1 de Octubre 2019
Nuestro barco de regreso al Uruguay partía el martes a las ocho y cuarto, por lo que tuvimos que madrugar, y dada la lluvia que caia tomamos prestado un paraguas para agregarlo al nuestro. Fue tarea imposible lograr un taxi para hacer las seis cuadras hasta la terminal del Colonia Express por lo que las hicimos caminando. Nos mojamos un poco pero no fue nada grave. El cruce del rio fue bastante movido pues había mucho viento también, y la lluvia fue incesante durante todo el día. En la terminal de Tres Cruces compramos pasajes a Piriapolis que suficiente margen de tiempo para almorzar en "La Mostaza" antes de seguir viaje. A causa de la lluvia nos bajamos en la terminal y tomamos un taxi a la casa. Debido a la baja temperatura prendimos la estufa que al rato nos brindó un agradable calorcito. A la noche miramos el debate entre los candidatos presidenciales de los dos partidos que más probabilidades tenían de ir a una segunda vuelta después de las elecciones del 27 de octubre en el Uruguay. El mal tiempo continuó toda la semana, pero por suerte contábamos ya con el auto para hacer las compras, y la estufa continuó en uso diario. Asi llegamos a un fin de semana muy activo al celebrarse el domingo el dia del patrimonio en el Uruguay. El sábado comenzamos por asistir a una charla muy instructiva y entretenida sobre pinturas rupestres en el auditorio de la reserva de fauna y flora. Generó mucho interés y tuvimos que retirarnos antes que los asistentes terminaran con sus preguntas y comentarios, pues en el castillo de Piria había una charla sobre la historia del set que se había construido en los años 90 detrás del castillo para rodar algunos capítulos de la serie "El Curro Jimenez", un set que lamentablemente estaba ahora total estado de abandono. Esa presentación fue excelente y nos enteramos también que muchas productoras venían a filmar series, películas y comerciales al Uruguay generando un buen ingreso de divisas. Meses atrás nos habíamos enterado que el mismo día habia un festival criollo en el Empalme Olmos, a unos ochenta kilómetros de Piriápolis y cerca de Montevideo, y para allá fuimos al final de la charla. En ese lugar se encontraba también la cerámica Olmos, una fábrica de larga data y muy conocida en Uruguay, que estaba ahora en dificultades a raiz de la competencia china. Sabíamos que había un outlet pero lamentablemente estaba cerrado al estar recién recomenzando la producción. Como su nombre lo indicaba, el empalme Olmos había sido un importante nudo ferroviario pero de él quedaba solamente un cementerio de vagones de carga en abandono y solo pasaba un tren de carga por día desde Minas a Montevideo. Escuchamos que había un proyecto de reabrir la linea de pasajeros a Montevideo pero aun no se había concretado. El festival se hacía en un predio adyacente a la estación, con cantidad de puestitos de venta incluidos algunos que ofrecían imponentes tortas de todo tipo. Sin embargo estábamos más interesados en el kiosko de venta de chorizos y empanadas. El regreso a la casa lo hicimos por Atlántida, aprovechando para hacer una parada y visitar la iglesia del Cristo Obrero, declarada patrimonio nacional por su particular arquitectura y juegos de luces causados por la disposición de los vitrales. Continuamos el domingo con nuestras actividades culturales yendo nuevamente al castillo de Piria donde esuchamos una interesante charla sobre la hsitoria de la masonería y un experto simbolista nos introdujo en la simbología masónica del castillo. El restaurante "La Corniche" estaba abierto y fuimos a disfrutar de su excelente comida. De paso reservamos mesa para la cena con música del sábado siguiente a la que pensábamos llevar a Matías y Viktoria. Siendo un lindo día de sol continuamos hacia Punta del Este para visitar el Arboretum de Lussich, un hermoso y extenso parque arbolado por el que se podían hacer caminatas por diversos senderos que conducían a miradores hacia el este y hacia el oeste desde una apreciable altura con hermosos paisajes. Dentro del predio había una antigua casona con una importante colección de azulejos antiguos traidos en su época desde una fábrica en Francia.
Lunes 7 de noviembre: Nicolas pasó el lunes a cortar el pasto y fue el primer día en que comenzamos a atender el jardín y hacer orden en el galpón. También reiniciamos las caminatas por el barrio y por la playa, además de hacer las compras necesarias en vista de la inminente llegada de Viktoria y Matías. Ellos partieron el miercoles temprano por la mañana desde Buenos Aires con el Colonia Express, y llegaron a Piriápolis a eso de las tres de la tarde después de tomar un omnibus local desde Montevideo. Los esperamos en la parada 10 con el auto y ese día alcanzamos aun hacer un largo paseo por la playa. El tiempo nos acompañó el jueves también, día del segundo cumpleaños de Sigrid. No conocían aun el castillo de Piria y los llevamos hasta allí, curioseando de paso el abandonado pueblo andaluz de la serie del curro Jimenez. Luego los llevamos a la reserva de fauna y flora, lugar que tampoco conocían. Hicimos toda la caminata por el parque y rematamos la vuelta con un picnic antes de volver a la casa. Con Johanna nos comunicamos cuando ya había retirado a las niñas de su guardería y le cantamos a Sigrid. Estaba anunciado el desmejoramiento del tiempo y se cumplió el viernes, aunque después de un largo desayuno salimos con el auto a dar una vuelta mostrandoles la zona de la ladera del cerro del Toro donde ya comenzaba la producción de vinos locales con extensas plantaciones de viñedos. En el Argentino Hotel nos sentamos a tomar una merienda y luego completamos la vuelta con compra de provisiones. Los chicos estaban a cargo de la preparación de la cena y nos hicieron una muy rica bondiola con verduras al horno. Durante la noche tuvimos una despiadada lluvia con tormenta eléctrica que continuó durante el sábado arruinando un planeado paseo a las sierras de Minas. El recital de la noche en "La Corniche" no se suspendió, y antes de las nueve estábamos allí para cenar y escuchar luego al cuarteto de Daniel Drexler ante un salón repleto. Los chicos regresaban el domingo a Buenos Aires y decidimos llevarlos con el auto a Montevideo con suficiente tiempo para pasear un poco por la ciudad. El clima no nos era muy favorable pues soplaba un viento fresco muy molesto por lo que nos refugiamos en la concurrida feria del libro antes de hacer un almuerzo liviano en el centro. Dejamos luego a los chicos en Tres Cruces y regresamos a la feria del libro a recorrerla hasta que se hizo imposible por la alta concurrencia. Ya anocheciendo emprendimos el regreso a la casa, sin lluvia pero con un helado viento del sudeste.
Lunes 14 de octubre. Fue el comienzo de una semana casi invernal, poco usual para esta época del año, y tuvimos que recurrir a la estufa de leña para tener una temperatura agradable en la casa. Nos comunicamos con mi nieto Mariano y nos confirmó que vendría a Buenos Aires a fin de mes para un control, y además nos contó que la rehabilitación iba muy bien con un cambio abismal en el control de los músculos de las piernas, pudiendo hacer movimientos que anteriormente le eran imposibles. Para facilitar el drenaje de agua del terreno del lado de la cochera compramos caños plásticos que ubiqué rodeando la cochera y a poca profundidad, incluso haciendo pequeños agujeros en la parte superior, y que en teoría deberían conducir el excedente de agua hacia la cuneta. También comenzamos a desmantelar los canteros para hacer uno solo donde Alicia sembraría flores. La quinta pensabamos hacerla en macetas, mientras que las flores podrían ayudar a las abejas en su trabajo que cada vez resultaba más dificil. Omar nos comentó que su tratamiento contra el cancer parecía estar dando buenos resultados, aun cuando le quedaba un largo camino por delante. El clima nos dió un respiro el sábado, dia que amaneció fresco como siempre pero con buen sol. Teníamos ganas de conocer el pueblo Garzón y la bodega de nombre homónimo por lo que armamos un picnic y el mate, y salimos de exploración. Comenzamos por hacer el recorrido costero pasando por Punta del Este y La Barra hasta José Ignacio. En Punta del Este nos encontramos con mucha gente ya que estaban llegando los veleros de una regata mundial a su puerto como parte de una competencia que los llevaría luego a Ciudad del cabo. Desde José Ignacio tomamos una ruta hacia el interior pasando por entradas a innumerables chacras marítimas bien escondidas, y luego de cruzar la ruta 9 hicimos el recorrido por un hermoso camino serrano recientemente pavimentado hasta llegar al pueblo Garzón, que dicho sea de paso era el lugar donde había nacido Isabel, la esposa de Hillian. El pueblo era muy modesto, contando con unos 200 habitantes y muchas casas en estado de abandono ya que en su apogeo lo habían habitado unas 2000 personas. A pesar de todo tenía un cierto encanto. Estacionamos en la plaza y entramos a mirar un pequeño negocio que tenía artículos regionales donde compramos un vino, miel y algunos jabones. En sus mejores tiempos había existido un molino y pasaba diariamente el tren a Rocha y Montevideo, pero el cierre del molino y la construcción de la ruta 9 fue el golpe de gracia que marcó el comienzo de la decadencia. La llegada del famoso cocinero argentino Francis Mallmann (nacido en Acassuso y que comenzó su carrera en un barco para turistas en el lago Nahuel Huapi), le dió un empuje al pueblo pues en una vieja casona abrió un hotel y restaurante donde además daba clases a estudiantes de cocina. Vimos el establecimiento desde afuera y a distancia prudencial pues sus precios eran absolutamente prohibitivos. Nos pasaron el dato de que aun existía la estación de tren además de un parque municipal cercano por lo que fuimos hasta allí, y nos encontramos con una bella estación pero lamentablemente ya prácticamnte en ruinas. Las puertas estaban abiertas y entramos a mirar encontrando pisos con muy lindos mosaicos, demás de una escalera de madera aun en buen estado que conducía a las habitaciones del primer piso. Probablemente había sido también vivienda del jefe de estación. Preguntando encontramos facilmente el llamado parque municipal al final de un camino que llegaba al rio Garzón, y dimos con un par de quinchos con mesas y asientos de cemento además de parrillas y baños en estado deplorable pero como llevábamos nuestras sillas nos sentamos en un prado verde a hacer el picnic. Dimos por terminada la visita al pueblo y regresando por el mismo camino pavimentado hicimos unos cinco kilómetros antes de doblar a la derecha y continuar por otro de tierra y en estado regular para hacer los 8 kilómetros hasta la bodega Garzón. El establecimiento estaba situado sobre la ladera de un cerro con una vista imponente hacia los viñedos desde su terraza. No solo se elaboraba vino sino que contaba con restaurante, bar y salón de ventas, todo en una impactante construcción moderna de primera linea. Era un lugar digno de visitar, aun cuando allí también sus precios fueran espectaculares y lo único gratis fuera el paisaje. Ya cayendo la tarde emprendimos el regreso llegando a la casa a la puesta del sol, y más tarde fuimos a Piriápolis a la cena con música de La Corniche. Era el día del cumpleaños de KF, de lo cual nos olvidamos por completo y recién lo saludamos al día siguiente. Como parte de la campaña política el domingo iba a haber una caravana en Montevideo organizada por el Frente Amplio, y como Aicia quería ir a participar de la misma partimos al mediodía para allá. Cuando llegamos a la rambla estaba ya abarrotada de simpatizantes en pleno acto y nos unimos a la caravana de autos. Era interesante que también había otros partidos haciendo su propia campaña sin que se exaltaran los ánimos y de hecho en camino de regreso caimos inadvertidamente en la de la ultraderecha hasta que se liberó la calle y paramos a comer en un restaurante muy concurrido de la Ciudad de La Costa. Nicolás iba a hacer un corte de pasto y cuando llegamos a la casa vimos que había cumplido su promesa.
Lunes 21 de octubre. Dado que la casa de Alicia no estaba regularizada en la intendencia, y habiendo escuchado que había una especie de amnistía hasta el 31 de diciembre, fuimos a hacer las averiguaciones a la junta local donde nos indicaron los trámites a realizar. De la multa no nos ibamos a salvar pero sería muy inferior a la normal, dijeron. Alicia dió con una escribana que por un precio razonable escribió el necesario certificado de propiedad, que nos pareció totalmente innecesario pues solo copió la información que ya estaba documentada en la escritura de compra del terreno, y luego se puso en campaña para conseguir un arquitecto que hiciera los planos de la casa. Encontró una arquitecta que aceptó hacer el trabajo y prometió venir el viernes. Por mi parte compré el pasaje para cruzar el viernes a Buenos Aires con el Colonia Express de las 20:15. El jueves madrugamos para estar en la policlínica a las seis de la mañana ya que Alicia tenía que dejar sangre para hacer el control de la tiroides. Había conseguido un turno con la endocrinóloga en el hospital de Maldonado para el 5 de noviembre y antes de esa fecha tenía que tener los resultados. A la noche fuimos al cine club para ver la película brasilera "Capitanes de la Arena", un triste testimonio de la vida de los niños abandonados en la ciudad de Bahía. Estaba basada en una novela de Jorge Amado y la película era dirigida por su nieta. Mi valija estaba ya practicamente lista y el viernes a la mañana terminé de armar todo. Magdalena, la instructora de manejo de Alicia, vino también a darle una lección de una hora, que agregada a la que le había dado el miércoles y la que le daría el sábado consideramos que sería suficiente práctica como para ponerla en condiciones de usar nuestro auto en mi ausencia.