21 de Marzo 2023
El barco de Colonia Express zarpaba el martes a las 10.30 y solicitaban estar allí una hora y media antes. Mis cálculos daban que había que salir de casa a las cinco de la mañana, lo que logramos hacer. Los sandwiches los habíamos preparado la noche anterior por lo que fuimos desayunando durante el viaje hasta Colonia. Poco después de las nueve llegamos a destino e hicimos los trámites de embarco aún con pocos vehículos. Habíamos reservado un departamento por dos noches en San Telmo sobre la avenida Paseo Colón esquinado con el parque Lezama, de modo que fueron pocas las cuadras desde la terminal del barco en La Boca. Además del departamento habíamos reservado una cochera, que estaba en el entrepiso y a la que se accedía con un ascensor de autos. La propietaria nos llevó hasta el piso nueve de los doce de la torre y nos encontramos con un primoroso departamento de un ambiente con balcón al contrafrente y una amplia vista al río. Al rato pasó Karin, que tenía actividad en la iglesia, y luego vino Agustín también en su bicicleta a saludar. El madrugón de ese día ameritaba una siesta a la espera de que volviera Karin para cenar con nosotros en el cercano Bar Británico. Durante el desayuno del día siguiente leimos que se esperaban intensas lluvias y tormentas en el centro de Argentina y cambiamos nuevamente nuestros planes. Como teníamos una reserva en Villa Mercedes, camino a Mendoza, que aun no habíamos cancelado pues pensamos que podíamos regresar por Córdoba, decidimos anularla y conformarnos esta vez con visitar a la familia emprendiendo el lunes la vuelta al Uruguay. El plan del miércoles era ir a visitar a Karin en Burzaco y después del desayuno fuimos caminando hasta Constitución. Entrando a la estación vimos que había algunos problemas ya que anunciaban por los parlantes que el ramal a Quilmes estaba cancelado por problemas técnicos. Sin embargo la linea a Burzaco parecía funcionar pues en el tablero aparecía hora y plataforma de salida. Nos sentamos en el tren a esperar la salida, que se fue demorando y finalmente informaron que por el momento no saldría ningún tren. Karin nos informó que el colectivo 79 pasaba por el costado de la estación y para allá fuimos encontrando una cola de casi una cuadra. Eran ómnibus largos, con fuelle en el medio y gran capacidad, y no demoramos en salir aunque bastante apretujados. Alicia logró sentarse pasando Lanús y más tarde encontré asiento yo también por lo que la hora y pico de viaje fue bastante llevadera. Karin vino a buscarnos con el auto junto con Laia a la estación Burzaco. Alcanzamos a ver de pasada a Mariano en su pausa del mediodía y almorzamos con Karin en su casa mientras Laia dormía una siesta. Más tarde propuso Karin que fueramos con su auto a pasear por Adrogué, que no conocíamos y allí estuvimos en una plaza céntrica con juegos para niños. También tomamos un helado y luego nos acercamos a la estación pues los trenes funcionaban nuevamente. Nos tocó un rápido que sin parar en ninguna estación nos dejó en Constitución en menos de veinte minutos. Gabriel estaba en Buenos Aires renovando su carnet de conducir y vino junto con Agustín y Camilo a nuestro departamento. Los llevamos al piso doce con su piscina y terraza y también les mostramos la curiosa arquitectura al frente en el piso nueve donde había un gran hueco con un árbol. Agustín se tuvo que ir a dejar a Camilo con su madre mientras que Gabriel fue con nosotros a cenar a uno de los restaurantes de la atractiva avenida Caseros detrás del parque Lezama. Con la propietaria del departamento habíamos hablado para extender la estadía y solo fue posible por dos noches más, pero logró conseguirnos otro departamento en el mismo edificio al que nos mudaríamos el sábado por la mañana. El jueves por la mañana pasamos a buscar a Gabriel con el auto al departamento de Puerto Pampas y partimos con él hacia Alberti con la idea de pernoctar allá. Durante el trayecto tuvimos ocasión de ver los estragos que había provocado la sequía. Llegando a Chivilcoy paramos a almorzar en el puesto "Choripaso" sobre la ruta, donde no solo había chorizos sino también buena variedad de sandwiches y ensalada. Las mesas estaban repartidas bajo los árboles y había buena cantidad de comensales. La sobremesa se extendió demasiado pues Gabriel tenía una reunión de padres en el jardín de Olivia y nos percatamos de que estábamos atrasados. Afortunadamente llegamos con solo diez minutos de retraso a pesar del pesado tráfico de camiones de la ruta 5. Mientras Gabriel iba a su reunión nosotros seguimos hasta la casa donde nos estaba esperando Valeria, y al rato salimos nuevamente a buscar a Lucia, juntándonos todos finalmente en la puerta del colegio. Al atardecer fuimos caminando al parque de la ciudad y desde allí al restaurante Barigüi del centro, bien concurrido ya que mostraban en pantalla gigante el partido de la selección contra Panamá. Comimos muy bien allí y luego ya regresamos a la casa. El viernes por la mañana vimos con tranquilidad todos los cambios y mejoras que habían hecho Gabriel y Valeria en ambas casas y el hermoso parque. Era el día del cumpleaños de David y le mandamos un mensaje a través de Andrea. Ya decididos a regresar a Piriápolis el lunes, Alicia hizo reservas con el Colonia Express que partía a las ocho y media de la mañana. Gabriel, Valeria y las niñas iban a pasar el fin de semana en un hotel en Trenque Lauquen, saliendo para allá el mismo viernes de modo que poco después del mediodía nos despedimos y partimos de regreso a Buenos Aires. Conmemorando el día de la memoria, tanto la ruta como la ciudad tenían actividad de día feriado y a las cuatro de la tarde estábamos de regreso en el departamento. Con el auto nuevamente a buen resguardo salimos tempranamente a cenar y lo hicimos nuevamente en el Bar Británico, con buena cocina y precios módicos. Caminamos también un poco por San Telmo antes de regresar al departamento y Alicia se comunicó con Isabel ya que ellos estaban de paseo por Buenos Aires, alojandose en un hotel sobre la avenida Nueve de Julio. Mandaron fotos tomadas en su balcón de la multitud que cruzaba el obelisco hacia la plaza de Mayo conmemorando el dia de la memoria. A media mañana del sábado apareció la dueña del departamento con las llaves del otro para hacer el cambio. Teníamos ya todo empacado por lo que rapidamente nos instalamos en el 1A, o sea el primer piso a la avenida Paseo Colón con todo el ruido que lo acompañaba. Por suerte los vidrios de las ventanas y de la puerta al balcón amortiguaban bastante la contaminación sonora. Este departamento era de dos ambientes y siendo su propietario un hombre no se veia tan acogedor como el anterior, pero parecía tener todo lo necesario para la estadía de dos días. Conservamos también la cochera por lo que no hubo que mover el auto. El plan era ir a Burzaco a comer un asado y esta vez no hubo problemas con el ferrocarril. Karin vino caminando a la estación con Laia en su cochecito y ya en su casa nos encontramos con Agustín, Coti, Camilo y luz. Mariano se hizo cargo del asado, muy abundante y como siempre exquisito. Alicia fue luego con Coti a comprar helado para el postre. Antes de regresar a Buenos Aires pasamos por la casa de Coti, en plena renovación gracias al intenso trabajo de Agustín. La hermosa puerta de entrada estaba recién colocada. El domingo era nuestro último día aprovechable en Buenos Aires y la propuesta era ir a la feria de San Telmo para encontrarnos más tarde con los chicos. A la hora del desayuno nos percatamos de que no había cubiertos pero lo resolvimos con nuestros cubiertos de camping. La feria de San Telmo se extendía cada vez más y la plaza Dorrego estaba abarrotada de gente, pero logramos encontrar mesa para almorzar en uno de los restaurantes. Regresando al parque Lezama nos encontramos con Karin, Mariano, Laia y Andrés, y poco después también con Agustín y Camilo. El area de juegos para niños estaba en renovación pero la calesita estaba abierta para regocijo de los niños. Teniendo el Bar Británico a mano fuimos tados para allá a cenar y luego llegó la hora de despedirse. Aun nos quedaba pasar por un Farmacity a comprar remedios y a un chino para comprar algunas botellas de vino, todo mucho más económico que en Uruguay. Empacamos todo lo posible antes de acostarnos e incluso llevé algunas cosas al auto. Aunque llevaba la llave electrónica para la puerta de la cochera me encontré con que no funcionaba para salir y parecía que había quedado encerrado en el garage. Tampoco llevaba el teléfono conmigo, pero después de darle algunas vueltas al asunto logré salir usando el ascesor de autos y bajando al subsuelo donde encontré una puerta abierta al edificio.
Lunes 27 de marzo. El buque salía a las ocho y media de la mañana y a las siete estábamos en la cola de autos después de hacer las pocas cuadras que nos separaban del departamento. Curiosamente la aduana controlaba minuciosamente los documentos del auto mientras que, por experiencia, en el cruce de Fray Bentos no pedían absolutamente nada. La aduana uruguaya encontró también una pera perdida en nuestra conservadora que comí antes de abandonar el lugar, y luego estacionamos el auto en las cercanías de la ciudad vieja de Colonia para pasear a pie por ella. Encontramos también un restaurante muy lindo (Los Kamikazes) con precios módicos para almorzar, que a poco de sentarnos se llenó de gente proveniente de Buenos Aires además de alguno que otro brasilero. Aprovechamos el paseo para comprar algunos quesos y aceite de oliva. Aun nos quedaba dar una vuelta por la renovada plaza de toros, a la que no pudimos acceder por estar cerrada. Comprobamos que la fachada había sido arreglada en su totalidad pero del interior se había puesto en valor solo la tercera parte por ahora. El regreso a Piriápolis lo hicimos por Montevideo, utilizando la rambla, y llegamos a la casa ya de noche cerrando este periplo. Al haber apagado la heladera estábamos escasos de provisiones y recurrimos a los quesos y galletitas para la cena. El martes cumplía 77 años mi hermana y tuvimos una cumunicación de voz con ella. Nosotros retornamos a las rutinas habituales, comenzando con una buena compra en el supermercado y con ida a la playa a la tarde. El 29 arrancamos temprano pues a las seis estaba en la puerta de la policlínica para sacar un número y a las ocho, cuando comenzaba la atención, estábamos nuevamente allí para reservar un turno de ginecología para Alicia, que fue el 10 de abril. Ese día lo dediqué bastante al jardín y a combatir las siempre activas hormigas. El mes de marzo terminó con fuerte viento del sudoeste que embraveció mucho el mar y quisimos verlo desde la costa aunque tuvimos que luchar bastante para llegar a la playa. Recuperamos el buen tiempo al día siguiente y no nos quisimos perder la nueva presentación de la versatil cantante Rossana Tadei en el restaurante La Corniche. Fuimos bien temprano, aprovechando para hacer una larga caminata por la costa antes de sentarnos a cenar. El extenso recital terminó recién a medianoche. Lucia, sobrina de Alicia, habia avisado que vendría el lunes a pasar unos días con nosotros, aprovechando el feriado estatal de la llamada semana de turismo. El domingo fuimos hasta el depósito a parovisionarnos para la semana además de comprar carne y chorizos para ese día, que pintaba lindo para hacer un asado. Tal vez sería el último asado de esta temporada. A la noche pasó Nicolás por la casa a devolvernos la llave que le habíamos dado durante nuestra ausencia en Argentina.
Lunes 3 de abril. Había caido una buena lluvia la noche anterior y amaneció nublado. Antes de que llegara Lucia hicimos una escapada al puesto de los pescadores y luego preparamos las pizzas que ibamos a comer ese día. A media tarde llegó Lucia con su perro Doni. Con ellos hicimos una buena caminata por el barrio después de la comida, y a la noche cenamos con pizza y faina caseros. Lucía pensaba quedarse hasta el viernes y tuvo suerte con el tiempo pues si bien ya no estaba la temperatura como para bañarse hubo buen sol durante la mayor parte de la semana. El día 6, en que Gabriel cumplía 51 años, teníamos reservadas sendas entradas para una obra de teatro en el parque de las esculturas de Manantiales. Lucía pudo venir con nosotros pues parecía no ser problema que Doni se quedara solo en la casa toda la tarde hasta bien entrada la noche. No conectamos la alarma, después de todo teníamos un perro guardián. Hicimos una parada en la barra de Maldonado para almorzar en un restaurante con el curioso nombre El Chancho y la Coneja, y ya en el parque de las esculturas tuvimos tiempo de recorrer las salas del museo y parte del parque antes de que comenzara la función de teatro, disfrutando incluso de la hermosa puesta del sol en el campo. Doni nos recibió al regreso con inmensa alegría, y su única picardía fue haber dormido en el sofá. Al día siguiente hicimos un asado temprano por la tarde pues Lucía quería regresar a Montevideo relativamente temprano. Habíamos invitado a Lena y Congo a compartir con nosotros un chupín de pescado que hizo Alicia y que tuvo mucho éxito. Aprovechando el buen tiempo armamos la mesa en la cochera, aunque a los postres ya nos mudamos para adentro escapando del frío. Nuestro pollero estaba de vacaciones asi que encargamos para el domingo un pollo al spiedo en el lugar alternativo que era una inmobiliaria del barrio que había ampliado su ramo comercial. Al atardecer hicimos nuestra caminata de playa.
Lunes 10. A las nueve y media de la mañana estábamos en la policlínica para que ALicia fuera atendida por la ginecóloga, quien le pidió que se hiciera una colposcopía de control. No había aun turnos disponibles en Piriápolis por lo que fuimos al hospital de Maldonado donde logró un turno pero recién para el mes de mayo. Entonces buscamos laboratorios en Montevideo para hacer el estudio en forma privada y logramos dar con uno que la atendería el lunes 17. Ya sin necesidad de esperar más compramos pasajes para cruzar a Buenos Aires con Colonia Express el día 20 a las 16.30. Al atardecer repetimos la caminata por la playa, ya casi desierta al haber llegado a su fin la semana de turismo. Para el regreso a Suecia decidimos que despacharíamos una valija cada uno e hicimos por lo tanto el martes la compra en la página de KLM. También tuvimos que pedir una garrafa, pues el lunes a la noche alcanzamos justo a preparar la comida antes de quedarnos sin gas. Yo quería dar una mano de protector al siding pues el sol del verano lo había decolorado bastante. Esa tarea la había comenzado la semana anterior y el miércoles por la mañana continué con el trabajo, quedandome muy poco para completar la vuelta a la casa. Tuve que interrumpir luego pues pensábamos ir a Montevideo a ver no solo una sino dos películas en la Cinemateca, en pleno festival de cine. Vimos primero un documental sobre murales en Nicaragua y luego "Mountain Onion", película de Kazajastán, muy buena y con una excelente actuación de dos niños. Después de tanto cine salimos con mucho apetito y encontramos un restaurante coreano en la ciudad vieja y cerca de la Cinemateca donde cenamos antes de regresar a casa. Alicia fue nuevamente a Montevideo al día siguiente, para encontrarse con su amiga Angelita y despedirse de ella por esta vez. Por mi parte aproveché el buen tiempo para pintar la pared norte de la casa. El viernes comencé la poda de plantas, rebajando considerable el hibisco, antes de partir para Maldonado a ver una exposición de cuadros del pintor uruguayo Mario Giacoya en el hotel del Club del Lago pegado a la laguna del Sauce. Allí nos encontramos con Hilian e Isabel para recorrer la muestra y más tarde fuimos hasta una cafetería de la zona a merendar antes de regresar cada uno a su casa. La poda la continué el día siguiente con el manzano y la pitanga, y como vino Nicolás a cortar pasto se pudo llevar todas la montaña de podas en su carrito. Congo y Lena nos invitaron a una comida de despedida el domingo, que fue muy original pues comimos pescado ahumado preparado en el momento con el ahumador en la parrilla. Usaron astillas de álamo especiales, y el pescado quedó realmente sabroso.
Lunes 17. Tocó nuevamente ir ese día a Montevideo para el estudio de Alicia y partimos temprano para pasar antes por el shopping de Plaza Italia. Aproveché allí para entrar al Disco y comprar cubiertos Tramontina que necesitábamos para completar los que teníamos en Suecia. El laboratorio lo encontramos cerrado, aparentemente porque el feriado del miércoles se había trasladado al lunes, aunque Alicia no había sido notificada. Al no tener contacto con el laboratorio hicimos averiguaciones con la ayuda de Lucía, la sobrina de Alicia, y conseguimos un turno en otra clínica para el día miércoles. El martes cumplía 28 años Mariano y nos comunicamos con él para felicitarlo. También era el día en que Karin partía para Suecia con Laia, con Air France al filo de la medianoche. Llegamos así al día anterior a nuestra partida, comenzando de madrugada con una ida a la localidad de La Capuera sobre la laguna del Sauce donde yo tenía cita con la cirujana estética a las siete de la mañana. Ella llegó con una hora de atraso y solo observó al pasar el tobillo, donde el crecimiento que había tenido estaba en camino de desaparecer. De todos modos, si quería que lo quitaran, yo tenía que pedir un nuevo turno con ese propósito por lo que quedó todo en la nada. Durante el día terminamos de preparar las valijas y al anochecer les llevamos a Congo y Lena las pocas viandas que habían quedado en la heladera.