Enero 2004 a junio 2005
Comenzó el año 2004, y había un nuevo viaje familiar en vista ya que había invitado a mi hermana a venir a visitarnos a Malmö. En realidad quería que viniera Cacho también, pero él estaba demasiado ocupado en su trabajo como para poder dejarlo. Elsa reservó pasajes para hacer una gira de dos meses por Europa, con la idea de visitar parientes y amigos antes de venir a Malmö en junio a compartir mi licencia. Se me ocurrió que podía ser lindo alquilar una cabaña en Österlen por una semana y así reservé una en Bertilstorp para principios de junio. Los planes se cumplieron aunque nos falló un poco el tiempo, fue un verano bastante frío y lluvioso. De todos modos lo disfrutamos mucho, y para poder pasear alquilé autos en varias oportunidades. También anduvimos mucho en bicicleta y si bien Elsa se sentía un poco insegura al principio fue mejorando con e tiempo. Para trasladarnos a la cabaña alquilé nuevamente un minibús ya que éramos muchos.
A nuestro regreso a Malmö tuvimos una reunión en uno de los parques e la ciudad para celebrar el regreso de Shana, una amiga y compañera de escuela de Karin. Ella había estado en EEUU por un año en un intercambio estudiantil. La fiesta la había organizado Nina, la madre de Shana, y fue el comienzo de una rápida amistad entre ella y yo que culminaría en un vuelco inesperado en mi vida. Mientras tanto las chicas partieron en auto para Italia con su madre, quien había reservado una casa en Toscana y mi hermana y yo continuamos paseando por la zona. Incluso visitamos el famoso centro de compras de Ullared, monumento al consumismo.
Las chicas regresaron de Italia antes de mi nuevo embarque, que se produjo el día antes de la partida de Elsa de modo que aun tuvieron la oportunidad de verse. Como embarqué en Kalundborg, Elsa pudo conocer el buque pues fuimos en un auto alquilado y mi relevo la dejó en Malmö en camino a Gotemburgo.
Cuando regresé de ese embarco estreché más mi amistad con Nina, la ayudé a establecerse en el departamento al que se había mudado recientemente, y fuimos con frecuencia a hacer gimnasia juntos. En una oportunidad mencioné al pasar que podíamos juntar las dos familias, y ella aceptó la idea con tal entusiasmo que no lo pensé dos veces. Más adelante quedaría demostrado que el proyecto tenía sus serias dificultades también pero en ese momento no lo evalué. Después de todo no fue la primera vez que puse en marcha una idea alocada. Sea como fuera nos pusimos en campaña y Nina encontró un hermoso departamento en la calle Drottningtorget 4 que alquilamos aun sin que yo lo hubiera visto; recién lo ví al regreso de mi siguiente embarco y estuve de acuerdo en que era fantástico. La mudanza sería el 1 de enero.
Como había planeado que los chicos vinieran nuevamente a Suecia, les pagué pasajes a ambos para venir en noviembre. Esta vez pudo anotarse Francisco también y pasamos nuevamente tres semanas hermosas con ellos, sin muchas excursiones esta vez ya que el clima era frío. Incluso pudieron experimentar una corta nevada durante su estadía. Un fin de semana alquilamos un minibús y cruzamos a Dinamarca para visitar el Experimentarium y el Tivoli. Allí se anotaron Isabel y su pareja chilena Ignacio también. A mí me tocaba pasar la navidad a bordo, de modo que hicimos una fiesta adelantada con ellos antes de que partieran de regreso a la Argentina. Quedó la promesa de que el año siguiente viajaríamos nosotros para allá.
Al tener muchos días de licencia acumulados y teniendo en cuenta que nos teníamos que mudar arreglé para que viniera un relevo temporario al buque y desembarqué el día del cumpleaños de Johanna. Ya había comenzado a empacar antes de embarcar y continuamos la tarea. Ese fin de año fue el primero que pasé solo, en realidad hice de chofer utilizando el auto de Nina y trasladando a Johanna de una fiesta a otra. Viktoria había viajado al norte con su amiga Felicia, y Karin estaba en su propia fiesta.
El 2 de enero del 2005 nos mudamos tanto Nina y Shana como nosotros al nuevo departamento. Había cuatro dormitorios, de modo que Karin compartió con Shana lo que en realidad era el living y yo dividí un cuarto con Viktoria. Johanna y Nina tenían sus propios dormitorios y Johanna era la primera vez que tenía cuarto propio, con balcón y vista a la plaza. Nina tenía una enormidad de cosas, de modo que muchas de mis pertenencias fueron a dar al altillo. Alquilamos también un garaje en las cercanías pues Nina tenía auto y habíamos decidido compartir los gastos. El departamento de Lilla Kvarngatan seguía en mi posesión hasta fin de enero y me puso lentamente a la tarea de limpiarlo cuando súbitamente apareció un nuevo inquilino que quería entrar a mediados de enero. A mí me significó ahorrar medio mes de alquiler, al mismo tiempo que tuve que aumentar el ritmo de la limpieza y trabajar duro durante varios días para dejar el departamento listo para la inspección.
A principios de marzo hicimos una de nuestras pocas entradas a Malmö con el buque y teniendo por delante un viaje de Gotemburgo a Gävle le propuse a Karin que hiciera un viaje conmigo. Ella no podía embarcar en Malmö pero vino a Gotemburgo donde se nos unió el 12 de marzo. El viaje a Gävle fue muy tranquilo y sin incidentes, con buen tiempo, y Karin aprovechó para preparar un trabajo escolar eligiendo como tema la vida profesional de los marinos. Me entrevistó a mí y otros tripulantes, sacó fotos y escribió una excelente crónica sobre su experiencia, que también adjunté en las crónicas de mi familia. Desde Gävle regresó a Malmö en tren, mientras que yo continué con el buque a San Petersburgo. Ahora quedaba únicamente Viktoria sin haber hecho un embarco conmigo.
Los problemas propios de la vida comunitaria que habíamos elegido comenzaron a aflorar lentamente y después de unos pocos meses llegamos a la conclusión de que no iba a funcionar. Por suerte pudimos cerrar esa experiencia de vida en forma amigable. Nina logró recuperar el departamento que había dejado y comenzó a hacer planes para mudarse el 1 de julio.