1 de Marzo 2018
Gabriel había prometido buscarme el jueves por la mañana en Barracas y llevarme a Puerto Madero. Le pedí que viniera temprano, temiendo que el tráfico podía ser muy intenso. Resultó ser bastante normal y en una menos de una hora me dejó en la terminal del buquebus. A media tarde llegué a la terminal de omnibus de Piriápolis donde me estaban esperando dos Alicia pues teníamos de visita a la amiga Alicia que habíamos visitado el año anterior en Málaga. Había llegado el día anterior y se iba a quedar algunos días con nosotros. Ese mismo día, despues de la cena, la llevamos en el auto hasta la cima del cerro San Antonio para que apreciara la vista nocturna de la ciudad desde esa altura. Luego cerramos el paseo pasando por El Faro a comer helado. Nuestra visitante no conocía la zona de las sierras de Minas y nos ofrecimos con gusto a llevarla a pasear el viernes por allí. Comenzamos recorriendo la costa en dirección a Maldonado y recién entonces dejamos la costa y nos adentramos hacia Pueblo Eden. Allí dimos una vuelta por el pequeño poblado, siguiendo luego hacia Minas. Con la esperanza de que estuviera abierto el establecimento La Repisada, que producía aceite de oliva, tomamos el desvio hacia la fábrica y por suerte pudimos entrar. Nos recibieron muy bien y tuvimos la oportunidad de hacer una visita guiada a la planta de producción, almacenamiento y envasado del aceite. Aun faltaba un mes para el comienzo de la cosecha del año por lo que estaba aun inactiva. En el salón de ventas compramos un poco de aceite y luego continuamos el paseo entrando al parque de vacaciones de Antel-UTE a almorzar en el comedor del hotel. Tenían un menú muy abundante, casi excesivo y no logramos vaciar los platos. Como aun nos quedaba tiempo continuamos hacia la pintoresca Villa Serrana donde nos sentamos un rato a matear. Para no regresar de noche emprendimos el regreso, pasando por el centro de Minas donde Alicia quería comprar alfajores, y aun pudimos parar en un mirador de la ruta turística a sacar fotos del bello paisaje serrano. El sábado a la mañana se fueron ambas Alicias a la feria con el auto mientras yo me dedicaba un poco al jardín. También hubo playa ya que la tarde estaba muy linda, y decidimos ir con sillas y sombrillas a San Francisco, la playa que consideramos la más linda de todas. Allí vimos una fantástica puesta de sol. El domingo por la mañana, mientras las mujeres iban a la playa yo me dediqué a desarmar un tramo de machimbre del techo de la cocina para investigar un ruido que parecia indicar que algún insecto estaba atacando la madera. No encontré nada pero fumigué con bastante veneno, con lo que cesó el ruido por ahora. A la tarde fuimos a la reserva de flora y fauna de Pan de Azucar donde hicimos el clásico paseo observando animales y haciendo luego una merienda en el parque. A la noche cenamos en un restaurante de Piriápolis que tenía comida aceptable, aunque luego quedamos espantados al observar el estado deplorable de la cocina, que tuvimos oportunidad de ver de pasada a los baños. Pasamos nuevamente por la heladería El Faro, donde la alta demanda resultó en una cola larguísima.
Lunes 5 de marzo. Fue el último día de la visita de Alicia, y aunque hizo frio temprano por la mañana, luego salió el sol y ambas Alicia bajaron un rato a la playa. Antes de llevar a Alicia a la parada 10 dimos una vuelta por el castillo Pitamiglio en Las Flores ya que ella no lo conocía aun. Hacia la noche cayó bruscamente la temperatura y se levantó bastante viento. Antes del viaje a Buenos Aires habíamos quedado con Ricardo que vendría el martes por la mañana a reparar la llave de paso del lavavajillas que estaba goteando y también la válvula de seguridad del termotanque. El cumplió como siempre y trabajó toda la mañana resolviendo el tema. Nosotros esperábamos más visitas, pues venían Sergio desde Maldonado y Manuela y Florencio desde Montevideo. Alicia preparó una bondiola en el horno y poco después de la llegada de las visitas nos sentamos a almorzar en el jardín. Florencio tenía que regresar a Montevideo a la noche pero Manuela se quedó a pernoctar en la casa, mientras que Sergio volvía con su moto a Maldonado. Ricardo nos pasó el presupuesto para hacer una segunda entrada de autos entubada y resolver el problema del drenaje de la calle, presupuesto que aceptamos, y quedó en comenzar la obra al día siguiente. Temprano a la mañana del miércoles se puso a trabajar con la ayuda de su hijo y a puro pico y pala abrieron la nueva zanja que quedó lista justo cuando trajeron los cuatro tubos de hormigón. El auto quedó estacionado en el terreno contiguo, y Alicia y Manuela fueron con el a Piriápolis para que Manuela cambiara su pasaje de regreso a Montevideo para el día viernes. A la tardecita apareció Sergio con su auto ya que Manuela iba a quedarse en su casa en Maldonado hasta el viernes. Ella, como bióloga, nos dió valiosa información sobre el cuidado de las plantas del jardín. El jueves se conmemoró el dia internacional de los derechos de la mujer con muchas movilizaciones inclusive en Piriápolis. Ricardo vino nuevamente bien temprano y terminó de armar el encofrado de los dos muros que limitaban la entrada del auto. Luego hizo la mezcla y rellenó los encofrados, quedando en venir el lunes a terminar el trabajo. A la tarde dimos una vuelta por el centro a hacer algunas compras para el viaje a Brasil, cargar nafta y controlar los neumäticos. Luego bajamos a la playa con las bicicletas y allí vimos una puesta de sol espectacular.