22 de Noviembre 2023
Miércoles 22. Este vuelo era una repetición del que habíamos hecho el año anterior, con muy pocas variaciones. Ya con las valijas prontas la noche anterior, nos levantamos a las dos de la mañana y tras ultimar los últimos detalles estábamos una hora más tarde a bordo de un taxi que nos alcanzó hasta la estación del Triángulo. Esa noche había caido la temperatura a dos grados bajo cero, lo que hizo que el avión, estacionado toda la noche en Copenhagen, tuviera dificultades para poner en marcha todos sus sistemas o al menos era esa la explicación que daban los pilotos para justificar el retraso en la salida. Para colmo hubo que carretear hasta el lugar donde quitaban el hielo de las alas antes de despegar. En resumen llegamos a Paris con bastante retraso aunque un fuerte viento de cola nos hizo recuperar un poco del tiempo perdido. El aeropuerto no era sencillo de transitar, con el laberinto de letras que nos guiaban a la nueva terminal y además perdimos bastante tiempo en la cola de control de pasaportes de modo que llegamos a la puerta de embarque cuando ya estaban por cerrar. O sea que por minutos estuvimos nuevamente a punto de perder el vuelo. Estos vuelos diurnos descompaginaban un poco el ritmo cerebral pero ya teníamos experiencias anteriores. Con toda puntualidad aterrizamos en Ezeiza a las ocho y media de la noche local y nuestras valijas lo hicieron también. Como magnífica comitiva de recepción tuvimos a Karin con Mariano, Laia e Ines, además de Agustín y mi nieto Mariano, llegado el mismo día por la tarde de San Juan. Laia como siempre muy vivaracha y activa, mientras que a Ines solo le preocupaba que no le faltara su alimentación. Cargamos el equipaje en la camioneta de Agustín para que el nos alcanzara hasta el hotel mientras que el resto de la comitiva regresaba a Burzaco. El hotel Atepsa del barrio de San Cristóbal fue una positiva sorpresa, pues a pesar de su bajo costo se veía muy limpio y el personal se mostró muy atento y servicial. Caimos rendidos esa noche, y ya teníamos un plan para el día siguiente. Agustín hacía un viaje a Tandil llevando una pintura donada por un particular a un museo de esa ciudad y me propuso que lo acompañara junto con mi nieto Mariano. La propuesta era irresistible y para allá partimos después que Agustín cargara el cuadro y nos pasara a buscar al hotel para dejar a Alicia en Burzaco y se uniera Mariano al viaje. Allí me encontré por primera vez con la pequeña Josefina. Además de tener oportunidad de compartir amenas charlas disfrutamos del pintoresco paisaje de Tandil y vimos una ciudad muy cuidada y prolija. Después de descargar el cuadro partimos de inmediato de regreso con merienda en una estación de servicio de la ruta, y antes de medianoche llegamos al hotel. Alicia había regresado mucho antes de Burzaco después de compartir su día con Coti y Karin además de los bebes. El viernes venía Gabriel con Valeria y las nenas a Buenos Aires y quedan en pasar por el hotel a su llegada. Nosotros aprovechamos el día yendo a San Juan y Boedo donde Alicia ya conocía una tienda de ropa y desde luego almorzamos en esa esquina, en el icónico restaurante Homero Manzi. Ya anochecía cuando llegó Gabriel con la familia y ellos propusieron ir a cenar al cercano restaurante español Miramar que no conocíamos y que resultó ser un hallazgo. Estaba repleto de gente pero lograron armar una mesa para nosotros. A Agustín no lo vimos pues había llevado a Mariano a la cancha de River donde mi nieto iba a escuchar el concierto de los Red Hot Chili Peppers. Era la razón por la cual había viajado a Buenos Aires. El día siguiente fue muy ajetreado pues a la mañana tomó un taxi Alicia para ir al Once a encontrarse con Valeria en excursión de compras mientras que yo tomaba un omnibus a la Boca a encontrarme con Gabriel en el departamento de Valeria. Al rato llegaron ellas también y los cuatro fuimos caminando hasta el departamento de mi consuegra Helena donde estaban mis nietas. Ella nos invitó a almorzar el domingo, lo que desde luego aceptamos con gusto. Con ese asunto saldado nos despedimos y partimos hacia Burzaco tomando el ómnibus a Constitución y luego el tren. En Burzaco nos esperaba Agustín para llevar una parte de la tropa en el auto de Coti y al rato vino Karin con su vehiculo a llevarnos a nosotros hasta la casa de Coti donde nos esperaba el asado del que también participaron Los padres de Mariano. Teníamos una valija dedicada a compras para la familia, que habia transportado Agustín días anteriores y aprovechamos la ocasión para hacer el reparto. El regreso fue ya de noche, tomando desde Constitución un ómnibus al hotel. Alicia no quería perderse la feria de San Telmo y el domingo fuimos caminando desde el hotel bajo un sol abrasador. Era notable ver cómo se extendía cada vez más, llegando ya casi hasta el parque Lezama. Desde allí continuamos caminando hasta la casa de Helena y nos juntamos con Agustín, Coti, Mariano y Josefina también. Los almuerzos de Helena era siempre muy ricos y abundantes, y esta vez tampoco falló. Más tarde regresamos a San Telmo para encontrarnos con Karin e Ines para hacer una merienda, mientras que Agustín llevaba a Mariano a Aeroparque. Mas tarde, cuando y Karin regresaba con Ines en su auto a Burzaco, volvimos hasta la casa de Helena pues Agustín tenia nuestra valija vacia y nos habia ofrecido llevarnos con ella hasta el hotel. Ya habíamos decidido prologar un día más la estadía en Buenos Aires pues el lunes era una especie de día de los abuelos en la guardería de Laia, o sea que invitaban a los abuelos de los niños a participar un rato de sus actividades.
Lunes 27 de noviembre. Nuevamente tomamos el omnibus a Constitución por la mañana y afortunadamente enganchamos un tren rápido a Burzaco donde nos esperaba Karin para llevarnos a la guardería. Luis y Lily, Los padres de Mariano, esttaban allí también y compartimos una especie de merienda con los niños además de algunos cantos. Laia seguramente no tenía muy en claro lo que estábamos haciendo allí todos esos abuelos. El padre de Mariano nos alcanzó luego hasta la casa de Karin, previa visita guiada a puntos de interés de Burzaco. Karin nos había propuesto compartir un almuerzo con ella y de paso vimos también a Mariano en su pausa del mediodía. Más tarde fuimos a pie hasta el centro donde nos encontramos con Coti y Josefina también e hicimos una merienda en una cafetería cercana a la estación. De regreso en el hotel y antes de acostarnos empacamos todo lo posible ante la inminente partida del día siguiente. Gabriel había prometido pasar a buscarnos con su auto para llevarnos hasta la terminal del Colonia Express.