19 de Abril 2025
Al no tener a nadie que nos pudiera arrimar a la parada decidimos utilizar el viernes nuestro auto, tomándonos un buen margen. El equipaje quedó en custodia con Alicia y yo regresé a dejar el auto, sin percatarme que ella se había quedado con nuestras llaves de la casa. Lo resolví escondiendo los documentos y las llaves del auto en la leñera de la parrilla. Más tarde nos confirmó Nicolás que había encontrado todo sin problemas. Tuvimos un par de horas de espera en Tres Cruces antes de abordar el ómnibus a Colonia. Había una gran cantidad de pasajeros para embarcar en el ferry e incluso partimos con veinte minutos de retraso por demoras en acomodar todos los vehículos en la bodega. En la Boca nos esperaba Gabriel y con el caminamos hasta Puerto Pampas donde nos encontramos con Valeria y cargamos las valijas en el auto para ir hasta la casa que habíamos reservado en Adrogué a pasos de la avenida Yrigoyen. Las llaves estaban en una cajita con código, y entramos a dejar todo el equipaje para continuar luego hasta la casa de Karin a cenar. Yo había preparado el día anterior una buena cantidad de pesto y pusimos a hervir la pasta cuando llegaron Agustín con Coti, Mariano, Camilo y Josefina. Fue una muy linda y bulliciosa reunión familiar que se extendió por bastante tiempo, y cuando llegó el momento de emprender la retirada nos dejaron Valeria y Gabriel en nuestra casa. Estábamos a poco más de 2,5 kilómetros de la casa de Karin.
La casa que habíamos alquilado era bastante modesta pero tenía todo lo necesario para la estadía en Buenos Aires y estaba además bastante bien ubicada. El domingo de pascua por la mañana nos pasó a buscar Agustín con el auto de Coti, trayendo a Mariano y Camilo. Hicimos una larga mateada en su casa, después de comprar algunas facturas. Como íbamos a hacer un asado en casa de Karin nos trasladamos luego hacia allá y aparecieron también Gabriel con Valeria, Lucía y Olivia. Mientras Agustín preparaba el asado con su habitual maestría, Gabriel y yo desarmamos un placard en el dormitorio de Karin pues la pared tenía mucha humedad y hongos. Mariano regresaba ese mismo día a la noche a San Juan en ómnibus y había que dejar a Camilo con su madre, de lo cual se ocupó Agustín mientras que nosotros regresábamos a pie a nuestra casa por la muy traficada avenida Yrigoyen. Ese día nos tuvimos que despedir de Gabriel y familia pues el lunes regresaban a Alberti.
Lunes 21. Fue un día de mucha actividad en familia, que comenzó por la mañana cuando Agustín pasó a buscarme para ir a la casa de karin a hacer un trabajo en el galpón que usaba de escritorio. había que cepillar un piso de madera machimbrada que había colocado Agustín, para pasar luego un líquido protector. Él se ocupó de cepillar el piso con su cepilladora eléctrica y comenzar a aplicar el líquido, y luego fuimos a buscar a Josefina a su guardería. Más tarde se fue él a su casa mientras yo continuaba con la aplicación del líquido pues bastaba esperar una hora entre aplicaciones,y ya a la noche nos trasladamos para allá con un Uber nosotros también, incluida Karin y sus niñas para comer todos juntos unos muy buenos tacos.
Como se nos estaba acumulando ropa sucia y el día pintaba muy lindo, hicimos el martes por la mañana la caminata hasta la casa de Karin llevando la ropa para lavar. Alicia iba a ir con Karin a San Telmo para que Alicia se cortara el cabello con Linda, mientras yo me ocupaba del lavado y me hacía cargo de Ines cuando despertara. Por suerte no hizo ningún escándalo cuando me vió a mí y la entretuve hasta el mediodía cuando llegó Mariano del trabajo. Almorzamos los tres juntos y cuando apareció Margarita para cuidar a Inés se fué Mariano al trabajo mientras yo terminaba de aplicar el protector al piso del galpón. Yo quería cortarme el cabello también e hice una escapada a una peluquería cercana. Queríamos saludar a Agustín a la noche y Karin nos consiguió un Uber para ir a su casa donde nos quedamos un rato. Otro Uber nos llevó más tarde a nuestra casa y cenamos en el restaurante de la esquina, lo que no fue una buena idea pues ni la comida ni el servicio nos dejaron conformes.
Así llegó el 23 de abril, día del cumpleaños de Agustín, y estando él ocupado con la venta del camión se decidió que nos juntariamos a cenar en un restaurante al día siguiente. Nosotros comenzamos el día visitando el cercano shopping Boulevard, donde compramos dos copas de vino como regalo para el cumpleañero. Más tarde fuimos caminando hasta la estación de tren de Adrogué y con un sincronismo perfecto subimos al furgón en el que venía Agustín con su bicicleta. En la estación de Constitución le compramos sabrosos chipas a la vendedora que siempre los tenía calentitos y caminamos hasta el colegio de Camilo a esperar su salida. Tenía bastantes bártulos y mucha ropa que había que dejar en la casa de su madre en la Boca. A medio camino se dió cuenta Agustín que no tenía su mochila y regresó a toda marcha hasta la escuela, donde algunas madres se la estaban custodiando. Con un hermoso atardecer nos llevó luego Agustín con la camioneta a cenar a Puerto Madero. Lo hicimos en el "Itálica Pizza Bar" cercano al icónico puente peatonal diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava. Después nos acercó Agustín a Cosntitución donde tomamos el tren a Adrogué. Siendo una noche apacible decidimos luego caminar hasta la casa.
A un día de la partida de regreso a Suecia comenzamos a armar nuestro equipaje el jueves a la mañana y más tarde fuimos caminando al centro de Adrogué con una para en el camino pues dimos con un pequeño almacén en el que también vendían bombachas de campo y alpargatas. Alicia compró dos pantalones y yo un par de alpargatas pues ví que lo que parecía ser suela de yute era en realida una imitación sintética. Ya en la zona comercial no pudimos dejar de entrar a la heladería Lucciano. Terminamos de armar todo lo que pudimos del equipaje por la tarde, hasta que pasaron Coti con Josefina además de Karin con Laia para ir hasta la cercana parrilla "Los Pilares" donde se nos reunió Agustín después de finalizar el operativo de venta del camión. Este restaurante no nos defraudó; la carne y la pasta eran excelentes y la atención muy buena. Llegó el momento de las despedidas de la familia y Agustín se comprometió a pasarnos a buscar a las nueve de la mañana del día siguiente. Todavía pude hacer una escapada a la panadería cercana a buscar medialunas y chipas para desayunar antes de la llegada del propietario y de Agustín. Esa mañana tuve la mala suerte de que se me rompiera el armazón de los anteojos, aunque por otra parte ya era hora de hacerme anteojos nuevos. El procedimiento del check-in en Ezeiza fue bastante lento pero nos sobraba tiempo para embarcar. Afortunadamente nos tocaron los asientos del pasillo y del medio de una fila de tres, y sincronizamos bien las idas al baño del viaje con la señora a la que le tocó la ventanilla. El avión partió con toda puntualidad y fue un vuelo muy sereno. Tenían en pantalla la película "El Cónclave" que estaba interesado en mirar y me pareció muy buena, además de muy actual ante el fallecimiento del papa Francisco. Llegamos a Madrid antes del horario previsto, y así fue que no tuvimos que apurarnos para alcanzar el vuelo siguiente a Copenhague. Este vuelo fue también muy puntual y la única falla consistió en que solo apareció la valija despachada por Alicia. Al no aparecer la mía fuí a hacer el reclamo y vieron de inmediato que había quedado en Madrid y se enviaría en el siguiente vuelo. Al haber alquilado el departamento habíamos guardado gran parte de nuestra ropa y ropa de cama en el altillo de modo que no hubo más remedio que bajar las cajas el mismo día de nuestra llegada.