4 de Abril 2024
El Congo se había ofrecido para llevarnos a la terminal de ómnibus con su auto y pasó a buscarnos un rato antes de la partida. Habíamos puesto todo nuestro equipaje fuera de la casa para cargarlo, y cuando llegamos a la terminal me percaté que faltaba mi mochila. No nos quedaba mucho margen pero dejamos a ALicia y logramos buscar mi mochila, que estaba fuera de la puerta de la casa y regresar en el omento en que el ómnibus hacia su entrada a la terminal. Fue un menudo susto. En la terminal de Tres Cruces nos encontramos con Rita, hermana de la consuegra de Alicia, quien quería mandar algunas cosas a los niños. Habíamos informado a Gabriel de nuestra llegada y nos pasó a buscar con el auto en la terminal de Colonia Express en la Boca, trayendo a Olivia y Lucía. El padre de Valeria había fallecido dos días antes después de una prolongada lucha contra el cancer. Después del check in en el hotel Vedra cenamos con él y las niñas en la fonda Avila, a metros del hotel. Era muy especial, comenzando por la particularidad de que mantenían la puerta cerrada. Solía tener shows de flamenco pero no se dió esa noche y nosotros comimos tapas diversas muy buenas aunque no del gusto de mis nietas. El desayuno del hotel se pagaba por separado y lo probé el primer día pero me dejó descepcionado por lo que decidimos no hacerlo los días siguientes. Ana María estaba aún en Buenos Aires y pasó a saludarnos antes de que salieramos a caminar por el centro llegando hasta las galerías Pacífico. Antes de regresar al hotel almorzamos en el restaurante Los Inmortales de la calle Lavalle. Karin estaba participando con Ines del almuerzo mensual del club sueco y teníamos oportunidad de verlas a la tarde asi que fuimos en taxi hasta el parque Lezama encontrándolas en el bar Británico. También vino Agustín en su camioneta con Camilo y más tarde regresaron todos juntos a Burzaco. El día 6 fue también muy intenso pues celebrábamos el cumpleaños de Gabriel con un asado en Burzaco. Desde el hotel fuimos en ómnibus a Constitución y luego tomamos el tren. Coti nos vino a buscar a la estación con Josefina y Camilo en su auto y antes de ir a la casa pasamos a comprar zapatos y una remera para Camilo tal como habíamos prometido hacerlo. Alicia compró también algo de ropa en una tienda. Todos nos juntamos para el asado de la tarde y a los postres vinieron Lily y Luis también. Aun teníamos pendiente una invitación de Helena en su casa y nos repartimos para el regreso a la Boca. Mientras que Alicia regresaba en el auto con Valeria y Olivia, Gabriel, Lucia y yo regresabamos en tren y omnibus. Helena tenía como de costumbre mucha comida y nos invitó con pizzas. Para terminar el día se ofreció Gabriel a llevarnos de regreso al hotel. El desayuno del domingo fue en la cafetería Martinez de Avenida de Mayo y 9 de Julio y de allí fuimos caminando a la feria de San Telmo, que ya llegaba hasta la plaza de Mayo. Entre otras cosas encontramos un divertido delantal para asado para regalarle a Agustín. Había una multitud de gente en el lugar, pero en una calle lateral encontramos lugar para almorzar con tranquilidad a la calle en el restaurante Pride. A las seis de la tarde comenzaba un evento en el jardín de la iglesia sueca con comida y música y nos volvimos a encontrar todos. También nos encontramos con amigos de los chicos que conocíamos. Esperaban a un conjunto que iba a actuar en vivo pero no aparecían y como el volumen de la música era ensordecedor terminamos volviendo temprano al hotel.
Lunes 8 de abril. Última semana en el rio de la Plata. Ese mismo día queríamos hacerle un festejo de cumpleaños adelantado a Agustín aprovechando que Gabriel se encontraba aun en Buenos Aires y la elección cayó en el restaurante Pertutti de Adrogué. La reunión era de tarde y por la mañana caminamos al centro para que Alicia pudiera comprar zapatos de cuero en un negocio que habíamos encontrado con anterioridad. Para almorzar elegimos el restaurante Valerio de la calle Lavalle, lo que fue una pésima experiencia. Más tarde nos encontramos con Gabriel y las niñas en Constitución -Valeria trabajaba- y logramos tomar un tren rápido a Adrogué aunque iba abarrotado. El restaurante Pertutti era gigantesco, con una ventaja adicional que era tener un sector separado con juegos para niños atendido por personal del establecimiento. Desde Burzaco vinieron Karin con Mariano, Andrés y las niñas mientras que Agustín vino con Coti, Josefina, Luz y Camilo. Finalizada la reunión regresamos con Gabriel y mis nietas a Constitución donde nos despedimos de ellos hasta nuestra siguiente venida a Buenos Aires. Karin venía el martes a Capital con Inés y quedamos en encontrarnos cerca del hotel para desayunar juntos. Ella tomó un ómnibus desde Constitución y tuvo la mala suerte de perder el celular, aparentemente al caersele de su mochila. Después del desayuno la acompañé hasta el subte, donde nos despedimos pues se iba a encontrar con una amiga. Con Agustín nos ibamos a ver el miércoles ya que lo ibamos a acompañar en su trabajo y además había prometido llevarnos el jueves a Ezeiza. El martes fue un día de mucha caminata, comenzando por San Telmo donde hicimos una merienda en el café frente a la plaza Dorrego. Habíamos pensado visitar luego el museo dentrás de la casa de gobierno pero lo encontramos cerrado. Continuamos a la calle Florida a concretar algunas compras antes de volver al hotel a descansar un poco. Habíamos acordado con Ana María que nos juntaríamos a cenar y ella pasó por el hotel para ir al cercano restaurante Plaza Asturias. A las once de la mañana del miércoles pasó Agustín a buscarnos con la camioneta para ir a buscar tres cuadros a una galería del centro que tenía que entregar en el museo de inmigrantes de Puerto Madero. Así tuvimos oportunidad de hacer una rápida visita a ese interesante museo instalado en el antiguo hotel de inmigrantes. La tarea siguiente era el transporte de otro cuadro desde Palermo a Beccar, dejarlo en una mansión cercana al rio y allí mismo recoger otro para devolverlo a la galería de Palermo. Aparentemente era un canje pues al dueño no le había gustado el cuadro original. Teníamos los minutos contados para llegar a tiempo a recoger a Camilo a la salida del colegio, y con él fuimos a la plaza Dorrego de San Telmo buscando un lugar donde comer. mientras ellos se iban a Burzaco nosotros regresamos al hotel a terminar de armar nuestro equipaje.