Agosto 2011
Nuestros amigos Erica y Henrik se habían mudado a Kalmar y además había un nuevo integrante en la familia, por lo que decidimos hacerles una visita. Viktoria y yo salimos el viernes 26 como estaba planeado, pero un poco más tarde de lo inicialmente previsto ya que Viktoria trabajó de niñera con la familia holandesa hasta más de las dos de la tarde. Partimos de Malmö con buen tiempo, pero al rato nos encontramos con un poco de neblina en el tramo un poco más elevado de la ruta. Hicimos una parada en las afueras de Karlshamn para comer unas hamburgesas ya que Viktoria no había alcanzado a almorzar en Malmö antes de partir y luego continuamos viaje con poco tráfico en la ruta, llegando a Kalmar a las siete de la tarde, otra vez con muy buen tiempo. Con ayuda del gps encontramos facilmente la nueva vivienda de Erica y Henrik, una casa de la década de los 70 de dos plantas con mucha superficie, alrededor de 200 metros cuadrados. El jardín era de más de mil metros cuadrados, y esquinada con la casa había otra vivienda más pequeña que habían alquilado a una mujer con su hijo. Conocimos también a Ester, la nueva integrante de la familia, de dos meses de edad. Henrik estaba preparando un salmón grande entero con guarnición de papas, tomates y cebollas para poner al horno. Una hora más tarde estaba listo y comimos una excelente cena. Quedé escandalizado cuando vi que Henrik tiró los restos, ya que había sobrado bastante comida. A la hora de irse a dormir, Viktoria copó el dormitorio de Josef, el hijo mayor, mientras que yo me acomodé en un colchón en el piso en el enorme living del primer piso.
A las siete de la mañana del sábado escuché los gritos de Ester reclamando su desayuno y al rato bajé para juntarme con Erica y Henrik y tomar unos mates acompañadps de pan casero hecho en una máquina de hacer pan de esas que habían sido muy populares unas décadas atrás. Cuando todo el mundo estuvo listo partimos de gira en el auto de Henrik, que podia acomodar a siete personas, con un hermoso día de sol y calor. Fuimos primero hasta la escuela de náutica donde me encontré con Stefan Sivek, un ex-compañero de trabajo a bordo que ahora trabajaba como profesor al igual que Henrik. La escuela ya no se encontraba en el lugar en el que había hecho los cursos de habilitación de mi titulo más de veinte años atrás, sino que era una moderna construcción en el centro de la ciudad, pegada al puerto. Mientras Viktoria, Erica y los chicos daban una vuelta por la zona, nosotros hicimos una rápida visita a las instalaciones de la escuela guiados por Stefan. Luego partimos hacia Öland cruzando el puente que unia la isla con Kalmar, y en Borgholm nos sentamos a almorzar al aire libre en un restaurante. Había aun mucho turismo y un mercado de pulgas en la calle peatonal. Como seguía siendo un día soleado y caluroso subimos con el auto por la costa hasta una playa cercana donde Hanrik y Josef se metieron en el agua. La tarde pasó muy rápido y volvimos a la casa a hacer los preparativos para el asado de la noche. Yo me había comunicado con Thomas Alhgren, también ex-compañero de trabajo en Ektank, y él apareció con su motocicleta H&D para unirse con nosotros a cenar. Mientras todo el mundo se iba dormir nos quedamos Henrik, Thomas y yo un buen rato más de sobremesa. No hubo oportunidad de ver a Julio ya que él había planeado antes ir a la cabaña de Rammjöstrand con Åsa y no se encontraban en Kalmar.
Durante la noche del sábado al domingo pasó un frente con lluvia y tormenta eléctrica, pero a la mañana ya se había retirado y volvió el sol. Nuevamente escuché los gritos de hambre de Ester y a las ocho bajé a matear. Ese día iba a haber un mercado de pulgas en Kalmar donde también iba a estar Stefan para vender una cantidad de objetos que habían pertenecido a su padre fallecido un año atrás. Cuando todos estuvieron listos partimos hacia el mercado de pulgas, donde había puestos al aire libre y bajo techo. Estuvimos un buen rato dando vueltas y curioseando, y así se hizo el mediodía, de modo que fuimos a una pizzeria a almorzar antes de regresar a la casa y comenzar a empacar para el regreso a Malmö. A las dos de la tarde nos despedimos y emprendimos el regreso a casa, llegando a Malmö poco después de las seis de la tarde.