19 de Julio 2024
Más que desayuno fue un almuerzo el del viernes dada la alta hora de llegada de regreso de España. A la tarde fue Alicia a la playa cercana a acompañar a Magela mientras que yo visitaba a Viktoria y Vida. Habíamos invitado a Lucho y Ana Luisa a ir el día siguiente a la cafetería de Vismarlöv y para ello hice la reserva correspondiente. No teniamos ganas de hacer de comer y optamos por cenar en nuestro restaurante habitual del barrio.
El desayuno del sábado en la cafetería fue como siempre excelente y como era un día hermoso continuamos viaje luego hasta Genarp a visitar su mercado de pulgas. Aun dió tiempo para ir en bicicleta a la playa. Se repitió la ida a la playa el domingo, buscando sombra pues el sol pegaba fuerte.
Lunes 22. Fin del buen tiempo pues regresó la lluvia. Retomé la gimnasia y luego fuimos al Lidl a aprovisionarnos. Al día siguiente vinieron Johanna con las niñas además de Viktoria con Vida. Llegaron mucho antes de lo previsto por lo que les propusimos que regresaran un poco más tarde para hacer una merienda, y cuando fueron a su auto se cayó Ingrid golpeando la cabeza en el canto de la vereda. Estaba a los gritos y Johanna me pidió ayuda para llevarla a la emergencia pues se le había formado un chichón apreciable. Mientras me quedaba con Sigrid y Ellen en el auto entró Johanna en la emergencia donde observaron a la niña y por suerte no detectaron consecuencias serias del golpe. Igual quedó un rato en observación, mientras KF venía a buscar las dos mayores. Desde luego se canceló la merienda con ellas, pero después de buscar a Johanna e Ingrid y llevarlas hasta su auto propusimos a Viktoria que volviera con Vida. Rematamos luego con una caminata por el parque.
El 24 de julio llegó Marcela de visita a Malmö. Yo ayudé a Viktoria haciendo agujeros en su departamento para colgar un cuadro y una estantería. Al día siguiente hicimos un asado en nuestro jardín al que asistieron Lucho y Ana Luisa además de Ilian e Isabel. Lucho había hecho uno de sus exquisitos flanes, que dada la hora lo comimos adentro. Uno de las regalos de cumpleaños para Alicia era ir a una fábrica de cerámica donde se podía elegir un objeto ya hecho y pintarlo. Provenía de Johanna y Viktoria, y las tres fueron paea allá el viernes haciendo cada una su trabajo. Luego los dejaron para que se hornearan. A la noche teníamos un evento en el bar "Jesus" donde proyectaban la película Tango Feroz. Antes de la película tocaron los temas musicales de la misma y a causa de ello se hizo muy tarde. Pero la razón principal por la que nos fuimos antes fue que la película era muy oscura y dura. Habíamos ido en bicicleta y me encontré con que no podía destrabarla para regresar, de modo que la dejamos estacionada y regresamos a pie. El sábado fui con la bicicleta de Alicia a buscar la mía, llevando la llave de repuesto. Con un poco de esfuerzo logré abrir la traba y volví caminando con ambas. Teníamos previsto comer bastones de pescado con Magela y los niños en nuestro departamento. Al atardecer hicimos la caminata por el parque. Viktoria vino con Marcela y Vida el domingo a buscar el auto para ir a la cafetería con el tema frambuesas. Esteban, el hijo de Ilian e Isabel que vivía en Malmö, casi vecino nuestro, había invitado a comer un asado en su patio, al que asistieron Ilian e Isabel además de Magela con Leo, los niños y su padre que estaba de visita en Malmö. Bea, la simpática pareja de Esteban, estaba embarazada ya de cinco meses e Isabel había postergado su viaje al Uruguay para estar presente en la fecha del parto. Pasamos una tarde muy linda con ella y pensabamos retribuir más adelante con otro asado en nuestro jardín.
Lunes 29. Excepcionalmente, ese día no hicimos ñoquis. Johanna había invitado a un brunch y para allá fuimos llevando a Viktoria y Vida. Habíamos propuesto waffles y llevamos nuestra wafflera para agregar a la la suya. El día se presentaba muy lindo y a la tarde hubo plieta para quien quisiera bañarse. Pudimos comprobar que Ingrid era la misma de siempre, sin consecuencias de su fuerte golpe. Viktoria tenía gimnasia a la noche y me quedé en su departamento cuidando a Vida hasta su regreso. Alicia se encontró con Ana Luisa al día siguiente mientras yo hacía mi gimnasia y más tarde sacamos nuestras bicicletas para ir a la playa. Grace y Carlos, amigos cercanos de Viktoria, tenían de visita a los padres de ella y nos invitaron a compartir un asado con ellos en su patio el 1 de agosto. Vivían a pocas cuadras de nuestro departamento y con una tarde soleada y templada pasamos un rato muy lindo con ellos. Matías era el asador y vinieron también su madre, Viktoria y Vida. Fue muy interesante escuchar a los padres de Grace contar sobre sus actividades en Colombia, sobre todo cómo cultivaban el cacao y lo procesaban.Al día siguiente al anochecer nos reunimos con la barra latina en un respaurante para despedir a una pareja uruguaya, Enrique y Jacqueline, que habían estado de recorrida con su casa rodante y partían con rumbo a España. Además era el día del cumpleaños de ella y nosotros le llevamos un regalo que había comprado Alicia por la mañana. El sábado por la mañana fuimos a visitar a Matías y de paso a conocer su departamento, que estaba en el otro extremo de la ciudad pero a poca distancia en bicicleta. Ya lo había amoblado con lo básico y se veía muy lindo. Marcela y Vida estaban allí también e hicimos una mateada con ellos. A la noche teníamos otro evento pues era el día en que ibamos a ir a ver ópera, uno de los regalos de cumpleaños que me había hecho Alicia. Era en el antiguo y bello teatro Palladium del centro y el espectáculo era Lucía di Lammermoor, con una escenografía mínima y una orquesta pequeña dadas las dimensiones del lugar. Las entradas no eran numeradas y conseguimos sentarnos en la segunda fila, pegados al escenario. El canto era en sueco, lo que facilitaba seguir el libreto y disfrutamos mucho de la obra. Ines cumplió su primer año el domingo y tuvimos un breve contacto con ella a la tarde cuando Viktoria y Vida estaban con nosotros para cenar y en Burzaco se preparaba todo para un asado familiar.
Lunes 5 de agosto. Ellen cumplía ese día 9 años y su fiesta estaba postergada para el domingo 11. Ella estaba en un campamento de scouts junto con sus padres y Sigrid en el archipiélago de Estocolmo. Era también el día en que Viktoria partía hacia Oporto. Le había ofrecido llevarla a la estación de tren a media mañana y nos despedimos en el andén. Mientras tanto se encontraba Alicia con Magela y sus nietos, y ellas reservaron entradas para ir el miércoles al parque acuático de Tosselilla, un plan que estábamos madurando desde hacía algunos días. Al día siguiente le había llegado el turno al auto para ir al taller para cambiarle el filtro de nafta y la correa del alternador. Como el mecánico tenía una bicicleta para prestar regresé pedaleando a casa. El día se prestaba para estar afuera y nos encontramos con Magela y los niños en la pileta del barrio de Rosengård donde busqué una sombra mientras se bañaban. El mecánico me avisó que podía retirar el auto por la tarde, aunque no había cambiado la correa por falta de repuestos, dándome un nuevo turno para día 27.
La ida a Tosselilla era el miércoles y nosotros llevamos a Magela y los niños pues Leo trabajaba. Tratamos de llegar allá a la hora que abrían y muchos otros pensaron lo mismo ya que nos encontramos con una larga cola que sin embargo avanzaba rápido. No era solo parque acuático, como yo lo recordaba al haberlos visitado décadas atrás, sino que habían agregado un parque de diversiones. La entrada cubría todas las atracciones y los niños lo disfrutaron plenamente. También se nos unió Eva, la amiga de Magela, con sus tres niñas de las cuales una era aun un bebé. Habíamos llevado salchichas y chorizos para hacer en las parrillas que ofrecían a los visitantes, e incluso proveían de carbón y líquido para encenderlo. Muchos tuvieron la misma idea que nosotros. Como el predio era enorme, alquilamos un carrito para transportar nuestro equipo de un lado a otro. A las seis de la tarde cerraba el lugar y el parque acuático se aprovechó hasta último momento. En camino de regreso se enteró Alicia que una de sus amigas había tenido un accidente andando en un triciclo eléctrico con cajón adelante. Su hijo lo había comprado y le ofreció llevarla a Ikea sentada en el cajón, con tan mala fortuna que había perdido el control en una bajada con curva. Isabel, que era el nombre de ésta amiga, se había quebrado la nariz, una clavícula y cuatro costillas y estaba internada en el hopital, por lo que el jueves fue Alicia a visitarla mientras yo iba en bicicleta a la cabaña de Magela a reparar la puerta de madera de la cerca que delimitaba la quinta y pasar también protector a unos bancos. De paso coseché bastantes ciruelas amarillas que estaban a punto y eran muy ricas. Una segunda visita a Isabel hizo Alicia el viernes, antes de llevar a sus nietos al cine con una tarde cubierta y lluviosa. Su amiga estaba desde luego muy dolorida pero de buen ánimo y esperando el momento de ser trasladada a la casa de su hija para recuperarse.
Seguíamos de asado en asado pues Jorge, el padre de Magela y Marcos, regresaba el domingo al Uruguay después de una visita de más de un mes, y para la despedida se organizó el día anterior un asado en la cabaña del que participaron también Ilian e Isabel además de su hijo Esteban y Bea. La fiesta de cumpleaños de Ellen coincidía con un torneo de futbol de Elisa en Skanör, que afortunadamente se hacía por la mañana. Fuimos para allá llevando ropa de recambio y después de ver los partidos en los que participaba Elisa volvimos hacia Höllviken llegando a la casa de Johanna un poco antes de la hora del comienzo de la fiesta. Así pudimos ayudarla un poco con los últimos preparativos y después que llegaran todos los invitados se habilitó la pileta para quien quisiera bañarse. El asador era KF y logramos que saliera finalmente de la pileta para que hiciera las prometidas hamburguesas en su parrilla. Como la casa de Johanna quedaba un poco lejos de la parada de ómnibus actué de taxista varias veces cuando llegó Gerd y cuando se fueron Matías y Marcela. A Viktoria y Vida las trajimos nosotros de regreso con el auto. Mis consuegros no habían podido asistir por lo que perdimos la oportunidad de conversar sobre su proyectado viaje a Argentina y Uruguay en diciembre.
Lunes 12. Era la víspera de la celebración del cumpleaños de Marcela y Alicia quedó a cargo de la compra del regalo que le hacíamos algunos invitados en común. Consiguió un hermoso chal que estábamos seguros que le iba a gustar mucho y que poco peso le agregaba a su equipaje. Ese día se dió que pude tener sendas charlas con Gabriel y con Agustín. A Marcela le hicimos una torta con cobertura de chocolate, aunque no fue totalmente artesanal pues compramos la masa precocida, que además tenía la ventaja de venir ya dividida en tres partes. Con dos de ellas hicimos una torta de seis pisos aplicando una mezcla de dulce de frambuesa y salsa de vainilla en cada piso. La fiesta se hizo en el patio del edificio de Matías, donde había una parrilla, mesas y bancos. Fuimos en bicicleta para poder acompañar la carne y los chorizos con vino, y fue una linda reunión que incluyó acompañamiento musical con un guitarrista amigo de Matías. Marcela quedó muy contenta con su chal. Ana María había llevado una rica y variada ensalada y como le sobró nos invitó a Alicia y a mi a pasar por su casa al mediodía del miércoles para compartirla. Así podíamos también apreciar su cocina recientemente renovada, que aun no habíamos visto. Le quedó muy linda y elegante. A pedido de Elisa fuimos más tarde a comer al restaurate Pinchos, repitiendo lo hecho el año anterior. Inclusive nos acercamos luego al parque de diversiones del festival de Malmö donde los niños se divirtieron mucho. El proyecto de torta con pelota de fultbol lo inició Alicia el jueves, haciendo la torta rectangular de chocolate que hacía de base, y una semiesfera para colocar encima. Al día siguiente buscamos a Elisa a la salida de la escuela y ella colaboró en la decoración de la semiesfera cubriendola con los pentagonos negros y los hexagonos blancos que le dieron aspecto de pelota de futbol. Johanna pasó a saludarnos por la mañana y tomóa datos de nuestro árbol genealógico. El armado de la torta llevó toda la tarde y ocupó totalmente nuestra pequeña cocina de modo que salimos a cenar a nuestro restaurante del barrio. Al regreso llamamos a Karin para saludarla en su cumpleaños. Casualmente era también el día que cumplía años Lucía, la sobrina de Alicia, que estaba visitando a su madre en Asturias.
El sábado a media mañana tenía Elisa un partido de futbol en la cancha local, cercana a nuestro departamento, y no podíamos dejar de ir. Fue un buen partido y además lo ganaron contundentemente. A la tarde se hacía la fiesta familiar para Elisa en la cabaña, y nosotros llevamos la torta en el auto pues no era posible transportarla en la bicicleta. Luego volvimos a la cabaña con las bicis para compartir la fiesta con asado y claro, la torta. Viktoria nos había pedido prestado el auto para hacer compras y lo dejó luego en nuestro estacionamiento.
La torta de cumpleaños de los 10 años de Elisa
Regresando de la cabaña pasamos a saludar a Lucho y tomar un café. Nos volveríamos a ver el domingo pues Ilian e Isabel nos habían invitado a compartir por la tarde un asado en su jardín. Lucho vino con su amiga Patricia también, y para los postres entramos al departamento cuando ya había comenzado a refrescar.. Como de costumbre, Isabel había hecho enorme cantidad de comida y postre.
Lunes 19. Reanudé mi habitual gimnasia y por la tarde hicimos también la caminata por el parque. Al día siguiente pasamos a buscar a los nietos de Alicia en su escuela y los llevamos con el auto hasta el area de recreación de Skrillegórden donde hicimos una corta caminata por uno de los senderos haciendo una parada en la zona de los juegos infantiles. Desde luego que hubo merienda en la confitería antes de regresar a Malmö. Leo me dió una buena cantidad de manzanas que había recogido en la cabaña y preparé para el miércoles un crumble que pensábamos compartir con Viktoria y Vida para la cena que hicimos en la casa. Alicia había preparado un muy rico arroz con pollo y hongos. Al día siguiente felicité a Andrea al cumplir ella 55 años. Johanna pasó a vernos el viernes por la mañana, antes de ir a almorzar con Viktoria. A media tarde nos reunimos en el restaurante Manto con Magela, Leo y los niños, además de Mayari que era la agasajada pues le debíamos el regalo de cumpleaños del año anterior. El menu era bastante complejo y original, mezcla de cocina afghana, coreana, china e india, y absolutamente vegana. Nos entregamos a las sugerencias del personal al entender poco del significado de los platos, y en general nos gustó mucho.
La demorada ida a la confitería de Vismarlöv con Marcela se concretó el sábado. Pasamos a buscar a Viktoria y luego a Marcela y Vida que estaban en el departamento de Matías y luego partimos hacia la cafetería. El desayuno buffet fue muy bueno como de costumbre, y partiendo de allí continuamos hasta el pueblo de Genarp a visitar un mercado de pulgas. Vimos que en la plaza había mucho movimiento y descubrimos que se estaba celebrando la fiesta del lugar con puestos de comida, venta de productos y actividades para niños. Viktoria se puso en cola con Vida para que le pintaran la cara y así seguimos hacia Lund pues se festejaba el cumpleaños de Leo, hijo de Cornelia. Ella se había mudado a una vivienda en la periferia de la ciudad con su pareja y su niño. Allí dejamos a Viktoria con Vida y estando en Lund decidimos pasear un poco por la ciudad. Comenzamos por ir al magnífico jardín botánico y luego caminamos un rato por el centro antes de regresar a Malmö. Tenía suficiente fruta como para hacer un segundo crumble de manzana y lo preparé el domingo mientras que Alicia hacía un excelente tuco para los tallarines que compartimos con Magela, Leo y los niños. Comimos en abundancia y más tarde caminamos por el parque al atardecer.
Lunes 26. Isabel, la amiga de Alicia que se había accidentado, ya estaba de regreso en su casa y Alicia fue a visitarla al mediodía mientras yo hacía mi gimnasia. Al día siguiente llevé el auto al taller para cambiar la correa del alternador, un trabajo que había quedado pendiente, y quedó listo para llevarlo a la revisión técnica que había reservado para la semana siguiente. Alicia, mientras tanto había ido a buscar a Nicolás a la escuela para compartir la tarde con el. Nuestros amigos Roberto y Cecilia regresaban pronto a Mallorca y quedamos en salir de excursión con ellos el día miércoles. La elección quedó en nuestras manos y elegimos ir con el auto hasta la reserva ecológica en la afueras de Dalby para estacionarlo allí y luego caminar por un sendero de 3,5 kilómetros de longitud hasta Skryllegården. La recorrida era en parte por bosque y en parte por campo abierto, prácticamente sin pendientes, y después de llegar y mostrarles las zonas de recreación de Skryllegården los invitamos con un almuerzo en el restaurante. Luego de la caminata en sentido inverso fuimos con el auto a los cercanos diques de Rogle a disfrutar del sol en uno de los muelles. Conversando con ellos nos contaron que en noviembre tenían planeado hacer un viaje a Perú y Bolivia y nos propusieron que nos unieramos en esa aventura. Después de pensarlo un poco decidimos anotarlos, y comenzamos por reservar los mismos vuelos que ya habían contratado ellos.
La clásica reunión anual para comer cangrejos era el día jueves y hubo muchos debates sobre el lugar y la hora. Finalmente se hizo en el salón de fiestas del edificio de Graciela a media tarde, con el día más caluroso de este verano ya que la temperatura alcanzó los 28 grados. Alicia preparó una tarta de verduras y yo hice una torta de zanahorias, además de llevar los obligados cangrejos. Viktoria vino también con Vida y Marcela, aunque a Marcela no le entusiasmaron mucho los cangrejos. Otros pensaban lo mismo y por eso había variantes en el buffet. Ese día, 29 de agosto, cumplía diez años Camilo y tuve una breve videollamada con Agustín, que estaba con él en la terraza de Daniela, muy entretenido con sus inventos. Al día siguiente se reunió Alicia con Marcela y de paso compró un calentador de agua eléctrico como regalo para Matías. El sábado fue un día muy atareado, comenzando por la mañana cuando llevé al auto la mesa de tapizar pues Viktoria iba a deshacerse el domingo de algunas cosas en un mercado de pulgas en la calle. Antes de eso pasó por casa con su amiga Kim, quien era una posible candidata a ocupare el departamento durante nuestra ausencia. Se mostró interesada por lo que inicié el procedimiento de pedir permiso al consorcio. Más tarde fuimos en bicicleta a festejar el cumpleaños de Roberto con un asado en su patio, y a su fin continuamos hasta la cabañaa de Magela de donde trajimos a casa una buena cantidad de manzanas. El domingo fuimos en bicicleta a ver jugar a Elisa en una cancha cercana al departamento de Ana María y desde allí pasamos a ver el mercado de pulgas donde Viktoria estaba haciendo buen negocio. Cecilia y Roberto partían de regreso a Mallorca al día siguiente y como queríamos conversar algunos detalles del viaje a Machu Pichu fuimos a verlos cuando estaban en pleno empaque. De paso concretamos la elección de hotel en La Paz.
Lunes 2 de septiembre. Día en que Vida cumplía 4 años. La fiesta iba a ser el día 8 pero igualmente querían hacer una merienda en su día y nos juntamos en su departamento junto con Marcela y Matías. Johanna había pasado a vernos al mediodía y a la hora dela cena vino Marcos, quién ya estaba por regresar a Estocolmo.
Matías cumplía años al día siguiente y si bien su fiesta iba a ser también el día 8, quería juntarse para una merienda. Alicia estaba ocupada y no pudo anotarse. La cita fue en la guardería de Vida donde nos encontramos Ana María, Marcela, Matías y yo. Después de recoger a Vida fuimos hasta la cercana cafetería del parque a merendar y allí se incorporó Viktoria también después de regresar del trabajo. Ese día a media mañana hice hacer la revisión técnica anual del auto y nuevamente la pasó sin observaciones. Teníamos pendiente hacer un reclamo a Ikea pues la canilla de la cocina goteaba con cierta frecuencia y el miércoles decidimos ir a hacer el planteo. Llevé fotos de la pérdida y de inmediato nos dieron una canilla nueva. Además nos dijeron que cubrían el costo de la instalación si luego presentábamos la factura. Aprovechamos para almorzar allí y luego fuimos a hacer las compras necesarias para hacer las tortas prometidas para la fiesta de Vida. Aún nos dió tiempo para ir a la playa, con un día en el que la temperatura llegó a los 28 grados. Allí vimos tanto a Magela con Leo y los niños como a Viktoria que estaba con Vida, Marcela y Matías. Las buenas temperaturas continuaron al día siguiente. Dejé el pedido de alquiler al consorcio y me corté también el cabello. No faltó la caminata por el parque, mientras que en el hemisferio sur Gabriel y Agustín estaban en camino a Bariloche con Lucía y Camilo. Alicia fue a la peluquería al día siguiente y por la tarde improvisamos un asado en nuestro jardín. El sábado armamos las tres tortas para la reunión del día siguiente, dejando pendiente la cobertura. A la tarde se juntó Alicia con un grupo de amigas para ir a ver un espectáculo de acrobacia en Lund y yo cargué nafta además de controlar la presión de las cubiertas del auto. Llegamos así al domingo, un día también cargado de actividades. Nos levantamos temprano para terminar de decorar las tortas, antes de partir hacia Veberöd donde Elisa tenía un partido de futbol. En cuanto estuvimos de regreso carqué las tres tortas en el auto para llevarlas al patio de Viktoria, donde ya estaba en marcha el festejo de cumpleaños. Como Matías pensaba festejar el suyo a continuación dejé el auto en casa y regresé en bicicleta con una botella de vino para acompañar a los chorizos. Alicia fue a ver la actuación musical de Mayari en el restaurante Vibliotek.
Lunes 9. Comenzó la lucha con Ikea para reemplazar la canilla de la cocina, pues requerían ofertas además de un comprobante de la instalación de la canilla original. Gabriel y Agustín habían llegado a Bariloche en companía de Olivia y Camilo. Marcela nos había invitado el martes a comer vareniques en casa de Matías. Se trataba de un plato tradicional de la cocina judía, basicamente empanadas rellenas de puré y acompañadas de cebolla caramelizada. Compré la masa de tartas, que sirvió lo más bien para hacer el plato, y todo salió muy rico. Vida estaba con una fuerte y persistente tos. El dia 11 cumplía 31 años Francisco, aunque con él no había ningún contacto. Como habíamos decidido ir a festejar el cumpleaños de Josefina concretamos la compra de pasajes con Colonia Express para el 11 de octubre y conseguimos también alojamiento en Adrogué hasta el día 14. Además agregó Alicia una valija despachada en el vuelo de Latam de Montevideo a Lima. Al día siguiente me llegó la aprobación del consorcio para alquilar el departamento. Hicimos una escapa a la cabaña de Magela y juntamos una buena cantidad de manzanas. Luego me encontré con Viktoria y Vida en su patio para hacer juntos una merienda y ya de noche caminamos hasta el departamento de Magela a saludarlos. Johanna pasó a vernos el viernes por la mañana y aproveché con ella para revisar cajas del altillo. Algunas cosas se llevó Johanna y de otras nos deshicimos llevandolas al contenedor que había contratado el consorcio. A la tarde se reunió Alicia con Viktoria y Johanna como lo habían planeado hacia un tiempo. El sábado no pudo jugar Elisa al futbol por tener un esguince. Johanna iba a venir a dejar a Ellen pues Alicia quería terminar un cuadro que estaba pintando para ella. Se quedaba a dormir y por lo tanto armamos un menú de pizza y fainá para el almuerzo además de hamburguesas para la cena. Para que pintaran en paz pasé a buscar a Viktoria y Vida con la idea de ir a pasear por el bosque de Torup. Cenamos luego todos juntos y cuando a Ellen la dominó el sueño se fue a dormir. Johanna vino el domingo a buscarla pues Ellen tenía una actividad deportiva y por ser un día muy lindo decidimos dar una vuelta de despedida por Österlen haciendo una caminata por uno de los senderos de Stenshuvud. Rematamos el paseo comiendo salmón en un restaurante del puerto de Kivik. Regresamos a Malmö con el sol ya en el horizonte.
Lunes 16. En plan de despedidas nos invitó Ana María a cenar en su casa, en companía de Marcela, Viktoria, Matías y Vida. Alicia no se anotó pues estaba mal del estómago y no le convenía comer el guiso de lentejas. Marcela regresaba a Buenos Aires el día miércoles. El martes a la mañana limpié el interior del auto y aun sin hacer un esfuerzo hice un movimiento que no le gustó a mi espalda y quedé bastante dolorido, Por la tarde recogimos a Elisa y Nicolás en la escuela para traerlos a casa y más tarde me encontré con Johanna en el centro para recibir mi regalo de cumpleaños. Pasamos una hora muy entretenida y divertida en una habitación donde tuvimos que descifrar diversos acertijos para resolver el misterio de un buque hundido y un tesoro perdido. Satisfechos con nuestra prestación fuimos a cenar juntos a un restaurante cercano. Teníamos una actividad musical el día miércoles en el teatro Viktoria, pero antes de eso decidimos hacer dulce de membrillo con las frutas recogidas en el jardín del consorcio. Además tuve una extensa charla con Gabriel para habilitar la publicación de mi página. Los consuegros de Alicia querían hacer una cena de despedida para nosotros y otros amigos que también viajaban pronto. Lo hicimos facil encargando pizzas a la pizzería cercana de su casa. Poe nuestra parte teníamos una nueva cena de despedida al día siguiente pues invitamos a Lucho y a Illian e Isabel. Invitamos con bondiola al horno con guarnición de papas y batatas además de puré de manzanas. A los postres sacamos a relucir la pasta frola que había preparado Alicia. Llegó asi a su fin el verano, que se despidió a pleno sol. Ese sábado lo aprovechamos saliendo al campo cercano a Dalby donde rodeamos una antigua cantera en desuso y llena de agua, caminando por un hermoso sendero boscoso. Más tarde recibimos a Elisa y Nocolás, quienes iban a quedarse a dormir en nuestro departamento. Después del desyuno del domingo los llevamos a la cabaña donde junté buena cantidad de uvas blancas y rojas además de manzanas. Leo hizo hamburguesas en la parrilla.
Lunes 23. En plan de despejar el balcón desmonté las cortinas de enrollar y las guardé en el altillo. Tenía turno también para cambiar las cubiertas de verano por las de invierno, y le hice hacer un lavado al auto. Mas tarde busqué a Vida en la guardería llevándola a un parque cercano antes de volver a su casa. El día 25 cumplíamos nuestro tercer año de casamiento y la cena planeada quedó para el día siguiente. Continuamos preparando cajas para almacenar nuestras pertenencias y a la noche fuimos en bicicleta al teatro Victoria a escuchar música del rio de la Plata. El restaurante elegido era el Lyran, aunque en realidad Alicia ya tenía un vale que había recibido para su cumpleaños, y a mi me regaló ella otro vale. Con un atardecer desapacible y frío decidimos ir en auto al restaurante, que fue una muy linda y diferente experiencia. Tenían menú único de siete platos y postre, cada plato desde luego muy pequeño pero muy elaborado. Una grata sorpresa. Regresamos a la casa con lluvia y me acordé que era el día en que Antonio cumplia 82 años. El tema de la canilla defectuosa de la cocina se resolvió el viernes por la mañana con la venida del plomero que habíamos contratado, quien hizo el cambio en un periquete. Por la tarde vino Kim y además de firmar el contrato de alquiler le explicamos el funcionamiento general del departamento. También pasé por el departamento de Viktoria para colocar un estante que se había caido, aunque fracasé en el intento. La primera cena de despedida fue el sábado en casa de Magela, donde participó Marcos también, mientras que el domingo recibimos a Johanna y Viktoria. Coincidiendo con el 29 hicimos ñoquis y lamentablemente faltaron KF e Ingrid al estar ella afiebrada. Jugamos al ping pong en el salón del sótano y también fuimos con las niñas al parque de juegos cercano.
Lunes 30. Por la mañana fui a Ikea a devolver la canilla y llevar la factura, con lo que quedó resuelto el problema. Marcos y Magela pasaron a despedirse y yo hice un nuevo intento con la estantería de Viktoria sin éxito por lo que quedó para después de nuestro regreso. Un incidente indeseado fue que a la noche se quemó el horno de microondas y tuvimos que ventilar bastante para elimirar el olor. Era nuestro último pernocte en el departamento antes de partir hacia Uruguay.