2 de Mayo 2022
Lunes 2 de mayo. Después de un vuelo muy sereno aterrizamos en Madrid media hora antes de lo previsto, por lo que teníamos aun más tiempo de espera, seis horas, antes de la partida hacia Copenhagen. No habíamos dormido mucho durante el vuelo anterior asi que dormitamos de a ratos durante esa larga espera. También nos dominó el sueño durante el vuelo siguiente y esta vez llegamos con puntualidad. Ambas valijas habían llegado también y después del cruce en tren a Malmö y un taxi desde la estación nos instalamos en nuestro departamento minutos antes de que llegara Viktoria a saludarnos. Era un día muy lindo y antes del anochecer dimos una vuelta por el parque donde se estaba haciendo la bulliciosa maratón anual de primavera con picnic y puestos de venta. A falta de provisiones, esa noche cenamos muy bien en un restaurante del barrio. Johanna nos hizo una visita al día siguiente al mediodía y aun alcanzamos a hacer compras antes de que vinieran los hijos y nietos de Alicia con pizzas para cenar. Viktoria había traído el auto del garaje y estaba estacionado en la calle donde había recibido bastantes excrementos de las gaviotas. Además de hacerle una buena limpieza por dentro lo llevé al lavadero mientras que Alicia compraba chorizos para colaborar con el asado que se había organizado en el jardín del edificio de Magela. Fuimos para allá en bicicleta y con las últimas luces regresamos al departamento. El jueves me tocaba dejar sangre en mi policlínica, lo que significaba hacer ayuno desde la noche anterior. Luego busqué las cortinas de enrollar de las ventanas del balcón que habíamos guardado en el sótano previendo la reparación que nunca se hizo durante nuestra ausencia. No las pude colocar porque inexplicablemente no coincidían los agujeros existente en el techo. Alicia había hecho una buena sopa e invitamos a Lucho a que viniera a cenar con nosotros de regreso de su trabajo. A las ocho y media de la mañana del viernes nos presentamos en el hospital de Lund para que la cirujana controlara la muñeca y afortunadamente no encontró nada raro de modo que si no se presentaran complicaciones en el futuro no había que hacer más seguimiento. Al regreso ataqué nuevamente el asunto de las cortinas de enrollar colocando nuevas fijaciones y finalmente quedaron colocadas y funcionando. Marcos, el hijo de Alicia, aún se encontraba en Malmö y partía el domingo de regreso a Estcolmo. El sábado nos juntamos con él y su hermana al mediodía en una cafetería seguido de una visita a Mayarí en su departamento. También compramos una orquídea para Viktoria pues al día siguiente iríamos a comer a su casa. Aun no habíamos visto a Vida y Matías y tampoco conocíamos su nuevo departamento, que quedaba a un kilómetro del nuestro. Después de alcanzar a Marcos hasta la estación de tren fuimos a encontrarnos con Viktoria y nos mostró su nuevo departamento, muy lindo, amplio y luminoso. Vida estaba también grande y vivaracha mostrando su fuerte carácter. Al rato apareció Matías y nos sentamos a comer. Aun teníamos un compromiso más pues se le hacía una fiesta sorpresa a Ulla, una amiga uruguaya, que cumplía setenta años. Se hacía en un local grande y asistió una buena cantidad de gente.
Lunes 9 de mayo. Como se combinaba el buen tiempo y la floración, fuimos el lunes con el auto hasta el llamado valle de los cerezos a unos 40 km de Malmö. Los cerezos estaban tanto en el valle como en la zona aledaña, repartidos por doquier y se veían magníficos. Siendo día de semana pensamos que iba a haber poca gente pero nos equivocamos pues eran muchos los visitantes, aunque en un lugar tan amplio no había aglomeración. Aprovechamos también para hacer una caminata por uno de los tantos senderos de la zona. Después de mucho tiempo de no usar el gimnasio del consorcio recomencé el martes el entrenamiento con el firme propósito de continuar haciéndolo en forma regular. Eva, la amiga de Karin, pasó por casa al día siguiente a recoger la yerba y el jabón que le habíamos traído a pedido de Karin. Hicimos una merienda con ella. Yo me había preparado par la cita que tenia el jueves con mi médica pero a la mañana me avisaron que estaba enferma y que me habían pasado el turno al jueves 19. Mientras Alicia buscaba a Elisa en la escuela para pasear con ella, yo fui hasta el departamento de nuestra amiga Graciela a arreglar una cortina de enrollar con la que hacia tiempo que me había pedido ayuda. Simplemente se había soltado de la pared y se solucionó el problema con un nuevo tarugo y tornillo. El viernes estábamos invitados a cenar en casa de Johanna y KF en Höllviken y como Viktoria vendría con Vida también la pasamos a buscar con el auto por su departamento en momentos en que caía un fuerte chaparrón. No encontramos así nuevamente con las tres nietas y en medio de una gran algarabía se preparó la mesa para comer un sushi muy rico con torta helada como postre. Aunque era un día fresco, al tener cubierta la pileta el agua estaba a 28 grados, por lo que corrieron la tapa y además de KF y las tres nietas se bañó Alicia también. Emprendimos el regreso temprano cuando Vida comenzó a dar señales de sueño. El sol acompañó todo el fin de semana, y el sábado salimos de caminata hacia uno de los parques para seguir viendo los innumerables canteros de tulipanes plantados por la comuna. Por la tarde se reunía Alicia con una amiga en Lund y a su regreso fuimos a cenar a uno de los restaurantes de nuestro barrio. Otro acontecimiento importante en nuestra región era la floración de los rododendros de Sofierno, en las afueras de Helsingborg, y el domingo decidimos ir a ver el espectáculo. En el magnífico parque había cientos de ellos, algunos ya en plena floración mientras que aquellos que tenían más sombra aún no lo habían hecho. Pasamos toda la tarde en el parque e incluso hicimos una pequeña merienda en uno de los cafés. Había bastante gente que había tenido la misma idea y no faltaban los niños que disfrutaban de los juegos. Una novedad era un extenso circuito de puentes colgantes entre los árboles. En las cercanías del parque había un pequeño bosque con senderos y antes de emprender el regreso recorrimos uno de ellos.
Lunes 16 de mayo. Como ya había terminado de montar la nueva estantería del balcón solo faltaba completarla con plantas y nos decidimos por colocar macetas con gardenias ya en flor que compramos en el vivero Plantagen de Svågertorp. La reunión anual del consorcio era el martes a la noche en uno de los salones de conferencias del recientemente construido hotel en Hyllie. En realidad era una nueva convocatoria después de la reunión de abril que no había dejado satisfechos a los concurrentes y no habían aprobado la rendición de cuentas del año anterior. Estuvimos reunidos más de tres horas ante los múltiples reclamos y comentarios pero finalmente se dió el visto bueno a la rendición. Alicia tenía previsto un cruce a Dinamarca para el miércoles ya que varias de las amigas latinoamericanas querían ir a ver las exposiciones en el museo de Luisiana. Partieron a la mañana en tren y regresaron recién a la noche después de la visita al museo y una cena en Copenhagen. Por mi parte fui hasta el departamento de Viktoria y Matías para ayudarlos a montar algunos ganchos en el baño, además de destapar el desagote de la pileta del baño que estaba totalmente bloqueado. Luego me quedé a cenar con ellos también. Después de un atraso de una semana por enfermedad de la doctora me llegó el jueves a la mañana el turno para hacer el chequeo de salud, que afortunadamente resultó muy positivo. Los valores del análisis de sangre eran óptimos y la presión sanguínea era normal. Cuando me controló el corazón le pareció detectar saltos en el ritmo y me mandó a hacer un electrocardiograma. Lo hicimos en el momento y el resultado no mostró nada anormal. Johanna había venido a Malmö y nos visitó al mediodía trayendo unos falafel del kiosko cercano para almorzar. Vino Viktoria también y ella se quedó un rato más a la tarde trabajando en su computadora. Johanna con familia partían el sábado para Amalfi en Italia, invitados por los padres de KF que querían celebrar su aniversario de casamiento en compañía de sus tres hijos y respectivas familias. El viernes 20 se conmemoraba en Uruguay el día de la memoria recordando a los desaparecidos durante la última dictadura y para no ser menos, en Malmö nos reunimos un grupo de uruguayos y argentinos en una plaza del centro. Luego fuimos a cenar al restaurante vietnamita Asian antes de regresar a la casa. Habíamos ido en bicicleta y volviendo al departamento observé que el auto tenía una luz roja trasera prendida. Como no habíamos usado el auto por dos días controlé si arrancaba y pude comprobar que la batería estaba casi agotada. A la mañana del día siguiente llamé al auxilio que vino entre prontamente y le dió arranque sin problemas. Para cargar la batería decidimos hacer una salida larga e invitamos a Lucho también ya que la idea era visitar un mercado de pulgas del campo. Antes de volver a Malmö pasamos a merendar por una acogedora confitería y finalmente buscamos un pollo asado para la cena. Salimos nuevamente de paseo el domingo y elegimos ir hasta el castillo de Svaneholm cerca de Ystad. Hacía mucho tiempo que no había ido allí y nunca había entrado al fantástico museo de cuatro plantas repleto de historia de costumbres suecas de campo durante varios siglos. Como la mayoría de los castillos, había sido construido a orillas de un lago y se lo podía rodear por un bonito sendero en el bosque.
Lunes 23 de mayo. Esperábamos para el miércoles la llegada de Alicia Perez, amiga de Alicia, que venía de su domicilio en Malaga para renovar el pasaporte. Había muchas demoras para conseguir un turno y lo más cercano que había encontrado era el 31 de mayo y ni siquiera en Malmö sino en Oskarshamn. Nosotros le propusimos llevarla en auto hasta allá y de paso hacer un paseo, por lo que Alicia reservó una cabaña en un camping para la noche del día 30. Viktoria había comprado una mesa ratona en un negocio en las afueras de Malmö y me pidió ayuda para ir a buscarla el martes con el auto. Alicia Perez llegó hacia el mediodía del día siguiente y la buscamos en la estación del Triángulo ya que se iba a instalar en nuestro departamento. A la noche fuimos a cenar a un restaurante donde estaba trabajando Matías haciendo hamburguesas. La celebración tradicional del 25 de mayo de la barra latina se hacía al día siguiente, que era feriado en Suecia y nos juntamos en la casa de los consuegros de Alicia a comer la clásica carbonada. Fue una amena reunión y como siempre con comida y bebida muy abundante. Queríamos que Alicia conociera la confitería de campo de Vismarlöv, que ofrecía desayuno buffet y lo hicimos el sábado a la mañana, incluyendo a Lucho en el paseo pues después pensábamos visitar mercados de pulgas también. Llegamos al 29 de mayo, dia de ñoquis, y no quisimos ser menos esta vez tampoco. Se celebraba en Suecia el día de la madre, pero ninguno de los hijos de ALicia estaba en Malmö, ya que Magela había ido a Praga de paseo y Marcos estaba en Estocolmo.
Lunes 30 de mayo. A las ocho de la mañana estábamos ya en marcha hacia Oskarshamn, a 350 km de Malmö. Tuvimos un poco de demora en las afueras de Lund donde había trabajos en la ruta y más al norte, cerca de Växjö hubo que desviarse de la ruta ya que la estaban haciendo nueva por un trecho de varios kilómetros. A las dos de la tarde llegamos al camping, ubicado sobre la costa del mar Báltico y retiramos la llave de la cabaña. Estaba en el medio de un bosque junto con una buena cantidad de cabañas similares. Tenía un dormitorio y un estar con sofá cama y solo teníamos que completar las instalaciones con nuestra ropa de cama y toallas. El camping era muy grande y después de acomodarnos salimos a caminar por el hermoso predio. No estábamos muy lejos del centro pero igual fuimos más tarde con el auto para caminar por el puerto y comprar provisiones para la cena. El turno para el pasaporte era a la tarde y como había que dejar la cabaña antes del mediodía juntamos todo después del desayuno y fuimos a visitar un museo donde había una extraordinaria exposición de un artista que había tallado una enorme colección de figuras de personas, animales y objectos. Almorzamos muy bien en un restaurante chino y después de tramitar el documento partimos de regreso a Malmö. Alicia Perez se iba a quedar en un pueblo en las afueras de Växjö visitando a una amiga antes de volver a Malmö y de pasada la dejamos allí, parando solo para bajar su valija. Con las últimas luces del día llegamos de regreso a casa. Lucho me había pedido ayuda para buscar cuatro sillas antiguas usadas que había comprado por internet y estaban en un galpón del puerto y fuimos a levantarlas el miércoles a la tarde. Luego estuve un rato visitando a Viktoria y Vida en su casa. Al día siguiente le llevé la silla para auto de Vida ya que ella tenía proyectado ir con Johanna y Cornelia a pasar un fin de semana femenino con niñas en Torekov. Me tocaba el viernes darme la tercera dosis de vacuna Covid en Suecia con lo que sumando acumulaba 5 dosis en total. Antes de ir a la clínica me encontré un rato con Matías quien estaba paseando a Vida por el parque como acostumbraba hacer para que Viktoria pudiera trabajar desde su casa. Dando por perdida la llave de la traba de la bicicleta de Alicia la sacamos para afuera y con una amoladora prestada la cortamos en menos de un minuto poniendo en servicio una traba nueva. El destino que elegimos este año para festejar mi cumpleaños fue Berlín y decidimos ir con el auto, entre el 29 de junio y el 2 de julio. Alicia reservó tres noches de hotel, mientras que yo reservé el pasaje del ferry de Trelleborg a Rostock que partía a las siete y media de la mañana. Desde allí a Berlin eran solo 250 km de carretera. La hermana del yerno de Alicia había cumplido 40 años y el sábado los festejaba en un local del parque frente a la casa. Había invitado a unas 100 amistades, pero para una hora posterior a la que venía la familia. Era una linda tarde y pudimos estar afuera dando cuenta de unas pizzas compradas mientras bajaba el sol. Cuando fueron llegando sus amistades nos retiramos trayendo a los nietos de Alicia a dormir a nuestro departamento para que sus padres pudieran seguir en la fiesta. El domingo fue un día radiente y después del desayuno llevamos a los niños en el auto hasta el area recreativa de Skryllegården en las afueras de Lund donde potrerearon y gastaron buna cantidad de energía antes de almorzar en el restaurante del lugar. El buen tiempo sacó a la calle a medio mundo, invandiendo los parques y la costa con picnics, asados y playa. A la noche fuimos a cenar al departamento de Lucho, con la presencia de su amiga Patricia también, pues queríamos discutir los detalles de una posible salida juntos a la costa oeste de Suecia. Por falta de tiempo decidimos hacerlo a fines de agosto.
Lunes 6 de junio. Día nacional en Suecia, nuevamente con tiempo gris y lluvioso. Habíamos invitado a comer a Magela con los niños y a Mayarí, celebrando en forma atrasada su cumpleaños número 41. Nuestra amiga Alicia regresaba el martes de Växjö y nuevamente la fuimos a esperar a la estación del Triángulo. Aun estaba esperando la entrega de su documento de identidad para poder regresar el sábado a Málaga. Johanna vino a visitarnos el miércoles a la mañana y nos contó detalles de la escapada de fin de semana en Torekov, que se les complicó por malestares de estómago, vómitos y resfríos. A causa de ello se canceló la reunión del lunes, cuando iban a festejar el cumpleaños de su madre. Alicia tenía turno de control con el médico el jueves a la mañana y la encontró bien en general, aunque le recetó calcio y vitamina D para contener su osteoporosis. La notificación aun no había llegado pero Alicia decidió igualmente hacer averiguaciones en la policía, pero en camino para allá le llegó el aviso por lo que se hizo de su documento de identidad por lo que pudo retirarlo y quedar en condiciones de viajar de regreso a Málaga. Su pasaporte había sido enviado a Madrid y sorprendentemente estaba ya allá. Más tarde nos visitó Mariana, la hija de una amiga de ambas Alicias, ya fallecida, y armamos una cena en el balcón. A la tarde del viernes nos comunicamos con Karin, en plenos preparativos para festejar el primer año de vida de Laia. Las celebracione se iban a prolongar hasta el domingo. Atentos al estado del tiempo, que no era muy bueno, decidimos finalmente cruzar a Dinamarca con el auto el sábado a la mañana para llevar a Alicia al aeropuerto previo paseo por Copenhagen. Ante los elevados costos de Dinamarca llevamos nuestro propio picnic, y comenzamos por visitar el barrio hippie de Christiania, muy pintoresco y lleno de turistas. Tenía un lago con un sendero que lo rodeaba e hicimos esa larga caminata apreciando las casas de todo tipo que habían construido los habitantes del barrio. Había mejorado el tiempo y ya teníamos bastante sol y calor. Después de este paseo nos quedaba tiempo aun y llevamos a Alicia a que conociera la famosa sirenita, donde además nos sentamos a comer nuestro picnic. Regresamos al aeropuerto por la calle de la costa y en el camino paramos en un café a tomar algo como cierre del periplo. Acompañamos a Alicia en los trámites de embarco, donde no tuvo ningún inconveniente, y allí nos despedimos por esta vez. Ya en Malmo llegamos aun a tiempo para ir al parque y encontrarnos con Ana María, los consuegros de Alicia y otros amigos a hacer un picnic y jugar a las bochas. Al día siguiente nos visitó Viktoria con Vida y estuvimos un rato en el parque de nuestro consorcio antes de entrar a hacer una merienda. Luego las acompañé hasta su departamento y entré al supermercado cercano a comprar salchichas ante la programada visita que nos iba a hacer Johanna con Sigrid e Ingrid el día lunes.
Lunes 13 de junio. Johanna iba a venir a las nueve y media de la mañana y bajé temprano al gimnasio para estar listo a tiempo. Finalmente apareció Johanna una hora antes con las niñas, cuando apenas había subido del gimnasio. Las niñas tenían el día libre en su guardería y por eso vinieron a compartir unas horas con nosotros. Antes de salir a los juegos del barrio hicimos el almuerzo con muy apreciados panchos. KF pasó a buscarlas a media tarde y yo quedé esperando a Alicia quien horas antes se había vacunado contra el Covid y luego había ido a pasear con su nieta Elisa. Cuando llegó fuimos a cenar a nuestro restaurante favorito del barrio. Elis, la nieta de Alicia, terminaba su año escolar el martes y no permitían la asistencia de los padres de modo que nos encontramos con ella, sus padres y Nicolás en una cafetería para celebrar. Estabamos también en plena temporada de finalización de la secundaria con el correspondiente estruendo en la ciudad. Habíamos invitado a Viktoria y Matías a comer empanadas de carne en casa al mediodía del día siguiente, y fue almuerzo debido a que ningún día estaba Matias libre para cenar. Ese mismo día compré mi pasaje de ida a Madrid con Iberia para el día 22 de julio. Alicia había decidido finalmente acompañar a Magela, Leo y los niños, además de sus consuegros en su viaje en auto a España, partiendo el día 16. Iban a pasar unos días en el balneario de Rosas, al norte de Barcelona, y luego continuarían a San Sebastián. El plan nuestro era encontrarnos allí para ir luego a visitar a la hermana de Alicia, mientras que los chicos recibían al padre de Magela que venía de Montevideo para retornar con ellos a Suecia. Nosotros no teníamos aun fecha de regreso. El viernes puse finalmente en marcha el plan de reformar y acomodar el cuartito del departamento. Allí había un mueble muy poco práctico que había dejado la dueña anterior y teníamos bastante desorden también por lo que comencé por vaciar el cuarto de todo su contenido, para desarmar y retirar luego el mueble. La idea era colocar en su lugar una cómoda que estaba en el dormitorio de visitas y montar luego dos estantes pintando todo de blanco. No era tarea para terminar en un día y se atrasó aun más porque el sábado fuimos hasta un lago cercano donde Magela. Leo y los niños habían alquilado un bote y estaban haciendo su primera experiencia de remo. En el lugar había un restaurante también pero cerraba temprano y no alcanzamos a comer nada de modo que nos trasladamos a otro lugar a merendar en una cafetería. Antes de regresar hicimos Alicia y yo una caminata por un bosque cercano, y fue corta porque a las siete de la tarde comenzaba un concierto de la orquesta sinfónica en el anfiteatro de nuestro parque. Por suerte nos había reservado lugares Ana María pues el lugar se llenó de gente. Al día siguiente regresó Johanna con su familia de un fin de semana en el Disneyland de Paris, donde lo pasaron muy bien a pesar del calor abrasador. Yo le dediqué unas horas al cuartito pero sin terminar aún porque pasamos también a saludar a Marcos, el hijo de Alicia, que estaba de pasada por Malmö.
Lunes 20 de junio. Ese día quedó listo el cuartito para acomodar nuevamente todo lo que estaba desparramado por la casa. A Johanna no la vimos porque el lunes fueron a pasar la semana de midsommar a Torekov. Era el día anterior a la partida de Viktoria, Matías y Vida a Francia a visitar a Isabel, y como Viktoria se había olvidado de cancelar la entrega habitual de comida para tres días pasé a la tarde a despedirme y traer las viandas a casa para usarlas nosotros. El martes al mediodía pasó Ana María por casa a dejarnos un litro de aceite de oliva pues ella y otros le compraban bidones en forma directa a un importador. Nos tocaba a nosotros reservar lugar para un concierto de tango en el anfiteatro y hora y media antes de que comenzara la función nos ubicamos allí extendiendo mantas como para doce espectadores. Escuchamos a una excelente orquesta femenina y también al cantor, que resultó ser un conocido actor sueco. Un poco raro fue escuchar tango cantado en sueco, y también oírlo expresar algunas frases en un español con mucho acento. A muchos de nuestros latinos conocidos que estaban allí les resultó molesto, pero nosotros disfrutamos mucho del concierto. Al día siguiente hicimos una salida hasta Ikea donde compramos un par de cajas de cartón como parte del ordenamiento del cuartito, y a la noche vino Lucho a vernos para coordinar la celebración de midsommar del viernes que íbamos a compartir con él y su amiga Patricia. Milagrosamente se pronosticaba un día soleado con 26 grados de temperatura, algo que rara vez sucedía en Suecia. Pensábamos ir al mediodía a un parque cercano donde levantaban el palo decorado, haciendo un picnic allí, y a la noche íbamos a cenar al departamento de Lucho. Hicimos la bicicleteada bajo un fuerte sol y con mucho calor pues ese viernes se acercó la temperatura a los 30 grados. Por suerte encontramos una buena sombra donde tirar la manta y armar el picnic. A la noche nos esperaba Lucho con la comida que había preparado y fue tanta que no pudimos comer la tradicional torta de frutillas que había preparado yo para la ocasión. Pasada la medianoche regresamos a casa después de acordar que el sábado nos reuníamos nuevamente para dar cuenta de toda la comida que había sobrado. Continuaba el sol y el calor el domingo también y como Magela y su familia iban a la playa cercana nos anotamos también, A ellos los encontramos a pleno sol en la arena y yo preferí poner una manta a la sombra de un árbol no muy lejos de la costa.
Lunes 27 de junio. Continuaban las altas temperaturas y se nubló hacia la noche con pronóstico de lluvia. Yo uní las dos hojas de la puerta corrediza que separaba el living del dormitorio extra, algo que había tenido la intención de hacer desde tiempo atrás. Alicia bajó del altillo una valija mediana y dos de cabina para el viaje a Berlín del miércoles. Al día siguiente recibí un regalo de cumpleaños adelantado de Alicia, que fueron dos camperas livianas que estaba necesitando con urgencia. También hice una escapada hasta Bauhaus a retirar las sillas playeras al recibir el aviso de que habían llegado, hice lavar el auto y controlé la presión de las ruedas, además de comprar lo necesario para armar sandwiches para el viaje. Nuestros amigos Cecilia y Roberto estaban de paseo por Malmö por unos pocos días, y para poder saludarlos hicimos una escapada al anfiteatro del Pildamm donde iban a asistir al espectáculo de esa tarde, volviendo luego a casa a armar el equipaje.