitual a la playa encaré la tarea de cambiar la canilla de la cocina, con cierta aprensión, ante el riesgo de que quedara con alguna pérdida. Pensaba que esta vez no iba a ser necesaria la asistencia de Ricardo. Por suerte no tuve ninguna dificultad y la mesada quedó con su monocomando nuevo, esta vez de color negro para salir por una vez del tradicional plateado. A la tarde fui a hacer el control de presión de rutina (13/8) en la policlínica y pasamos por el Depósito a hacer compras antes de bajar a la playa con las bicicletas. El termo encargado por Mercado Libre llegó también, entregado a domicilio. Laura nos mandó un par de videos mostrando cómo mi hermana dejaba el hospital ya dada de alta. El cielo estaba despejado hacia el norte y en cuanto oscureció salimos afuera para tratar de identificar el famoso "cometa verde", y efectivamente pudimos verlo sobre el horizonte como una titilante estrella más pero de vívidos colores. El martes continué reparando juntas con pastina y avancé bastante pero aún quedaron algunas partes pendientes. Con una tarde muy calurosa bajamos también a la playa con el auto. Había bastante viento lo que ayudaba a atemperar el clima. Nuestros respectivos turnos con el traumatólogo eran al día siguiente en Maldonado, y esta vez nos atendió el medico a horario. A Alicia le dió una orden para hacerse una ecografía del hombro que le molestaba y a mi me mandó a hacer una tomografía de la columna para ver en más detalle cómo estaban las vértebras. Hicimos un nuevo intento de dejar ropa en el Emmaus de Maldonado y nuevamente lo encontramos cerrado al público pero por suerte tenían actividades para niños en un local adjunto y pudimos dejar allí nuestra donación. El almuerzo lo hicimos en el restaurante "Volver", al que ya habíamos ido en muchas ocasiones anteriores y no nos falló el menú de entrecot con fritas - más panqueque con dulce de leche para mi y helado para Alicia -. Durante nuestras idas y venidas se había ido cubriendo el cielo con nubes muy oscuras que no presagiaban nada bueno por lo que retornamos con celeridad a la casa para ponernos nosotros y el auto a resguardo, previa pasada por la casa del arquitecto Guido a quién finalmente pudimos encontrar. Como era típico de él nos hizo una confusa historia sobre el trámite de regularización de la casa, según la cual faltaban aun datos para la evaluación. Además nos pidió las medidas del parrillero, que no figuraba en los planos anteriores. El sainete continuaba. El mal tiempo pasó sin afectar la comarca pero si causó problemas de inundación en barrios de Montevideo. Una buena lluvia no nos habría venido mal. Al auto le tocaba el segundo service anual de garantía por lo que lo llevé el jueves a la mañana al taller de Lemos en Pan de Azucar y me quedé allí esperando que completaran el trabajo además del lavado del auto. A pleno sol y con bastante calor bajamos a la playa al atardecer. Los últimos retoques de pastina los hice al día siguiente comenzando temprano pues la temperatura llegó en el día a un pico de 33 grados. A la tarde fui hasta el centro a tomarme la presión (14/9) en la policlínica y también pasé por la ferretería a comprar protector de madera con base de agua pues tenía que aplicarlo a algunas maderas dentro de la casa y quería evitar el olor a solventes. La máxima del sábado fue de 36 grados y aun iba a aumentar más el domingo. Había llegado nuevamente el momento de poner en marcha el aire acondicionado y tomar mucho líquido. Alicia bajó a la playa al atardecer mientras que yo preferí quedarme en la casa. Habíamos reservado mesa en La Corniche para asistir al recital de tango y folklore de Maia Castro y como coincidía con la multitudinaria corrida de San Antonio estaba todo el centro de Piriápolis cortado. Tuvimos que hacer un ámplio rodeo a la ciudad para poder llegar a Punta Colorada con el auto. A la cantante Maia Castro la acompañaban dos guitarristas y su recital fue excelente hasta el punto que nos pareció extremadamente corto a pesar del bis que se les pidió. La noche fue muy calurosa pero descubrimos que poniendo el aire acondicionado del dormitorio en modo ventilación teníamos una leve brisa casi sin ruido y sin pasar frio. El domingo fue una copia, con un pico de 38 grados, que nos mantuvo encerrados hasta el atardecer. En un momento de la tarde se cortó el suministro eléctrico, quedandonos sin aire acondicionado, pero afortunadamente se restableció casi de inmediato.
Lunes 13. Le dí una mano de protector a la mesa de la cocina, la mesada de madera y la mesada de la pileta del baño, comprobando que efectivamente esta protector con base de agua no daba ningún olor. Alicia había quedado en encontarse con su amiga Rosita en el centro por la tarde y aprovechamos la ida a Piriápolis para hacer compras además de comprar entradas para asistir el domingo al festival de canto en Pan de Azucar. Entre otros, iba a actuar Pepe Guerra que era uno de nuestros folkloristas favoritos. A la tarde alcancé a dar una segunda mano de protector. Después de su encuentro con Rosita, Alicia volvió caminando por la rambla y nos encontramos en la plaza Armenia donde armamos nuestras sillas playeras y nos sentamos a tomar mate frente al rio mientras caía la noche. Ya en plan de ir armando nuestro viaje al norte argentino, Alicia reservó el martes pasajes para cruzar a Buenos Aires con Colonia Express el día 21 de marzo. A la tarde fuimos a la playa y nos encontramos con que estaba invadida de medusas. Estos animales aparecían sorpresivamente de un momento a otro. Poca gente entraba al agua mientras que los niños se divertían con los bichos. Siendo el día de San Valentín habíamos hecho una reserva para cenar en el restaurante Kraken (monstruo de la mitología nórdica que era un calamar gigante capaz de hundir barcos) de Punta Colorada, donde nos sirvieron muy buena comida además de brindar una atención excelente. Alicia tenía turno al día siguiente a la tarde en el hospital de Maldonado para hacerse una ecografía del hombro derecho que le estaba provocando muchas molestias. Estando allá dimos luego una vuelta por la rambla de Punta del Este observando cómo rompían las olas en las rocas que limitaban el río con el océano y antes de regresar pasamos por una heladería del centro. Teníamos aun una actividad más pues habíamos reservado lugares para hacer la excursión en barco en el puerto de Piriápolis. Con un hermoso atardecer zarpamos a las siete y nos llevaron hasta Punta Fría con un mar de fondo apreciable que hacía cabecear bastante a la embarcación. Poco faltó para que nos mareáramos. Observamos una espectacular puesta de sol y luego, ya anocheciendo, retornamos a la bahía de Piriápolis para apreciar el centro iluminado de la ciudad desde el agua. Se iba a producir un cambio en el clima con la llegada de un frente frío y se tenía la esperanza de que el viernes vendría la tan necesaria lluvia. El jueves a la mañana tenía turno Alicia con la dentista en el centro de Piriápolis y después se encontraba con su amiga Rosita para almorzar. Aún sin lluvia pero ya con viento trabajé un poco en el jardín sacando yuyos y esperando el regreso de Alicia que volvió caminando. La lluvia llegó al día siguiente por la tarde, acompañada de una dramática caida de la temperatura. Alicia fue hasta una peluquera cercana a casa mientras que yo prendía la estufa a leña, algo absolutamente inusual en pleno verano. De paso se coló una ranita con la leña que traje desde el parrillero y pese a mis esfuerzos por sacarla afuera terminó escondiendose en algún rincón de la casa. Tal como estaba planeado, Magela llegó con su hermano y con sus dos hijos el sábado por la mañana en vuelo de Iberia. Nosotros fuimos hasta el aeropuerto a esperarlos y de paso colaboramos con el traslado hasta la casa de su padre. Más tarde pasamos por un shopping nuevo a almorzar y hacer algunas compras y antes de regresar a casa fuimos a saludar a nuestra amiga Manuela, quien estaba practicamente recluida en su domicilio esperando el turno para operarse de la cadera. Durante el fin de semana se hacía el festival anual de canto en el predio municipal de Pan de Azúcar y nosotros habíamos comprado entradas para el domingo pues nos interesaba escuchar al folclorista Pepe Guerra. Llegamos allí ya de noche, pero comprobamos que aun iban a actuar dos artistas antes que él. Había cualquier cantidad de puestos de venta diversa, incluidos aquellos que ofrecían choripanes, y esa fue nuestra cena. Llegó la medianoche, el rocío y una brisa bien fresca, y aun ni cerca de la presentación de Pepe Guerra de modo que levantamos nuestras sillas playeras y volvimos a casa.
Lunes 20. El Congo nos había invitado a compartir una corvina a la parrilla en su casa al mediodía y con mucho gusto fuimos para allá pasando como siempre un rato muy lindo con ellos. Había vuelto el buen tiempo y el calor, y se reanudaron las bajas a la playa. Olivia cumplía sus dos años el martes 22 y los ubicamos veraneando en Villa Gesell con familiares de Valeria. Alicia estaba con malestares de estómago y con decaimiento y así continuó el hasta el jueves, sin que pudieramos identificar las causas. El viernes ya estaba en franca mejoría y comenzando los preparativos para la llegada de visitas. Ante esto llamamos para que vaciaran el pozo negro ya que estaba cerca del límite, y a la tarde fuí hasta el hospital de maldonado a hacerme la tomografía de columna que me había pedido el traumatólogo. Cuando regresé de allá salimos de compras en Piriápolis. Lucía, la sobrina de Alicia, llegaba el sábado al mediodía con su perrito y también recibimos el aviso de nuestros amigos de Malmö Carlos y Mariche que estaban de pasada por Montevideo y vendrían a saludar. Terminamos almorzando todos juntos en casa y salimos luego a dar una vuelta por el cerro San Antonio y el puerto de Piriápolis. Lucía se quedó a la noche pues quería encontrarse el domingo con los hijos y nietos de Alicia, quienes llegaron a media tarde para quedarse hasta el martes. Lucía partió de regreso a Montevideo con su perrito y Alicia hizo unos ricos malfati (ñoquis) para la cena. Luego dimos una vuelta por Pirapolis incluyendo parada obligatoria en la heladería El Faro.
Lunes 27. El tiempo estaba excelente y los chicos pudieron aprovechar bien la playa. Dimos una vuelta por El Depósito con el propósito de comprar lo necesario para el asado de la noche que hicieron Leo y Marcos y que comimos en la cochera retirando el auto. Les habíamos cedido el dormitorio grande a Magela, Leo y los niños, el dormitorio chico lo ocupó Marcos y nosotros armamos el sofá cama en el living en el que dormimos dos noches. Los hijos de Alicia volvían a Montevideo el martes, pero antes de eso y después de la playa nos juntamos todos a almorzar en el restaurante del cerro San Antonio donde nos encontramos también con Hilian e Isabel además de su hijo mayor con la novia. En total eramos trece personas alrededor de la mesa y fue una linda reunión de reencuentro pues Magela y Marcos habían sido amigos de niños en Växjö con los hijos de Hilian e Isabel. Después de quedarnos solos en la casa bajamos a la playa y vimos la puesta del sol. La lluvia llegó al día siguiente a la mañana, acompañada de tormenta eléctrica. Nosotros fuimos hasta el hospital de Maldonado pues Alicia tenía turno con el traumatólogo quien con los datos de la ecografía le diagnosticó tendinitis en el hombro derecho. La lluvia fue muy poca y el sol volvió a la tarde asi que hicimos playa nuevamente. Después de la estadía de la familia nos quedó una buena cantidad de lavado que hicimos el jueves aprovechando el sol y la baja humedad. Alicia tenía un nuevo turno en Maldonado para hacer una ecografía ginecológica por la tarde y estando allá se nos ocurrió quedarnos luego en la cercana playa del Portezuelo hasta el anochecer llegando a la casa ya de noche. Esperábamos la llegada de Osvaldo, quien se enontraba solo de paseo por Uruguay, para el día siguiente. Adelantó la hora de llegada pues estábamos aun de compras en Piriápolis cuando se presentó en la casa y nos tuvo que esperar afuera. Nosotros invitamos a Congo y Lena a unirse al almuerzo, que consistió de dos pollos al spiedo que habíamos comprado en el centro. La tertulia de sobremesa fue bien larga, aunque entremedio llevé a Osvaldo hasta el banco donde tenía que hacer un trámite. Fue un día de extremo calor y optamos por mantener todo cerrado y activar los dos aparatos de aire acondicionado. Osvaldo se quedaba a dormir esa noche y después del desayuno del sábado lo llevamos hasta la casa de otro amigo donde se iba a quedar, siguiendo la gira planificada. Nosotros habíamos cargado el auto con lo necesario para pasar dos días en Montevideo y bajo una intensa lluvia partimos luego hacia allá. La primer parada fue en la casa de Jorge para recoger a Elisa y Nicolás pero resultó que sus padres, que estaban en el centro de Montevideo con el auto de Jorge, habían olvidado dejar los asientos de los niños por lo que esperamos a que volvieran y luego fuimos todos a almorzar al restaurante "La Diecisiete" sobre la rambla de la Ciudad de la Costa. La lluvia había pasado y despues del almuerzo nos hicimos cargo de los niños para llevarlos al parque Rodó. Allí anduvimos primero en un bote a pedal en el lago y luego los entretuvimos en el parque infantil adyacente con los diferentes juegos que ofrecían. El "gusano loco" era uno de los más populares y ya existía cuando Alicia era niña. Cuando se puso el sol nos acercamos hasta el centrico hotel Europa, donde habíamos reservado dos noches, e hicimos el check-in dejando nuestros bártulos. Luego emprendimos el regreso a la casa de Jorge, casi 30 kilómetros, a dejar los nietos de Alicia pues teníamos planeado ir a ver el desfile del concurso de llamadas en la avenida principal de la Ciudad de la Costa. Fue un espectáculo muy colorido y muy apreciado por la concurrencia y nosotros nos quedamos hasta casi el final. En camino al auto encontramos un kiosco que vendía chorizos y nos tentaron. Así completamos las actividades del día y regresamos al hotel. Esteban, el hijo de Hilian e Isabel y su novia habían partido de regreso a Suecia el viernes y ellos los habían llevado al aeropuerto, quedandose luego en el mismo hotel que nosotros. Nos vimos con ellos en el desayuno del domingo y más tarde nos volveríamos a encontrar en la fiesta de cumpleaños que le habían organizado a Nicolás. Antes de ir a esa fiesta salimos a buscar velas para la torta de cumpleaños y hacer otras compras. La reunión se hizo en el salón comunitario del barrio cerrado donde vivía Jorge y vino mucha gente, mayormente familiares y Nicolás recibió tantos regalos que tuvieron que pagar una valija extra para el regreso a Suecia. Se prendió la parrilla y hubo cantidad de chorizos, pizzas y bebida además de la torta con los cantos en sueco y en español. Cuando emprendimos el regreso al hotel paramos en la rambla de Carrasco, sacamos las sillas playeras y tomamos unos mates en la playa a la puesta del sol. Alicia había encontrado un restaurante vasco (Taberna Vasca) en Montevideo con buenas recomendaciones y como estaba cerca del hotel dejamos el auto y fuimos caminando. Allí cenamos bien en un ambiente antiguo muy acogedor y con buena atención.
Lunes 6 de marzo. Nicolás cumplía 6 años ese día y su tía abuela Rita invitaba a una reunión de festejo al anochecer en su casa de Montevideo. Después del desayuno dejamos el hotel y dimos unas vueltas por el centro antes de ir al shopping Nuevocentro a pasar la tarde escapando al fuerte calor. Además de almorzar en el patio de comidas hicimos algunas compras además de sandwiches para la reunión. Cuando aflojó un poco el calor nos trasladamos al jardín botánico cercano y mateamos a la sombra de los árboles. Ya de noche fuimos hasta la casa de Rita y se unieron los hijos y nietos de Alicia. Nosotros teníamos que regresar a Piriápolis por lo que nos retiramos relativamente temprano. A las once de la noche esábamos de regreso. Casualmente partía Rita con su marido Julián al día siguiente a Bariloche y tuve oportunidad de darles un poco de información que tal vez les podría ser útil. La familia de Alicia, excepto Marcos, partía de regreso a Suecia el miércoles y nos ofrecimos para ayudarlos en el traslado al aeropuerto. Al mediodía estábamos en la casa de Jorge y desde allí llegamos en pocos minutos al aeropuerto donde había una multitud haciendo la cola para los trámites de embarque. Después de despedir a los viajeros regresamos a Piriápolis y a la noche fuimos hasta la plaza Artigas donde había un espectáculo musical celebrando el día de la mujer. Como tenía desde hacia unos días un crecimiento extraño, tipo verruga en el tobillo izquierdo fui el jueves a la policlínica a sacar turno para mostrarlo a nuestra doctora. Conseguimos hora para el mismo día y ella opinó que debería verlo un dermatólogo aunque no me podía asegurar cuando demoraría. De todos modos me dió pase a cirujía estética y quedé en lista de espera. Optamos entonces por contactar una clínica privada en Maldonado, consiguiendo turno para el día siguiente. Allí me controló una dermatóloga que opinó que había que sacarlo, aunque sin apuro. Me dió una pomada y de paso observó todos mis lunares sin encontrar ninguno peligroso. Obtuve un turno con una cirujana plástica recomendada por la dermatóloga para el 11 de abril. Alicia se reunió más tarde con su amiga Rosita en Piriápolis y la fui a buscar luego con el auto para ir a la playa. Habíamos acordado con Hilian e Isabel que les haríamos una visita en Valizas y el sábado a media mañana cargamos el auto y partimos. Ellos nos esperaron para almorzar, lo que hicimos en su atractivo jardín protegidos del fuerte sol por una pérgola recién construida. Con Isabel hicimos más tarde una larga caminata de playa y llegamos hasta la barra del arroyo Valizas, que a causa de la sequía estaba tan bajo que se había cortado la salida al océano. Nos quedamos hasta el domingo, día en que almorzamos tardíamente en el restaurante Proa sobre la playa. Nuestra estadía se extendió hasta casi el anochecer por lo que la mayor parte del trayecto de regreso fue de noche con bastante tráfico. Habiamos observado en la ida a Valizas que estaban trabajando en la ampliación de la ruta 9 para hacerla de cuatro vías hasta el Chui, algo muy necesario en verano para disminuir el riesgo de accidentes.
Lunes 13 de marzo. Otro día agobiante y sin señales de lluvia. El calor había hecho estragos con las pobres lombrices de la compostera y tuve que hacer una buena quita de lombrices muertas. Ese lunes pusimos en marcha los dos equipos de aire acondicionado y no nos movimos de la casa y recien el martes bajamos a la playa pero ya cerca del anochecer. La lluvia vino al día siguiente por la tarde aunque fue muy escasa pero al menos refrescó un poco. Marcos había prometido venir a Piriapolis y lo hizo el jueves justo a tiempo para ir a esperarlo a la parada diez del ómnibus, hacer un frugal almuerzo e ir al centro pues Alicia tenía turno con su dentista mientras yo iba a cortarme el cabello. Minetras estaba en la peluquería cayó un fuerte aguacero, tal localizado que en la zona de la casa no llovió nada. Hilian e Isabel nos habían comentado de un restaurante y parrilla en Maldonado que ofrecía buena carne con tenedor libre y a la noche fuimos para allá a cenar. Efectivamente nos pareció muy bueno y económico pues además de la parrilla tenía un amplio y variado buffet de ensaladas. La bebida y el postre estaban también incluidos. Esta restaurante se llamaba CH Parrilla con Historia. Me despedí de Marcos el viernes de mañana ya que él regresaba a Montevideo al mediodía mientras que yo tenía turno con el traumatólogo en Maldonado. Después de leer el informe de la tomografía me confirmó que efectivamente había un poco de compresión en las vértebras además de algo de atrosis, y me recomendó no dejar de moverme y evitar esfuerzos de impacto. Natación, caminar y bicicleta era los mejores ejercicios. Afortunadamente ya no tenía más dolor, y me dió un medicamento para aliviar dolores si es que volvía algún episodio. En la fiesta de cumpleaños de Nicolás se había reencontrado Alicia con algunos amigos que hacia tiempo que no veía, y en esa oportunidad quedaron tres parejas en que vendrían el sábado 18 a visitarnos. También se anotaban Hilian e Isabel en la reunión, y yo decidí hacer empanadas de varios tipos para el almuerzo. Armamos una mesa larga en la cochera y allí nos sentamos a comer no solo nuestras empanadas sino también la variedad de tartas y pascualinas que trajeron ellos. Hilian e Isabel vinieron con una torta y Alicia no pudo escapar el cuerpo a la velita y los cantos de cumpleaños. Fue una muy amena reunión y todo el mundo se quedó hasta casi la puesta del sol. Fue dificil convencer a la gente que se llevaran de regreso parte de la comida sobrante, con la que no nos podíamos quedar pues el martes de madrugada partíamos para Buenos Aires parando la heladera. Marcos partía el domingo de regreso a Suecia y Alicia no quería dejar de verlo por lo que al mediodía lo despedimos en el aeropuerto. En el viaje para allá vimos como ce acercaban oscuras nubes y estacionamos en el aeropuerto en medio de un diluvio que no duró mucho. Estando cerca la tienda de deportes francesa Decathlon pasamos por ella al regreso y Alicia hizo algunas compras de ropa además de una cantimplora térmica.
Lunes 20 de marzo. Fue un día intenso de preparativos de viaje, pero comenzamos la mañana con una ida a la policlínica pues Alicia tenía turno de control con la ginecóloga. Nuestro plan inicial era tratar de llegar hasta el noroeste argentino después de pasar un par de días en Buenos Aires, pero resultó que el día 29 de marzo había que estar de regreso en Piriápolis para pedir un nuevo turno con la ginecóloga. Caimos en la cuenta que el plan inicial era demasiado ambicioso y decidimos cancelar el viaje al norte. Tuve que avisar a mi nieto Mariano que lamentablemente no ibamos a pasar a verlo en San Juan. Hacia la noche del lunes vaciamos la heladera y llevamos todo el contenido a la casa del Congo y Lena, dejando listo todo el equipaje para la temprana partida del día siguiente.