Abril 2006 a diciembre 2006
Completé mi embarco y comenzamos con los planes para la graduación de Johanna iba a ser el 8 de junio y por mi parte tenía que hacer el curso de asistencia médica a fines de mayo. Por suerte pude arreglar para hacer la práctica en el hospital de Malmö, de modo que bastó con estar dos días en Gotemburgo para asistir a la parte teórica y luego regresé a Malmö a hacer las dos interminables noches de guardia en la urgencia. Siempre me ha sido dificil recuperarme de los trabajos nocturnos, y dos noches seguidas en vela me dejaron agotado. Necesité un par de días para volver a mi estado normal y comenzar a dedicarme a los preparativos de la fiesta. De todos modos ya había precongelado las tortas y en general no hubo problemas para terminar a tiempo. Después de todo teníamos la experiencia del año anterior con Karin. Johanna había conseguido vestidos y calzado a su gusto, y el día de la graduación fue soleado y templado. Habíamos acomodado los muebles en la casa de modo de distribuir mesas en tres habitaciones, calculando que vendrían no menos de 40 personas. La salida de Johanna y sus compañeras del colegio fue bastante caótica, como suele serlo, y finalmente pudieron partir todas en un camioncito abierto para la tradicional vuelta por la ciudad. La fiesta en casa fue también un éxito en todo sentido y Johanna quedó muy contenta. Durante parte de la fiesta estuvo Karin viendonos en vivo desde Buenos Aires al tener conectada una cámara a la computadora. Hubiera sido más lindo tenerla con nosotros pero al menos fue un consuelo. Decidimos que en el año 2010 estaríamos todos juntos en Malmö para la graduación de Viktoria. Además de la graduación de Johanna participé de dos fiestas más, ya que también se recibía Adrian, el hijo de Omar y Ana Martía, y Aurora, la hija de Carlos y Elena. Johanna fue también a la graduación de Shana.
Habiendo decidido que era hora de mudarnos a un departamento más pequeño y económico, nos pusimos a la búsqueda y comenzamos a ver alguno que otro departamento. Ninguno nos terminó de convencer, con el agravante de que dificilmente hubiera otro departamento a nuestro alcance de la misma categoría del que estábamos alquilando. Desde Argentina me llegaron noticias bastante inquietantes, ya que primero le habían entrado ladrones a Agustín en mayo, pero más adelante se produjo un incidente más grave cuando le incendiaron el departamento. El asunto era muy complicado porque también recibía amenazas telefónicas y aparentemente no estaba claro el origen de toda esta agresión. Agustín tuvo que dejar el departamente y si bien se instaló inicialmente con su madre, decidió luego viajar a Buenos Aires y quedarse por un tiempo indefinido con Gabriel.
A mediados de junio aparecieron Julio y Åsa con sus hijos en Malmö ya que tenían planeadas unas vacaciones cortas en el sur de Francia. Vinieron en su auto el 18 de junio y se quedaron a dormir esa noche para partir a la mañana siguiente en avión. Nos dejaron el auto por una semana y lo disfrutamos a pleno, a pesar de las complicaciones del estacionamiento y de la cantidad de nafta que tragaba. A su regreso, Juilo y familia se quedaron solo a cenar con nosotros y partieron a su casa de campo. Yo alquilé un auto para el fin de semana ya que estábamos invitados al bautismo de Matheus, el nieto de Anki, que iba a tener lugar el domingo en Skanör. Fue memorable, con un día fantástico y una recepción muy linda en el hotel contiguo a la iglesia.
Alcanzamos a hacer sendas fiestas de cumpleaños para Viktoria y para mi, una con amigos de habla hispana y otra con los de habla sueca, justo antes de tener que volver a embarcar nuevamente el 3 de julio en Gdansk. La búsqueda de nueva vivienda había sido hasta entonces infructuosa de manera que continuábamos instalados en el enorme departamento de Drottningtorget. Durante mi siguiente embarco recibí de Elsa la noticia de que le habían descubierto a Laura un tumor en el torax que iba a requerir una complicada intervención quirúrgica para extirparlo. La fecha de la operación fue el 1 de agosto y por suerte fue con éxito. El tumor fue eliminado totalmente, o asi lo creían y Laura comenzó su larga recuperación después de semejante operación.
Era mi esperanza que pudiera desembarcar antes del 9 de agosto, que era la fecha prevista de llegada de Karin, y casi pude concretarlo. Había arreglado con Bernt, el capitán suplemente, que me relevaría a tiempo. Pero como suele pasar con los buques, se presentaron complicaciones de último momento y me perdí la llegada de Karin por un día: desembarqué en Gotemburgo el 10 de agosto. El mismo día de mi llegada teníamos que ir a ver un departamento en Bergsgatan 1 que había encontrado Viktoria y allí fuimos toda la tropa. Todos lo aprobamos y nos anotamos como interesados. Según la propietaria recibiríamos contestación en unos días. De todos modos continuamos con la búsqueda y encontramos un departamento en el mismo edificio donde vivía Gerd, en el que también quedamos en cola.
El 16 de agosto del año 2006 hicimos la fiesta de cumpleaños de Karin en casa, y participaron parientes y amigos de ella. Lamentablemente se había producido antes el fallecimiento de Lennart, el padre de Ulla, de modo que ella se quedó en Helsingborg. Karin se estaba moviendo activamente para conseguir una fuente de ingresos durante sus más de dos meses de permanencia en Suecia y ya había hecho algunos trabajos. También estábamos gestionando papeles para que pudiera inscribirse en el curso de ingreso de la facultad en Buenos Aires, donde quería comenzar en Filosdofía y Letras.
El domingo 20 apareció un aviso en el diario anunciando un departamento en alquiler en Bergsgatan 2 y esa misma tarde pudimos ir a verlo Johanna, Viktoria y yo. El departamento era de tres ambientes amplios en el 5to. piso de un edificio antiguo, con cocina y baño renovados y todo en muy buen estado. A pesar de ser un poco alto el alquiler quedamos también allí como interesados, y dos días más tarde me encontré con el propietario del edificio. El hizo una rápida averiguación sobre mis antecedentes y al día siguiente firmamos el contrato de alquiler para tomar posesión del departamento el 1 de diciembre, fecha que me convenía ya que iba a estar en casa y además tenía que pagar de cualquier modo el alquiler de nuestro departamento de Drottningtorget hasta esa fecha. Como el nuevo departamento incluía máquinas de lavar y secar ropa además del lavavajillas, puse inmediatamente en venta las máquinas que teníamos y en una semana se liquidó todo. Con la ayuda de las chicas hicimos una limpieza general del altillo y juntamos todo lo que podía venderse eventualmente en el mercado de pulgas. Desde luego no logramos vender todo, pero lo que sobró lo tiramos al contenedor. El departamento fue quedando cada vez más vacio, y tanto Johanna como Karin guardaron en cajas de mudanza todo aquello que querían conservar mientras estuvieran ausentes de Suecia.
A fines de agosto fue la ceremonia de despedida de los restos de Lennart en una iglesia de Helsingborg y Ulla organizó una pequeña reunión en el departamento que solamente unos meses antes le habían conseguido a su padre en el centro de la ciudad. Lennart no alcanzó nunca a hacer una fiesta de inauguración como había planeado. Una última reunión grande que organizamos en el departamento fue con los amigos latinos a principios de septiembre, y la excusa fue la tradicional consumición anual de cangrejos. Además de comerlos directamente, hice una sopa que tuvo mucho éxito y que quedó incorporada a nuestro recetario. Un episodio triste fue la ruptura total de Isabel con Ignacio. Al quedarse sin pareja, Isabel decidió alquilar su departamento y me preguntó si podía instalarse momentaneamente en mi departamento hasta que Karin viajara a la Argentina el 28 de octubre. El único problema era la gata, a causa de la alergia de Viktoria, de modo que la instalaron en el sótano del local de Gerd.
Johanna coronó con éxito sus clases de conducción y sacó su registro de conducir. De inmediato gestionó el registro internacional, además de ultimar todos los preparativos del viaje. Al haberse puesto de novia con Ola le resultó aun más dificil la separación, pero las cartas estaban echadas y así llegó el 24 de septiembre, fecha del vuelo. Hubo muchas lágrimas en el aeropuerto, su amiga Cornelia también se despedía de sus padres y de un novio, y así partió Johanna con ella hacia la Argentina. Tuvieron un viaje sin inconvenientes y las estaban esperando los chicos. Agustín había estado un tiempo en San Juan atendiendo al asunto de los ataques, pero ya estaba de regreso en Buenos Aires y planeando quedarse allí en el futuro. Así había surgido la idea de buscar un departamento más amplio para acomodar a todos.
Después de una licencia particularmente larga volví a embarcar el 3 de octubre, de modo que me despedí de Karin asumiendo que no nos veríamos por bastante tiempo. Como lo habíamos planeado, yo había hecho reservas para viajar a la Argentina en el año 2007: Viktoria partiría el 10 de junio, mientras que yo lo haría el 10 de julio, al regreso de mi embarco. A los pocos días de mi embarco me enteré que el Falcon de Gabriel habia desaparecido de su estacionamiento habitual fuera del departamento, una noticia triste ya que nos habíamos encariñado con el coche, que además había significado muchas horas de dedicación por parte de Agustín y una gran inversión para Gabriel. Al poco tiempo adquirió una combi Wolksvagen modelo 1983 con capacidad para nueve personas, que le resultaría muy util para salir de aventuras con la numerosa familia y amigos.
Staffan, el dueño del edificio de Bergsgatan, me dio la buena noticia de que nos podíamos mudar ya el último fin de semana de noviembre, cosa que hicimos el 26 con la ayuda de Adrian y un amigo suyo además de Milton. Omar estaba ausente de Malmö ese fin de semana. A pesar de todo lo que habíamos vendido y tirado fue un trajín duro, teniendo en cuenta que los muebles grandes y pesados tenían que ser bajados y subidos por la escalera al ser muy pequeños los ascensores en ambos edificios. Había alquilado un camioncito e hicimos innumerables viajes entre los dos departamentos. Ya entrada la noche terminamos con la mudanza y nos instalamos Viktoria y yo entre la montaña de cajas y muebles. Al día siguiente salí temprano por la mañana para Gotemburgo a participar en un seminario que organizó la compañía y el martes estaba de regreso en Malmö para continuar con la limpieza del departamento de Drottningtorget, que debía ser entregado el 1 de diciembre. Fueron un par de días de intenso trabajo, especialmente la limpieza de las ventanas, pero finalmente quedó todo terminado y con la entrega de las llaves cerré un capítulo bastante curioso de mi vida.