24 de Noviembre 2022
La frecuencia de trenes nocturnos no era grande asi que llegamos al aeropuerto cuando aun no habían habilitado los mostradores. Habíamos tomado sendas pastillas del remedio que nos había dado Viktoria y al rato comenzamos a sentir que nos venía mucho sueño. Por suerte salió el vuelo a Paris con puntualidad pues solo disponíamos de dos horas en el gigantesco aeropuerto, donde el cuello de botella fue el control de pasaportes con centenares de pasajeros haciendo cola. Cuando ya pensábamos que perderíamos el siguiente vuelo habilitaron nuevas ventanillas y así logramos llegar a la puerta de embarco entre los últimos pasajeros. Habíamos cambiado los asientos asignados por otros donde estábamos los dos solos, cerca de la cola. Hubo algunos períodos de turbulencia durante Las catorce horas de vuelo hasta Ezeiza pero no fue nada serio y antes de las ocho y media de la noche aterrizamos en Buenos Aires donde nos estaba esperando Agustín con Coti en el auto de ella. El control de frontera fue rápido y las valijas estaban en la cinta asi que prontamente partimos para Burzaco para hospedarnos en la casa de Agustín. Agustín tenía que ir a buscar a Camilo el viernes a la tarde y mientras Alicia iba de compras con Karin, partimos nosotros en bicicleta a la estación para tomar el tren a Constitución. Yo utilizaba la bicicleta de Coti además de su casco rosado. Desde Constitución hasta la Boca utiizamos las ciclovías en casi todo el trayecto. Las biciletas las cargamos en la camioneta y fuimos a buscar a Camilo a la salida del colegio para regresar a Burzaco. A la noche ibamos a comer todos juntos un arroz con atún preparado por Alicia, que tuvo mucho éxito. Mientras Alicia comenzaba a salir de su estado gripal yo comencé a retroceder nuevamente. Como Argentina jugaba su segundo partido el sábado decidimos ir a verlo todos en casa de Karin, pero antes de eso preparó Agustín un buen asado en lo de Coti. Cuando ya estábamos llegado a la sobremesa apareció Gabriel con Valeria y las niñas, recién llegados de Alberti. Todos nos trasladamos hasta la casa de karin minutos antes del puntapié inicial, y esta vez si hubo mucho regocijo ante el resultado del partido. El domingo amanecí bastante afónico, con nariz tapada y tos. No obstante decidimos ir igual a capital como lo habíamos planeado. Agustín nos llevó a la estación previa pasada por la casa de Karin. El día anterior había quedado la billetera de Gabriel en Burzaco mientras que él se había llevado la de Mariano. Desde Constitución fuimos en ómnibus hasta la zona de Plaza Italia pues Alicia quería hacer compras en el Distrito Arcos, donde encontró un par de vaqueros a su gusto. Luego regresamos hasta la Recoleta pues nos ibamos a encontrar allí con Gabriel y la familia. A todo esto seguíamos desde la llegada con dias soleados y temperaturas máximas que superaban los 30 grados. En cuanto nos encontramos buscamos un lugar donde almorzar antes de pasear por la feria y entrar al excelente centro cultural. Alicia consiguió unas sandalias y algo de ropa en la feria y cuando ya nos vencía el cansancio tomamos un ómnibus a Constitución para regresar a Burzaco. Le pedimos a Mariano que nos buscara en la estación pues teníamos su billetera después de haber hecho el canje con Gabriel. Yo me sentía extremadamente congestionado y con fiebre además de totalmente afónico y me fui derecho a la cama.
Lunes 28. Karin vino por la mañana en su auto con Laia y mientras yo me hacía cargo de cuidar a mi nieta ellas se fueron de compras al Chango Mas. Por suerte Laia era muy dócil y se entretuvo bien con juguetes de Camilo. Por la tarde le tocaba a Uruguay jugar su segundo partido, contra Portugal, y fuimos a verlo a la casa de Karin. Gabriel se anotó también y vino con Lucía y Olivia. Lamentablemente el resultado no fue bueno y se complicaron las chances de que Uruguay avanzara a octavos de final. Aprovechando que estaba Gabriel hicimos la compra de pasajes en Colonia Express para el lunes 5 a las 08:30. El pagó online con su tarjeta y le reembolsé en dólares. Alicia invitó a que vinieran a casa a cenar pero finalmente solo se anotaron Agustín y Coti con su hija Luz. Gabriel tenía que regresar a Capital con las niñas y a Laia le llegaba la hora de dormir. Comimos una ensalada fría de pasta con verduras. Mi gripe era muy persistente y esa noche tuve un poco de fiebre, de modo que cancelé una ida a Alberti que ibamos a hacer al día siguiente. Ese martes vino Karin con Laia por la mañana, además de Agustín que tenía que trabajar con su computadora. Nosotros cuidamos nuevamente a Laia mientras Karin hacía algunos trámites, y Alicia fue luego a hacer compras a un supermercado cercano con la bicicleta. Mi actividad del día fue practicamente nula, mientras que Alicia reforzaba la pasta que había sobrado el día anterior para compartirla nuevamente con Coti y Agustín. Seguíamos teniendo sequía y temperaturas bochornosas de más de 30 grados, combatiendo los mosquitos con repelente y pastillas fuji ya que la casa no tenía mosquiteros. El miércoles por la mañana salió Alicia nuevamente a hacer compras al centro, pero no pasó de una farmacia que encontró en el camino al perderse en el laberinto de calles del barrio. Por suerte logró regresar a la casa. Agustín había ido a trabajar a capital y volvía con Camilo en camioneta a tiempo de ver el partido de Argentina con Polonia en la casa, pues nos enteramos que Laia había estado con fiebre la noche anterior y preferimos no ir allá a complicarles la vida. Cenamos con Agustín y Coti además de Luz y Camilo pues Agustín lo había traido después de buscarlo en la escuela. Para intentar hacerla facil habíamos pensado en comprar pollo al spiedo y salieron Agustín y Alicia a buscar donde conseguirlos, lo que resultó imposible en la zona de modo que trajeron muslos que pusieron en el horno. Sentí una cierta mejoría el jueves pero me quedé todo el día en la casa, mientras que Alicia acompañaba a Karin por la mañana a su clase de yoga. Laia tenía otitis pero estaba ya mejor y la cuidó su abuela paterna. Por suerte estaba el mundial a toda marcha para entretenerse y vi los dos partidos del día, con la sorpresa de que Alemania no había logrado avanzar y se despedía de este campeonato. A ls noche teníamos previsto ir a cenar al club Leblon de Burzaco y sería mi primer salida desde el lunes. Allí nos juntamos con Karin y familia además de sus consuegros y la hermana de Mariano ocupando una mesa bien larga.La cocina del restaurante dejó mucho que desear ero fue una linda reunión familiar que disfrutamos mucho. Mi estado gripal no me dejaba tregua pero igualmente nos prestamos el viernes a cuidar a Laia por la mañana ya que Karin tenía el almuerzo mensual en e club sueco y una fiesta navideña a la noche. Mariano pasó a buscar a Laia después del trabajo y para la cena nos invitaron Coti y Agustín a compartir unas buenas pizzas en casa de ella. Fue el día en que Uruguay quedó fuera de la copa del mundo, partido que vimos a la tarde en la casa de Agustín. Los fuertes ataques de tos terminaron afectando mi espalda que quedó muy dolorida, especialmente cuando estaba acostadoEl sábado tuvimos un día muy ajetreado, comenzando por la mañana con una ida a Longchamps con Agustín y Camilo a buscar un mueble de cocina que había encargado Coti en una carpintería. Con justa razón estaba reclamando Camilo su regalo de cumpleaños atrasado, y de regreso en Burzaco fuimos a una juguetería donde le dimos la oportunidad de elegir lo que quisiera. Mientras tanto andaba Alicia con Coti y Karin de shopping por la zona terminando en una confitería. Con Agudtín habíamos ido al supermercado a comprar carne para un asado que al toque se puso a preparar en el jardín de Coti mientras Camilo y Luz disfrutaban de la pileta. Mariano había planeado hacer un asado en su casa a compartir con un grupo de amigos antes del partido de Argentina contra Australia, cosa que a Karin no le hacía mucha gracia, de modo que vió con ellos el primer tiempo y luego vino con Laia a ver el segundo con nosotros. Finalizado el partido hubo helado que compró Alicia. El triunfo de Argentina envalentonó a la barra de Mariano y decidieron hacer un segundo asado que se prolongó hasta la una de la mañana con mucho ruido y festejo, para disgusto de Karin. Llegamos así al domingo 4, día en que pensábamos mudarnos al departamento de Valeria en la Boca. Por la mañana armamos nuestras valijas, mientras Agustín lavaba su camioneta con la hidrolavadora, por entro y por fuera. Karin vino hacia el mediodía dejando a Laia con Mariano y cargamos el equipaje en su auto para ir a la Boca. Siendo domingo el tránsito era liviano y en una hora llegamos a destino dejando las valijas en el departamento pues nos habían dejado una llave en la portería. Luego caminamos hasta San Telmo y almorzamos muy bien en El Británico, esquinado con el parque Lezama. Caminamos también por la feria de San Telmo y nos encontramos con Agustín y Camilo que habían venido a la ciudad. Agustín dejaba a Camilo con su madre por lo que regresó a Burzaco con Karin mientras nosotros hacíamos algunas compras en el supermercado para armar sandwiches para el viaje.