9 de Julio 2017
9 de julio y día de la independencia en Argentina. Como habíamos acomodado la mayor parte del equipaje la noche anterior, el domingo nos quedó poco por hacer para volver a la rutina habitual. Armamos el reloj cucu para que nos entretuviera con su música y cuando vino Magela con sus niños quedó Elisa muy interesada con el pajarito. El día estaba soleado y salimos a la plaza cercana a matear. Luego fuimos hasta el departamento de Magela a preparar pasta con pesto para cenar todos juntos. Johanna estaba en Torekov y si bien venía a Malmö al día siguiente era para seguir viaje de vacaiones a Biarritz con KF de modo que no había chance de vernos antes de su regreso.
Lunes 10 de julio. Antes del viaje habíamos reservado turno para lavar la inevitable montaña de ropa sucia a las siete de la mañana asi que hubo que madrugar. A las dos de la tarde teníamos cita para inspeccionar el departamento nuevo con un representante del consorcio y aprovechamos para tomar medidas de las habitaciones con la idea de planificar cómo ubicaríamos los muebles. la fecha de entrega había sido postergada para el lunes 7 de agosto. Luego nos tocó dentista a ambos y asi se nos fue el día. El martes al mediodía llevamos a Elisa a ver teatro para niños en el parque y mas tarde fuimos al anfiteatro del parque cercano al nuevo departamento, donde daba un recital el conjunto de samba brasilero Casuarina. El anfiteatro se llenó por completo y al ritmo de la música no tardó en llenarse el espacio frente al escenario con entusiastas bailarines, de hecho varios de ellos de la colonia brasilera de Malmö. Con Yolanda quedamos en ir a pasar el fin de semana con ella en su nueva vivienda, que era una casa en Annelund, una pequeña localidad a 320 km de Malmö hacia el norte y lejos de la costa. Pensamos salir el viernes para regresar el domingo. Alicia preparó una tarta de atún y yo una de limón para llevar para allá. Finalmente nos decidimos por comprar los pasajes al Uruguay, con salida el 25 de noviembre con Swiss y regreso el 17 de abril con Lufthansa.
Habimos estimado poder emprender viaje el viernes a las diez de la mañana y a esa hora más o menos salimos tomando la autopista E6 hacia el norte hasta Varberg. Cayeron algunas gotas pero cuando llegamos a Varberg estaba bastante lindo y decidimos hacer una breve visita a la ciudad. Estacionamos cerca de la antigua fortaleza frente al mar y subimos a verla por dentro. También pasamos por el puerto de embarcaciones de placer donde había un mundo de gente, y luego seguimos viaje en dirección a Borås. La ruta nos hacia cruzar la ciudad, que no conocíamos aun y que parecía ser muy bonita. Luego nos quedó el último tramo hasta llegar a la casa de Yolanda en el pueblo de Annelund, pegado a otro que se llamaba Ljung. Le golpeamos la puerta antes de las cinco de la tarde y allí la encontramos esperándonos. Enseguida nos mostró la amplia vivienda, que incluia un sótano igual de grande con varias habitaciones, lavadero y sauna. Para aprovechar el resto de la tarde fuimos caminando hasta Ljung, donde estaba la estación de tren. Ambos pueblos tenían en conjunto no más de 1500 habitantes, con casas igualmente grandes, mucho terreno y prolijos espacios verdes por doquier. Para la cena atacamos la deliciosa tarta de atún preparada por Alicia y rematamos con la tarta de limón. La velada se prolongó hasta pasada la medianoche e incluso tuvimos una videoconferencia con Osvaldo en Uruguay. Sin apuro nos levantamos el sábado con un radiante día de sol, y después del desayuno salimos con nuestro auto a visitar un pequeño lago cercano con casas desparramadas por la zona, una más linda que la otra. También vimos las ruinas de una iglesia medieval y descubrimos que se podía hacer un interesante peregrinaje a pie de 47 km pasando por varios historicos restos religiosos. Lo anotamos en la lista de cosas por hacer. Yolanda había comprado una bicicleta que venía semi armada y la ayudamos a armarla. No había andado en bicicleta desde su niñez, pero le tomó rápidamente la mano. Había comprado también una carretilla que quedó armada antes de sentarnos a comer un tardío almuerzo. Habíamos visto el día anterior que había picadas marcadas en el bosque cercano y decidimos hacer la que era de 5 km de longitud. El paseo en el bosque fue fantástico, y hubo dos paradas obligatorias cuando descubrimos primero un parche con frutillas silvestres maduras a la vera de la picada y luego otro con frambuesas silvestres también maduras. Antes de cenar aproveché para lavar nuestro auto y limpiar el interior que aun traía toda la suciedad del viaje al sur de Europa. El domingo vino la lluvía de modo que hicimos un largo desayuno y nos quedamos charlando en la casa hasta el almuerzo, después del cual cargamos el auto para emprender el regreso. Estudiando el mapa armé un itinerario distinto que incluía más caminos secundarios. A pesar de la lluvia intermitente vimos hermosos lugares en la ruta que pasaba por Ulricehamn, Tranemo y Gislaved. Llegamos sin inconvenientes a Malmö y entramos al departamento en el momento en que el cucú daba su concierto de las siete de la tarde.
Lunes 17 de julio. Nos pusimos en marcha con la cuestión del guardarropas que necesitabamos en el nuevo departamento y después de ver varias mueblerías terminamos encontrando en Ikea el que más nos gustaba. llamé a Uta para preguntarle si podíamos ir a medir el ancho de la pared y asi confirmamos que por centímetros no entraba un guardarropas de dos metros y nos teníamos que conformar con el de un metro y medio. Jennifer llamó para avisar que nuestro comprador tenía interés en tomar posesión a mediados de agosto, quince días antes de lo pactado, lo que nos ponía un poco de presión pero aceptamos. Quedó en confirmar. Mientras Alicia visitaba sus nietos preparé una cena con restos que sacamos del congelador. Desde la semana anterior teníamos planeado un paseo a la isla Ven, y viendo que el pronóstico era bueno para el miércoles compramos pasajes para los ocho que iban a ser de la partida. También compramos lo necesario para hacer el picnic en la isla. El martes continuamos con la tarea de revisar y empacar para la mudanza, que en principio iba a ser el 11 de agosto. Contradiciendo el pronóstico, la mañana del miércoles fue nubosa pero luego fue aclarando durante el día y la tarde fue muy linda, cálida y soleada. Nosotros cruzamos a la isla a las once de la mañana con un ferry extra que habilitaban en verano y era bien necesario porque era una multitud de gente. A pesar de ello aun había bicicletas disponibles para alquilar y una vez que todos se hicieron de las suyas comenzamos la ronda. Tomamos una ciclovía angosta que comenzaba en el puerto y a poco de andar se cayó Ana María aunque sin consecuencias serias. Más adelante notamos que ni ella ni Omar estaban en la caravana y después de esperar un rato regresó Carlos a ver cual era el problema mientras nosotros armábamos el picnic. Ana María había sufrido un nuevo percance, esta vez con su rodilla izquierda que desde hacía tiempo le venía dando problemas. Llegó rengueando, y de común acuerdo decidimos que ella y Omar se quedarían a merendar para regresar luego lentamente al puerto mientras el resto completábamos la ronda. Nunca había visto tanta gente en la isla y el tráfico de bicicletas era intenso. Alcanzamos a hacer un segundo picnic en la costa antes de terminar el recorrido y cuando devolvimos las bicicletas nos reencontramos con Ana María y Omar, quienes finalmente habian hecho su propio recorrido al estar ella mucho mejor de la rodilla. Fue nuevamente una muy linda experiencia, y nuestro amigo Lucho que había venido con nosotros en el auto nos invitó a ir a su casa a compartir con el una riquisima tarta de carne que ya tenía preparada. El jueves a la mañana tuvimos la cita en mi banco para ultimar los detalles de la compra del departamento y quedó en claro el procedimiento, o sea que me otorgaban el préstamo para pagar el nuevo, cancelando la deuda una semana más tarde cuando me pagaran por el viejo, todo muy sencillo y sin necesidad de tener efectivo pues eran transferencias electrónicas manejadas por teléfono. El auto venía clamando el service de rutina desde el regreso del viaje y lo dejé el viernes por la mañana en el taller. Como me dieron un auto en préstamo y el día era gris y lluvioso decidimos aprovechar e ir a Ikea a concretar la compra del guardaropas además de un sofá cama para la habitación extra que ibamos a tener. Pedimos transporte a domicilio para el 15 de agosto ya que no queriamos trasladar a pulmón los cerca de treinta paquetes con sus 250 kg de peso. También pasamos a saludar a Omar y Ana María y devolverles un termo. Ana María seguía dolorida de la rodilla pero mejorando. A la tarde recuperamos el auto y fuimos aun a otro negocio a mirar puertas corredizas pero no encontramos lo que buscábamos. Nos dieron la dirección de otro negocio especializado en el tema pero ya se nos había hecho tarde. Con una empresa de mudanzas acordamos hacerla el 11 de agosto por la mañana. Contratamos el paquete de cuatro horas calculando que era más que suficiente para la mudanza si teníamos todo preparado. El sábado nos tocaba cuidar a Nicolas en su casa a la noche pues sus padres estaban invitados a un casamiento, y fuimos para allá en bicicleta con nuestra cena preparada. El bebé sufría aun de gases y estuvo muy intranquilo, pero finalmente se durmió hasta las dos de la mañana, cuando regresaron Magela y Leandro de la fiesta. Al haberse hecho tan tarde, el domingo nos levantamos cerca del mediodía para recuperarnos. El clima nos favorecía ya que el domingo vino un frente con intensa lluvia.
Lunes 24 de julio. A causa de un cambio de horario de vuelos, en nuestro itinerario de viaje de regreso de Montevideo planeado para el 17 de abril ibamos a llegar demasiado tarde a Sao Paulo para alcanzar el siguiente vuelo a Frankfurt. Entonces se nos ocurrió que podíamos ir unos días antes a Rio de Janeiro de paseo y enganchar desde allí, y Alicia hizo la reserva de hotel correspondiente. Al rato nos llegó un mensaje de la agencia de viajes, que había descubierto el problema y nos había reacomodado los vuelos. Con ese cuestion resuelta cambiamos las reservas en Rio para ir por tres días a mediados de marzo y festejar allí el cumpleaños de Alicia. También descubrimos que existía un pueblo muy turístico y muy alemán llamado Gramado, un poco al norte de Porto Alegre que decidimos incluir en la excursión. A la tarde salimos para encontrarnos un rato con Magela, Leo y sus niños en el parque. Ellos tenían que ir a ver un departamento para alquilar y nos ocupamos de los niños mientras hacían la visita. Alicia reanudó sus clases de manejo el martes por la mañana y para acelerar el trámite se decidió por la licencia para autos con cambio automático de modo que de allí en adelante practicaría con ese tipo de vehículo. A la tarde pensamos en ir en bicicleta hasta un negocio que fabricaba puertas corredizas para placares, pero al largarse a llover decidimos ir con el auto. Aparentemente dimos con lo que buscábamos pues en ese negocio nos podían hacer los dos paneles que necesitábamos a un precio razonable y además venían a tomar las medidas exactas sin costo. Era importante pues los paneles iban a ser del techo al piso, con sendos rieles de modo que quedamos en llamarlos después de la mudanza. A partir del lunes siguiente pensábamos comenzar a desmantelar el departamento y como nuestra amiga Mercedes tenía cajas de sobra fuimos el jueves a buscarlas con el auto. Unas cuantas eran de tamaño más pequeño, especiales para guardar cosas pesadas como libros por ejemplo. A las siete de la tarde del viernes ibamos a ver la ópera Madame Butterfly que se presentaba en uno de los galpones del castillo de Torup, adaptado para tal fin. Las entradas eran un regalo de cumpleaños pendiente que me había hecho Alicia. En las cercanías del castillo habia un club de golf con restaurante abierto al público, y como la cocina atendía hasta las siete de la tarde fuimos allí a comer antes del espectáculo. El mal tiempo hizo una pausa y con un atardecer soleado pudimos sentarnos afuera a cenar rodeados del magnífico parque. La cocina ofrecía unas riquísimas hamburguesas con papas fritas. Desde allí eran pocos minutos de camino por el bosque hasta el teatro, donde nos encontramos con una apreciable cola. De todos modos logramos ubicarnos bastante bien para ver la opera, excelentemente interpretada por el conjunto de ópera de Skåne. El regreso a Malmö fue con las últimas luces de un hermoso anochecer. Queríamos ver la película francesa "La fille de Brest" que daban en el cine Panora a las tres y media de la tarde del sábado, y como el tiempo estaba lluvioso no importaba que fuera tan temprano. La película nos pareció muy buena, y el tema era la lucha entre un equipo de médicos y un laboratorio sobre un medicamento que aparentemente provocaba problemas secundarios al corazón, basada en un caso real. El domingo desafiamos el clima y fuimos Alicia y yo con Magela y sus dos criaturas hasta Skanör, donde sabiamos que había un minúsculo restaurante en el puerto regenteado por una mujer chilena conocida de Alicia. El menú incluía empanadas, que decidimos probar. La conclusión unánime fue que el relleno estaba bien hecho pero tenían excesiva masa, además de ser bastante caras (59 coronas = 100 pesos argentinos por unidad). Pero el paseo valió la pena.
Lunes 31 de Julio. Habíamos decidido que comenzaríamos a empacar, y mientras Alicia hacía una suplencia en una guardería me puse a vaciar las bibliotecas acomodando los libros en las cajas de mudanza pequeñas que asi y todo quedaron bien pesadas. Johanna regresó de Torekov temprano por la tarde y quedó en venir a visitarnos con Ellen el martes a la mañana. Karin nos había confirmado el día anterior que viajaba por diez días a Buenos Aires a atender asuntos de su trabajo. Johanna vino el martes en bicicleta con Ellen y se quedó con nosotro hasta la tarde. Desayunamos y almorzamos juntos y nos pusimos al día después de casi un mes y medio sin habernos encontrado. KF estaba en Budapest pero iba a regresar a tiempo para firmar el jueves la escritura de su nueva vivienda. El sábado iban a festejar el segundo cumpleaños de Ellen en la casa nueva aun cuando no se iban a mudar antes de finalizar las amplias reformas proyectadas. En base a las sugerencias de Johanna fuimos el miércoles a Ikea a comprar el regalo para Ellen y aprovechamos para hacer otras compras en Svagertorp en vistas de la próxima mudanza. En nuestro departamento comenzaba a crecer ya la pila de cajas de mudanza. Marcos, el hijo de Alicia, estaba de visita en Malmö por unos dias y el viernes nos juntamos al mediodía a almorzar en un restaurante libanés con tenedor libre. Comimos muy bien y abundante, y luego partió Marcos de regreso a Estocolmo prometiendo venir otra vez el fin de semana siguiente a festejar el cumpleaños de su sobrina Elisa. Teníamos aun otro compromiso ese día pues nos había invitado nuestra amiga Graciela a comer los tradicionales cangrejos, y nos juntamos varios de la barra latina en su casa. La reunión estuvo muy divertida y duró hasta la medianoche. Por suerte Graciela vivía a una cuadra de nuestro departamento. Así llegamos al día del cumpleaños de Ellen Inez. Hicimos primero una escapada con el auto a llevarles una parrilla además de dos sillas y una mesa de jardín a su nueva casa, y luego fuimos en bicicleta a la celebración. Como una excepción, nos tocó un día muy lindo de sol y la fiesta se pudo hacer en el jardín. Fue una reunión familiar de modo que el grupo era bastante reducido, y después de unos buenos choripanes apareció la torta también. El lunes siguiente iba a comenzar la renovación de la casa. Magela nos había pedido si podíamos cuidar a Nicolás a la noche para que pudiera ir al cine con Leo, y a las siete de la tarde nos hicimos presentes. Estando allí abrí mi correo y asi me enteré por boca de mi hermana del fallecimiento de la tia Ellen. Por las noticias que ibamos teniendo sospechábamos que se acercaba el desenlace, pero costaba asimilar que la tia no iba a estar más entre nosotros. Me comuniquë de inmediato con todos los chicos para ponerlos al tanto. Para el tio Andrés iba a ser un golpe muy duro perder a su compañera de toda una vida. Ya en la antesala de la mudanza, el domingo fuimos a Svågertorp a hacernos de pintura para paredes en Bauhaus y también pasamos por Jysk a comprar dos mesas de luz que nos habían gustado mucho. Magela y Leo nos invitaron a compartir unas pizzas con ellos y los padres y hermanas de Leo.
Lunes 7 de agosto. Llegó finalmente el día en que nos entregaban el departamento y a las tres de la tarde nos reunimos con Uta en la inmobiliaria. Después de unas pocas firmas y la confirmación de mi banco que le habían depositado el saldo de la venta nos hicimos de las llaves y fuimos para allá con el auto cargado con la pintura y demás elementos y nos pusimos de inmediato a la tarea de enduir y de colocar cinta de enmascarar. La limpieza del departamento no había sido de las mejores por lo que le dedicamos un tiempo a eso también. Regresamos al departamento bastante agotados y con la intención de arrancar el martes temprano con la pintada. Ese día logramos completar el pintado del dormitorio nuestro con dos manos de la pintura color "blanco antiguo" a la que también se le llamaba cáscara de huevo. A la tarde pasó KF con su auto por el departamento para llevarse el crosstrainer que teníamos en el sótano, y lo acompañamos a su nueva casa para ayudarlo a bajar el aparato al sótano. habían comenzado con la renovación el día anterior y parecía un campo de batalla. Por suerte no se veían obligados a vivir allí durante la refacción. A la noche fuimos a cenar comida griega al restaurante Kamaki pues no teníamos muchas ganas de preparar de comer. Continuamos el miércoles y el jueves con la pintada y avanzamos bastante pues nos quedó solo el dormitorio de huespedes y el hall. El viernes a la mañana vinieron tres muchachos con un pequeño camión de mudanza y comenzó el traslado. Pensamos que iban a alcanzar a completar la tarea en las cuatro horas contratadas pero no fue posible pues además tuvieron que hacer dos viajes. A las dos y media de la tarde se completó la mudanza y además de armar lo indispensable para pasar la primer noche en el nuevo departamento hicimos una lavada de todas las fundas del sofá aprovechando que habia que traerlo desarmado. El sábado se festejaba el tercer cumpleaños de Elisa en el jardín de la manzana de los consuegros de Alicia, y nosotros comenzamos el día con la ingrata tarea de limpiar el departamento viejo. Limpiamos hasta la hora de la fiesta, dejando lo último para el domingo. Marcos había venido de Estocolmo y se comprometió a hacer una comida a la tarde del domingo en la casa de Magela. Desde el viernes estaba en plena desarrollo el tradicional festival anual de Malmö y nosotros fuimos al puesto de comidas chileno de la asociación "Victor Jara" a comer la también tradicional hamburguesa de lomo. El salmón que preparó Marcos a la noche fue también muy sabroso.
Lunes 14 de agosto. Temprano por la mañana fuí en bicicleta a renovar mi pasaporte que se vencía en octubre, y a las diez nos juntamos con el comprador de nuestro departamento en las oficinas del martillero. Fue muy rápido el traspaso del dinero y solo faltaban unas pocas firmas nuestras para cerrar la operación, con lo que se cerró ese capítulo también. Durante el día recibimos la sorprendente noticia que Swiss iba a cancelar nuestro viaje de noviembre por haberse anulado el vuelo de Sao Paulo a Montevideo. Nos comunicamos con la agencia de viajes, y ellos prometieron estudiar el asunto a ver que solución había. Marcos y Magela vinieron a ver el departamento, que a pesar del caos les pareció muy lindo. El martes era el día en que nos entregarían el guardarropas y el sofa cama comprado en Ikea. Eso iba a ser a partir de las cinco de la tarde, y a la mañana me tocó una sesión con el dentista para preparar un puente y así recuperar muelas faltantes del lado izquierdo. A la tarde hicimos lugar en el segundo dormitorio para acomodar las numerosas cajas que llegaron puntualmente poco después de las cinco de la tarde. El armado del guardarropas comenzó al día siguiente y logramos dejarlo listo con excepción de las puertas corredizas que dejamos para el día siguiente. Siendo 16 de agosto era el cumpleaños de Karin y tuvimos una linda charla con el ella por Whatsapp. A la tardecita nos subimos a las bicicletas y fuimos a la plaza Gustav Adolf donde estaban concentrados todos los puestos de comida del festival. Sabía que había un trio de argentinos que habian venido desde Copenhagen con una casa rodante a vender empanadas y les compré tres por 110 coronas, bastante más baratas que las de Linda en Skanör. Además me gustaron mucho más. Alicia volvió a comer una hamurguesa de lomito en el puesto de los chilenos, y luego rematamos con un camembere frito con mermelada que nunca faltaba en el festival. Había una multitud de gente y optamos por regresar al departamento. Montamos las puertas corredizas del guardaropas el jueves por la mañana, y luego nos abocamos a la tarea de dar la primer mano de pintura blanca al segundo dormitorio. Durante el armado del guardarropas se descompuso mi taladro a batería, aparentemente sin solución, por lo que después de la segunda y última mano de pintura del viernes fuimos al shopping de Mobilia a comprar uno nuevo. Nuestro amigo Lucho nos había invitado a cenar y nos reunimos en su departamento junto con Inés y Graciela. Quedamos con Lucho en que podíamos salir de recorrida de mercados de pulgas en el campo el domingo siguiente. El sábado continuaron nuestras actividades sociales ya que habíamos recibido la invitación para participar de la boda de José y Gitte, siendo José uno de los hijos de nuestro amigo Roberto. Hicieron una ceremonia religiosa en la bonita iglesia St. Pauli y luego fuimos todos caminando al ritmo de una bada de candombe hasta el salón de fiestas Amiralen, a unas diez cuadras. Fue muy original la idea, y pro suerte nos acompañó el tiempo. Participaban más de doscientas personas de la fiesta en el enorme salón, y nos sentamos a una larga mesa junto con la barra de latinos. Para la cena ofrecieron un buffet muy bueno y abundante y luego hubo variedad de tortas. A la hora de bailar no hubo más remedio que salir a la pista, y recién nos retiramos cerca de la medianoche. No pintaba muy bueno el tiempo el domingo, pero salimos igual con el auto en companía de Lucho e Ines. A sugerencia de Luncho fuimos a Marieholm, donde una antgua hilandería se había convertido en mercado de pulgas con enorme oferta de artículos usados. Allí nos hicimos de un cuadro para el departamento, y rematamos el paseo yendo a otro mercado de Emmaus en las cercanías donde compré tres novelas en inglés a muy bajo precio. En el camino de regreso paramos a tomar algo en la antigua cafetería Bialitt.
Lunes 21 de agosto. Controlando mis mensajes electrónicos por la mañana encontré uno de mi hermana con la triste noticia del serio accidente automovilístico en el que estaba involucrado mi primo Gerardo. Aparentemente había salido despedido del auto y estaba gravemente herido. Lo habían traslado en avión sanitario al hospital de Bariloche y estaba en terapia intensiva. A la tarde me comuniqué con mi hermana, quien no me pudo dar más noticias aun ya que esperaban el parte médico. En el departamento comenzamos a pintar el hall, que era lo único que nos faltaba, y completamos la primer mano. Además comencé con el armado del sofa cama. El martes recibí un nuevo mensaje de Elsa, muy poco alentador ya que aparentemente tenía una seria lesión en la quinta vertebra y la probabilidad de quedar paralítico. Tremendas noticias. Seguimos con la pintada del hall, que quedó terminado. También terminé con el armado del sofá cama. Johanna quedó en venir a visitarnos al día siguiente y además nos pedía si podiamos hacernos cargo de Ellen mientras ella hacia su gimnasia acuática. El miércoles terminamos de desarmar cajas y acomodar todo, de modo que el departamento quedó muy prolijo a la hora que vinieron Johanna y Ellen. La pequeña cenó conn nosotros y la tuvimos lista con pañal limpio y pijamas puesto a la hora en que Johanna pasó a buscarla. Temprano a la mañana del jueves le llegó un mensaje a Alicia requirendola para una suplencia en una guardería bastante alejada y por estar corta de tiempo la llevé en el auto hasta allá. Para equipar el departamento necesitábamos aun un par de muebles y el viernes dimos una vuelta por Ikea donde encontramos lo que buscábamos, además de artículos varios con lo que regresamos con auto lleno nuevamente. Entre el viernes y el sábado armamos ambos muebles, uno de los cuales fue a a dar a la cocina y el otro al hall. El viernes me pidió Johanna si podía ir a la casa que habían comprado para recibir a un inspector del seguro que quería hacer un control general. Estaba en plena marcha la reforma de modo que ya habían barrido con todo el equipamiento de la cocina y de los baños además de estar trabajando con la albañileria. La barra latina había propuesto hacer una reunión general el sábado por la tarde festejando varios cumpleaños a la vez, incluido el mio. Cada cual llevó algo de comida y bebida, y nos juntamos en el local del edificio de Graciela que estaba disponible. Algunos de los festejados trajeron a su familia también asi que eramos una pequeña multitud. Alicia había hecho la tarta de atún que le salía tan bien y yo hice un bizcochuelo de limón a base de una mezcla ya preparada. Fue una linda reunión y una solucíon muy práctica. Nuestro nuevo consorcio había organizado el domingo una celebración en el jardín con salchichas a la parrilla incluidas y con concurso de preguntas que habían repartido por los jardines. No nos quedamos mucho tiempo pues queríamos ir a visitar a Magela y los niños. Leo había ido al estadio al jugar de local el equipo de Malmö. Al estar el estadio cerca de nuestro departamento pudimos comprobar que todos los estacionamientos habían sido ocupados, aunque claro sin trapitos ni el caos vehicular que veía en la Boca. Al regresar del departamento de Magela nos cruzamos con la multitud que salía del estadio.
lunes 28 de agosto. Teníamos pendiente aún pintar de blanco el techo del baño para deshacernos del color azul oscuro y ese día encaré la tarea dando la primera mano. Mucho tiempo no llevó al ser el cuarto tan pequeño. El tiempo había mejorado y cuando Alicia regresó de su trabajo salimos a hacer una caminata rodeando el lago del parque. Habíamos invitado a cenar a nuestros amigos uruguayos Roberto y Cecilia, que el miércoles ya regresaban a la casa de ella en Mallorca. Como tenían una pareja uruguaya de visita en su casa los invitamos también. Mi doctora habia pedido un control de mi presión arterial y el martes me llamaron por segunda vez. Tenía que hacer unos minutos de reposo antes del control, y en ambas ocasiones el resultado fue normal. También me había recomendado ir al kinesiólogo para controlar mi esqueleto y hacer ejercicios que podían ayudar a que no volviera a sufrir de lumbago en el futuro y el mismo martes tenía un turno con ese fin. La kinesiologa no encontró nada alarmante pero igual me sugirió cuatro ejercicios para reforzar la musculatura de la cintura. Cuando regresé al departamento ya habían llegado Floro y Tenchi, una pareja conocida de Alicia, él uruguayo y ella chilena, que vivían en Gotemburgo y estaban de paseo por Malmö. Los habíamos invitado a un brunch y pasamos un rato muy ameno con ellos. Mas tarde volvimos a hacer la caminata por el parque rodeando nuevamente el lago. El martes era el día del tercer cumpleaños de Camilo, y Agustín nos mandó un video del festejo en su guardería. La segunda mano al techo del baño tuvo que esperar al miércoles, y como era también el día en que Johanna iba a gimnasia acuática en el hospital vino temprano por la tarde con Ellen a saludarnos. KF pasó más tarde a recogerla mientras nosotros recibíamos a Magela con Leo y los niños además de Illian e Isabel, y Mayari a quienes habíamos invitado a comer sopa de pescado. El techo del baño requirió tres manos para cubrir el absurdo color azul oscuro y eso quedó listo el jueves antes de ir al dentista a colocarme el primer puente. Lo adhirió en forma provisoria para que lo probara durante una semana antes de pegarlo en forma permanente. Las noticias que me mandaba mi hermana sobre la evolución del Chulengo no eran muy positivas, algo que era de esperar teniendo en cuenta su situación y su temperamento. El viernes hicimos una nueva pasada por Ikea para comprar una luminaria para el baño reemplazando el feo tubo fluorecente. Desde luego que se unieron unas cuantas cosas más a la lámpara, algo casi inevitable cuando se iba a Ikea. Carlos y Elena nos avisaron que se darían una vuelta por el departamento el sábado por la tarde, y nos trajeron una planta que ubicamos en el balcón. A las cuatro de la tarde vino KF a dejarnos a Ellen ya que ellos tenían una cena con amigos que se prolongaría hasta muy tarde. Antes de cenar llevamos a Ellen al parque a que jugara un rato y después le armamos la cuna portatil en nuestro dormitorio. Después de un buen plato de albóndigas y fideos la acostamos y la niña durmió doce horas corridas. Una nueva noticia penosa que nos transmitió Elsa fue el fallecimiento de Tamara, la esposa de Miguel, quien sabíamos que estaba muy enferma. Johanna vino el domingo a la mañana a buscar a Ellen y desayunó con nosotros antes de regresar a su departamento. Nosotros teníamos previsto ir a ver una película Uruguaya en el local de Garaget; era nuestra amiga Ines que organizaba el evento, con venta de libros, comida y bebida, todo a beneficio de la biblioteca popular Shangrilá de Ciudad de la Costa en Uruguay. La película que vimos fue "El Ingeniero" y nos pareció excelentemente actuada, tocando el tema del futbol y lo que se esconde atrás de él.
Lunes 4 de septiembre. Alicia tenía que hacer una suplencia en una guardería y yo me aboqué a la tarea de enduir y pintar de blanco el cuartito-depósito del departamento. Alcancé a dar la primer mano y quedó para el día siguiente dar la mano final. Luego queríamos hacer orden, pues hasta el momento habíamos apilado cosas allí adentro sin ton ni son. Después de la segunda mano de pintura del martes quedamos conformes, y habilitando una segunda lámpara que había estado desconectada, el cuartito quedó también mejor iluminado. El clima estaba bien otoñal, gris y con lluvias intermintentes, por lo que continué llevando a Alicia al trabajo tanto el miércoles como el jueves en el barrio de Rosengård, bastante alejado del nuestro. El miércoles me tocó ir nuevamente al dentista por la mañana para que preparara el segundo puente. Johanna vino un rato por la tarde con Ellen y la dejó con nosotros mientras iba a ver la obra y discutir detalles con los constructores. KF estaba ausente en una conferencia de modo que tuvo que tomar algunas decisiones sin consultarlo. La buena noticia del jueves era que Magela y Leo habían conseguido un departamento de alquiler más adecuado a sus necesidades por tener tres dormitorios, así los pequeños tendrían cada uno su cuarto. El barrio era muy lindo y la fecha de la mudanza era el primero de noviembre. Les ofrecimos inmediatamente cajas de mudanza, de las que teníamos una montaña. Para seguir adelante con la cuestión de las puertas corredizas, el viernes por la mañana vino un operario de la firma a tomar medidas exactas de la abertura entre el living y la habitación extra. Aceptó también nuestra idea de colocar las dos hojas del lado de la habitación, y nos aseguró que las podían fabricar y traer para montar en un par de semanas. Dimos también un gran paso adelante reordenando las cajas guardadas en el altillo y separando aquellas que tenían cosas de las chicas, once en total, para que las revisaran ellas. Para la cena hicimos empanadas de carne usando discos sin gluten, que salieron muy bien. Como señal inequivoca que estábamos llegando al otoño comenzó a funcionar la calefacción central del edificio, y el sábado nos levantamos a un día muy gris y lluvioso. A la tarde, y después de una breve visita a Magela, fuimos al cine Panora donde exhibian dos películas españolas de las que vimos la segunda, "El Olivo", que nos pareció muy lograda.
Lunes 11 de septiembre: Dia en que Francisco cumplia sus 24 años. Mandé un mensaje a su correo con la esperanza de que lo viera y nos contestara. Era también el día en que mi dentista me colocaba en forma definitiva el primer puente después de verificar que me quedaba bien. Los aparadores del dormitorio extra recibieron su primer mano de pintura blanca ya que habíamos decidido que todos los muebles serían de ese color. El trabajo de pintura continuó el martes mientras que Alicia trabajaba. Johanna se dió una vuelta por el departamento sin Ellen, que se había quedado en la guardería, para imprimir un material que necesitaba. La primera tormenta del otoño llegó a estas latitudes el miércoles por la tarde, con mucha lluvia y fuerte viento. En la costa sur hubo rachas huracanadas que causaron la caida de algunos árboles. A las ocho y media de la mañana del jueves llegó un operario a colocar las puertas corredizas y lo dejamos trabajando mientras llevaba a Alicia en auto a la guardería de Rosengård que le había tocado ese día. Aun continuaba la lluvia, y cuando regresé al departamento encontré el trabajo casi listo. Hizo una muy buena instalación y quedamos satisfechos con el resultado. Por primera vez apreciamos el living separado del dormitorio extra, y nos alegramos que hubiera una abertura para dar más espacio. La idea era cerrar con las puertas corredizas solo cuando se necesitara el cuarto como dormitorio. Aun me dió el tiempo para continuar con el pintado de los muebles por la tarde. Illian e Isabel nos habían invitado a cenar en su departamento y como no cesaba la lluvia y el viento fuimos con el auto. Regresamos bien tarde al departamento y para esa hora ya había cesado la lluvia. El viernes dí la mano final de pintura a los muebles, mientras que Alicia compraba manijas para uniformar todos los cajones. Nuestros amigos de Alvesta, Sonia y Ricardo, anunciaron su venida a Malmö para el sábado y llegaron temprano por la tarde. Los esperamos con una tarta de hongos que preparó Alicia y luego salimos a dar una vuelta con ellos por el parque. Teníamos comprado todo para la cena, y después hicimos una larga sobremesa pues vino también Isabel, otra amiga de Alicia, que quería saludar a nuestros huéspedes. Ellos inauguraron el sofá cama de la habitación, e hicimos uso también por primera vez de las puertas corredizas. Sonia y Ricardo no tuvieron ninguna queja respecto a la cama ya que afirmaron haber dormido muy bien. Preparamos el desayuno y nos quedamos en el departamento al ir desmejorando el tiempo que terminó convirtiendose en una tormenta de granizo. Nuestro amigo Lucho apareció al mediodía con una tarta de jamón y queso, y yo preparé unos waffles para redondear el almuerzo. Había prometido a Johanna ir a la casa y dejarle nuestro carrito de transporte pues ya querían comenzar a mudar cajas. Me encontré con ellos cuando había pasado la tormenta, y de paso me traje la puerta de un guardarropas que iban a tirar para convertirla en un estante adicional para el cuartito. Poco despues de las cuatro de la tarde se fueron nuestras visitas, y al rato me llamó Johanna quien había comenzado a tener fuertes dolores abdominales. Pensando que tal vez tenía que ir a la clínica nos pidió si podíamos quedarnos con Ellen y poco después la trajo KF. Le armamos la cuna portatil para que pasara la noche con nosotros asi quedaba tranquila Johanna.
Lunes 18 de septiembre. Ellen durmió muy bien y después del desayuno la dejé en su guardería. Johanna había ido a la clínica para hacer un control y comprobaron que el bebé estaba bien pero muy encajado y ya listo para el parto, lo que le causaba a Johanna esos intensos dolores. Quedamos atentos a cualquier novedad para hacernos cargo de Ellen. Aun nos quedaba pendiente pintar de blanco la base de la mesa y me aboqué a esa tarea, además de preparar y colocar el estante extra en el cuartito. Asi logramos aprovechar mucho mejor el espacio. La mesa del living quedó lista el miércoles, antes de salir a la tarde a cortarme el cabello e ir luego al dentista para colocar el segundo puente. Como antes, lo pegó en forma provisoria para que lo probara y me dió turno para volver el 4 de octubre. El fallido verano llegó a su fin y ya comenzamos a ver el cambio de color en los árboles además de observar como emprendían viaje los pájaros migratorios. Johanna había organizado festejar anticipadamente los 30 años de KF con una reunión sorpresa en un restaurante de Copenhagen para el día sábado. Nosotros pensábamos ir en auto y asi de paso la ayudábamos a llevar unos globos inflados con gas que dejó en casa el viernes a la mañana. Para la cena habíamos invitado a Magela y Leo con los niños además de los consuegros de Alicia, ya que hacia tiempo habíamos prometido hacerles empanadas. Vinieron bastante temprano para poder comer y regresar a su departamento a la hora de acostar a los niños. Las empanadas que hicimos eran de carne, con masa libre de gluten, y tuvieron mucho éxito. Con Johanna habíamos quedado en pasar a buscarlos a las diez de la mañana del sábado para ir a Copenhagen, con los globos bien escondidos en el baul. Ellen estaba con los padres de KF, y el se dió cuenta de inmediato que rumbeabamos para Copenhagen, aunque con el cuento que nostros queríamos ir al museo de Louisiana. Los dejamos fuera del hotel Marriot donde Johanna pensaba entretener a KF con un desayuno y nosotros estacionamos luego cerca del restaurante y fuimos a dar unas vueltas a pie por la ciudad. Poco antes de la una de la tarde nos juntamos con el resto de los invitados y colocamos los globos sobre la mesa esperando la llegada de Johanna y KF. Por suerte el no se había percatado de nada y la sorpresa fue total. Eramos unas veinte personas y también estaba Ellen a la que habían traido sus abuelos. La reunión fue muy linda y la comida y bebida sobreabundante. A las cuatro de la tarde cerraba el restaurante y mientras que la gente joven seguía festejando con una ronda de bares, Alicia y yo paseamos un poco más por la ciudad y regresamos luego a Malmö. Como parte de la sorpresa, Johanna había reservado también un hotel en Copenhagen para pernoctar allí. Lo mismo iban a hacer ssus suegros con Ellen, aunque en otro hotel, con la idea de ir el domingo a la mañana al Tivoli con ella. El domingo tuvimos un día muy lindo en Malmö, casi veraniego, y comenzamos por ir al departamento de nuestro amigo Lucho que nos había pedido ayuda para colgar un espejo y cambiar de lugar una lámpara de techo. Llevamos nuestro taladro y demás elementos, y después de terminar esa tarea fuimos a la casa de los consuegros de Alicia que habían invitado a toda la familia a comer sopa de verduras. Lunes 25 de septiembre. El último mueble que pedía una mano de pintura blanca era la mesita del sofá y la pinté por la mañana. Alicia tenía trabajo todos los días hasta el jueves y como teníamos buen tiempo decidió ir el lunes en bicicleta a pesar de los seis kilómetros de distancia a la guardería. A la tarde pasó Johanna después de recoger a Ellen de su guardería y merendaron con nosotros. Se llevó también los regalos que había recibido KF el sábado anterior en Copenhagen. El martes a la noche ibamos a recibir a Ana maría y Omar, Sonia, Graciela e Isabel. Hicimos una olla grande de sopa de verduras que desapareció durante la cena. Omar y Ana María acababan de regresar de un viaje a España y Portugal, lo que se les notaba por el bronceado, y Graciela de un viaje a Grecia e Italia. El miércoles llevé a Alicia con el auto y luego hice cambiar las cubiertas colocando las de invierno, además de hacer la alineación. Tuve que ir también a una concesionaria Volvo para reemplazar un corto tramo de uno de los rieles del techo del auto que inexplicablemente había desaparecido. Me prometieron el repuesto para el viernes. A la tarde tenía turno en la clínica de ojos para hacer el control anual de mi vista. El test del campo de visión dió bien y la presión estaba dentro de valores aceptables aunque me recomendaron seguir con las gotas. Había un pequeño deterioro de la vista pero no lo consideraron preocupante ya que era producto de que los años, que no pasaban en vano. Johanna nos pidió ayuda para cuidar a Ellen un par de horas el jueves a la tarde pues ellos tenían que asistir a reunión de padres en la guardería y preferí ir a su departamento. Fue una buena decisión pues Ellen ya se había quedado dormida cuando regresaron de la reunión. Alicia no trabajaba el viernes y decidimos ir a Svagertorp al mediodía. Nos encontramos con Johanna en Ikea y le ayudamos a cargar un par de muebles para su nueva casa en su auto. Luego hicimos nuestras propias compras y fuimos también a Bauhaus en las cercanías a comprar la puerta plegadiza para el dormitorio extra. Después de descargar todo cargamos el auto con cajas de mudanza que le alcanzamos a Magela y Leo para que pudieran comenzar a empacar para la mudanza. El tiempo mejoró el sábado, un poco ventoso pero soleado. Salimos al mediodía hacia el norte y después de una parada en un mercado de pulgas en el campo hicimos un corto paseo por el bosque de Skäralid, donde ya comenzaban a aparecer los colores del otoño. Tuvimos que regresar temprano a Malmö pues nos había invitado Lucho a cenar en su departamento para salir luego con las bicicletas a recorrer algunas galerías de arte. Era la llamada noche de las galerías, muchas de las cuales tenían abierto hasta medianoche. Antes de mudarse, les exigían a Leo y Magela que mejoraran algunos detalles de pintura en su dormitorio y el domingo fuimos para allá con escalera y pintura a darles una mano con el trabajo.
Lunes 2 de octubre. La instalación de la puerta plegadiza me llevó todo el día lunes, ya que había que entre otras cosas había que cortar a medida los paneles plegables y no era cuestión de errarle en las medidas. Quedó listo justo a la hora en que Alicia regresó de su trabajo. Entre el martes y el miércoles pasó por Malmö la segunda tormenta de otoño, con muy fuerte viento. Tenía cita con mi dentista para fijar en forma permanente el segundo puente, pero resultó imposible despegar el cemento provisiorio sin riesgo de romper la porcelana por lo que lo dejamos asi a la espera de que se cayera solo en algún futuro cercano o lejano. Johanna pasó de visita el jueves al mediodía y almorzamos juntos en casa. Aun no tenía ningún sintoma que indicara el comienzo del trabajo de parto, y confirmamos que iríamos el domingo a una cena temprana con ellos. Pasé luego a buscar a Alicia en su trabajo y fuimos con pintura y escalera a dar un nuevo retoque al cieloraso de su dormitorio. Al cumplirse los 100 años del nacimiento de Violeta Parra el viernes se había organizado en Malmö una gala de conmemoración y nosotros habíamos comprado entradas para asistir. El cine teatro Palladium del centro se llenó por completo, sobre todo por la participación de la ya veterana cantante sueco-finlandesa Arja Saijonmaa, quien en su momento había hecho famosa en Escandinavia la canción "Gracias a la Vida". El programa musical era en su totalidad de creaciones de la cantante chilena y fue muy aplaudido. Después del concierto nos juntamos unos cuantos latinos a tomar unas copas antes de regresar a casa. Nuestro programa del sábado era ir al mercado de pulgas mensual del club de Leones en vellinge, y llevamos también a Lucho e Ines en el auto. En Vellinge había dos mercados de pulgas más donde también fuimos a curiosear. Luego rumbeamos a Vismarlöv donde en el medio del campo había una panadería y cafetería muy atractiva. Llegamos a tiempo para tomar el muy completo y variado desayuno buffet que ofrecían. A pesar del día lluvioso disfrutamos mucho del paseo, que incluyó una visita al mercado de pulgas de Genarp. Teníamos que regresar a Malmö para recibir a la prole de Magela y Leo, que habíamos prometido cuidar para que ellos pudieran ir a una fiesta de cumpleaños. Ambos niños se quedaron a dormir, Elisa en su propio dormitorio y Nicolas en la cuna que pusimos en nuestra habitación. Se despertó varias veces a la noche pero con ayuda del chupete volvió a quedarse dormido. El domingo invitamos a sus padres a un brunch cuando vinieron a buscar a los niños cerca del mediodia. Mientras estábamos en eso me comunicó Johanna que comenzaba a tener contracciones y que cancelaba la cena programada. Marcos estaba también de pasada por Malmö y nos hizo una corta visita. Yo había hecho un flan y cambiando de planes fuimos a comer con los consuegros de Alicia contribuyendo con ese postre. Al final del día continuaba Johanna aun en la casa.
Lunes 9 de octubre. La guardería que le tocaba a Alicia hasta el jueves quedaba bastante lejos, en la otra punta de la ciudad, y por lo tanto decidimos que la llevaría con el auto. A la tardecita del lunes llamó Johanna pidiendo si podía alcanzarlos al hospital pues tenía mucho dolor y contracciones frecuentes. Esperé en el hospital mientras la controlaban y luego los llevé nuevamente a su casa pues comprobaron que no había dilatado lo suficiente aun. A la mañana del martes me llamó nuevamente al haberse intensificado los dolores y como no conseguían taxi de inmediato me pidieron que los llevarlos al hospital donde llegamos a las ocho y media de la mañana. Esta vez no quedaban dudas que el parto estaba en marcha y quedó internada. A las 10:55 dió a luz a Sigrid Brita, con un peso de 3360 gramos y un largo de 50 cm. Ellen había quedado al cuidado de sus abuelos paternos, que estaban en Malmö. El miércoles por la mañana nos enteramos que se habían trasladado al hospital de Lund donde había facilidades para que se quedaran KF y Ellen a pasar la noche con ellas. Después de un control médico al mediodía pensaban regresar a su departamento. Nos comunicamos el jueves con ellos y quedamos en que podíamos pasar a conocer al bebé el viernes por la tarde. Asi conocimos finalmente a Sigrid, muy tranquila en su sueño. Desde su casa fuimos directo al cine Panora pues queríamos ver "The Nile Hotel Incident", una película policial que se desarrollaba en El Cairo los días previos a la caida de Mubarack y que reflejaba claramente los grandes problemas de pobreza y corrupción de la sociedad egipcia. Después del cine pasamos a buscar a Elisa para que viniera a pasar la noche con nosotros. Alicia la había invitado a ver cine infantil el domingo por la tarde y para allá fueron en bicicleta. Luego la dejó en su casa. En Malmö se había organizado una segunda velada musical en homenaje a Violeta Parra, con diversos artistas y conjuntos chilenos residentes en Suecia y decidimos hacer acto de presencia. Comenzó poco después de las siete de la tarde y se extendió hasta pasadas las diez, con cantidad de grupos en escena, algunos de ellos muy buenos. Alicia reconoció algunas personas de la época en que había vivido en Växjö donde había una importante colonia de exilados chilenos. Karin nos llamó desde el Uruguay pues había regreso a la casa de Alicia el jueves. Encontró todo en orden como siempre, aunque el auto se había quedado nuevamente sin batería como ya había pasado antes. No sabíamos aun la causa del problema pero como teníamos que hacer el service de garantía de los 20000 km lo solucionaríamos a nuestra llegada. Mientras tanto iba a llamar al seguro para que viniera el auxilio a darle arranque. Karin tenía que ir una vez más a Buenos Aires a fin de mes pero prometió estar de regreso antes de nuestra llegada el 26 de noviembre, y también ir a esperarnos con el auto al aeropuerto. La guardería que le tocaba el lunes a Alicia quedaba en Limhamn y el domingo fuimos hasta allí con las bicicletas para familiarizarnos con el trayecto. Habíamos invitado a Illian e Isabel a venir a cenar y en el camino de regreso pasamos por el Lidl a hacer las compras necesarias. Hicimos una sopa con la que inauguramos la elegante sopera de porcelana que habíamos comprado un par de semanas antes en un mercado de pulgas. Vinieron a pie desde su departamento y se quedaron hasta bien entrada la noche.
Lunes 16 de octubre. Alicia no tuvo problemas en encontrar el camino a la guardería y para el regreso eligió otro recorrido. El contenedor prometido por el consorcio apareció por la mañana y aproveché para deshacernos de lo que teníamos preparado antes de que se llenara. Un canasto de mimbre que usábamos desde hacia tiempo para poner el lavado nos había quedado grande y estaba medio deteriorado pero no llegó al contenedor pues cuando estaba por tirarlo se interesó por él una señora mayor que estaba allí y se lo llevó. A la tarde dimos una vuelta a saludar a Magela y los niños antes de la cena. Johanna y KF querían ir a Ikea a comprar algunos objetos para su nueva casa y para hacerlo con más tranquilidad me dejaron a Ellen a media mañana del martes. Alcanzó a almorzar y dormir su siesta antes de que volvieran a buscarla. Al día siguiente pensaban ir a reunirse con los padres de KF en Småland para festejar el jueves su cumpleaños número 30. El miércoles por la noche recibimos en casa a nuestros amigos Carlos y Mariche, a quienes habíamos prometido hacía tiempo una cena. Ellos habían hecho un paseo por España y Portugal junto con Omar y Ana María y tenían mucho para contar del viaje. El jueves empacamos todo lo posible para el viaje a Estocolmo y salimos para allá el viernes a las nueve y media de la mañana. La epoca era bonita para observar el paisaje ya que en pleno otoño vimos los bosques que bordeaban la ruta con diversos tonos de naranja, amarillo y ocre. Queríamos llegar a Estocolmo con luz diurna para no cometer errores y asi lo hicimos. A pesar de ello le erramos en una salida de la autopista y terminamos conociendo más de la ciudad que lo previsto, lo que de todos modos fue una ventaja. Después de dar unas vueltas dimos finalmente con la dirección correcta y llegamos al atractivo barrio donde estaba el departamento de Marcos y Sanna. Ellos no habían llegado aun de regreso de sus respectivos trabajos pero habian dejado una llave escondida. Aprovechamos para hacer algunas compras para el desayuno en un almacén cercano, y como habíamos llevado un par de tartas para la cena solo hubo necesidad de calentarlos cuando llegaron ellos. Hicimos una larga sobremasa antes de irnos a dormir, planeando salir a pasear por la ciudad al día siguiente. El sábado fue un día frio pero soleado, y después de un tardío desayuno tomamos el subte al centro. Nos llevó menos de media hora llegar a la estación central y desde allí continuamos con un tranvía hasta la isla Djurholmen pues el objetivo era visitar el museo del Vasa, el buque de guerra que zarpó de Estocolmo en viaje inaugural en agosto de 1628 y que por su inestabilidad constructiva se escoró y hundió después de recorrer apenas un kilómetro y medio cuando hicieron un saludo con los caños de babor. Rescatado del fondo en 1961 el magnífico navio de casi 70 metros de eslora era un testimonio unico de la construcción naval de la época. La visita nos llevó toda la tarde y desde el museo fuimos en omnibus al centro a cenar en un restaurante bastante pituco. Los cuatro pedimos carne asada y una botella de vino argentino. Ni bien probamos la carne comprobamos que se había enfriado por lo que presentamos nuestra queja. Al instante desapareció la comida y en lugar de calentarla nos trajeron nuevos bifes. Durante la espera nos invitaron con un plato de fiambres y queso, y tampoco nos cobraron el postre por lo que salimos muy satisfechos. Teníamos previsto regresar a Malmö el domingo, pero antes de salir queríamos encontrarnos con un matrimonio amigo de Alicia que vivian en el centro de Estocolmo. Dejamos que Marcos y Sanna siguieran durmiendo y después de unos mates partimos en subte al centro para encontrarnos con ellos en la famosa plaza Sergelstorg. Frente a la plaza estaba la casa de la cultura y nos sentamos en el café a tomar algo y charlar. Había mucho de que hablar pues hacía rato que Alicia no tenía contacto con ellos y recién a las dos de la tarde emprendimos el regreso al departamento a juntar nuestras cosas y emprender el regreso. Nos despedimos de los chicos y tomamos otro camino menor más atractivo antes de salir a la autopista hacia el sur. El viaje duró siete horas y oscureció antes de cubrir la mitad del trayecto, además de encontrarnos con fuerte lluvia y viento además de parches de niebla. Por suerte no había demasiado tráfico, además de ir por una buena autopista bien marcada. En una parada para cargar nafta comimos un par de choripanes de carne de ciervo que estaban exquisitos. Poco después de las diez de la noche llegamos sin inconvenientes a casa.
Lunes 23 de octubre. Comenzaba el festival anual de cine latinoamericano y nos habíamos anotado para ir a la inauguración. Poco antes de las seis de la tarde pasamos a buscar a Ilian e Isabel con el auto y fuimos al cine Panora donde la inauguración del festival incluía un pequeño buffett y música viva antes de la película, que era "El Ciudadano Ilustre". Hacia rato que la quería ver aunque no se había dado la ocasión, y a todos nos pareció muy lograda. El martes por la tarde pasó Johanna con sus niñas por el departamento a buscar una muñeca que había olvidado Ellen. Sigrid estaba durmiendo muy tranquila cuando llegaron pero al rato comenzó a quejarse bastante, aparentemente por tener gases. El miércoles a la mañana me tocaba nuevamente ir al dentista para encapuchar un diente y más tarde pasó Johanna a buscarme para que la acompañara a la casa y ayudarla a inspeccionar los trabajos de refacción. Había un ejercito de gente dando los toques finales ya que la intención era entregar la casa para que se pudieran mudar el sábado, aunque era evidente que aun quedarían detalles pendientes. Los chicos ya habían trasladado buena parte de sus pertenencias, que estaban almacenadas en el sótano. A pedido de Johanna tuve oportunidad de dar mi opinión en algunos trabajos, aunque en general se veía todo muy bien. Alicia tenía que trabajar toda la semana, incluido el viernes. Ese día a la noche teníamos entradas para ir aal teatro Palladium a escuchar un grupo alemán que tocaba música de Simon & Garfunkel. La imitación era casi perfecta, con pocas variaciones propias y tocaron con tal entusiasmo que conquistaron al público con su música. Nosotros les compramos un CD a la salida del espectáculo. El sábado era el día en que se mudaban KF y Johanna a su nueva casa. Poco después de las nueve de la mañana les llevé dos colchones que nos sobraban a nosotros y también estudié el tema de la reja protectora que querían montar en la escalera. No era tan sencillo pues les faltaban herramientas, taladro y tornillos de modo que quedó pendiente. A media tarde fuimos al cine Panora a ver el documental boliviano "Antes que se tire la sal", sobre la problematica de la explotación del salar de Uyuni. El turismo intensivo y la posible explotación del litio para baterías de automoviles amenazaban con destruir el ecosistema sin que hubiera una solución sustentable a la vista. A la salida del cine pasamos a buscar a Elisa y Nicolás pues iban a pasar la noche con nosotros. Leo había cumplido años el viernes y junto con Magela iban a salir a cenar. Les propusimos que almorzaran con nosotros el domingo cuando pasaran a recoger a los niños, y asi lo hicieron. Alicia preparó sus clásicos pollos al horno excelentemente condimentados. La noche del sábado al domingo pasamos al horario de invierno en Europa y la brecha con Argentina y uruguay se achicó a cuatro horas.
Lunes 30 de octubre. Ya estábamos sobre la fecha en que habíamos invitado a cenar a mis consuegros pues la cita era para el martes 31. Decidimos hacer los preparativos el lunes, que incluían una sopa de calabaza, el relleno de carne para las empanadas y un flan. La cena iba a ser a las cinco de la tarde para que Johanna y KF pudieran venir con las bebas. Siendo la semana de Halloween abundaban las calabazas y se nos ocurrió comprar una grande, de casi ocho kilos, que vaciamos de semillas para utilizarla de recipiente al servir la sopa, lo que causó sensación entre los invitados. Los discos de empanadas los fabricamos de una masa sin gluten para tartas que era facil de conseguir. Compartimos asi una linda velada, y después que se fueran KF y Johanna, con Ellen ya pasada de sueño se quedaron un rato más mis consuegros. Ellos prometieron traernos carne de alce cazado por ellos mismos en su propiedad de Småland. El miércoles les entregaban el nuevo departamento de alquiler a Leo y Magela, y como Leo trabajaba fue Alicia a darle una mano a Magela ocupandose de los niños mientras ella recibía las llaves. Luego me reuní con ellas para ver el departamento, y como tenía un largo pasillo bastante oscuro les ofrecí montarles una tira de luces halogenas que me habían quedado desde la época en que vivía en el enorme departamento de Drottningstorget. Por tener tanto contacto con niños mocosos y tosientes cayó enferma Alicia también y avisó que no podría trabajar el jueves y viernes. El jueves por la mañana fuí con herramientas a la casa de Johanna y le monté algunas lámparas ademås de instalar un barral en el placard embutido de su dormitorio. Por la tarde llevamos todo lo necesario para poder instalar las lámparas en el departamento de Magela antes de la mudanza, prevista para el sábado. Habíamos observado también que había que quitar algunas manchas y mejorar la limpieza del departamento. Después del desayuno del viernes fuimos para allá a hacer esos trabajos. Montar la tira de lámparas en el techo me llevó todo el día y quedó funcionando. Alicia se dedicó al resto de las tareas y lijó también con una lijadora eléctrica la parte de la mesada de cocina que era de madera y que estaba bastante percudida. Habíamos leido que uno de los mercados de pulgas tenía feria navideña el sábado y le propusimos a nuestro amigo Lucho que nos acompañara. Quedaba fuera de Malmö en las cercanías de Lund, y estaba ciertamente lleno de todo tipo de chucherías navideñas. No pudimos evitar comprar un par de adornos, y como siempre aproveché para hacerme de un libro por chirolas. Magela y Leo hicieron su mudanza con la ayuda de sus amigos y nosotros preferimos no participar en esa dura tarea. De la calabaza del martes habíamos hecho una cantidad de sopa que habíamos congelado y ofrecimos compartirla con ellos en su nuevo departamento el domingo por la tarde. Por la mañana pasó Kerstin, mi consuegra, a dejarnos la carne de alce congelada además de una bolsa con hongos cosechados también por ellos. Estaba apurada pues tenían que ir al estadio de futbol donde se homenajeaba al equipo de Malmö por haber ganado el campeonato.
Lunes 6 de noviembre. A Alicia le tocaba trabajar toda la semana en una guardería próxima a su antiguo departamento, y aunque aun tenía algunos ataques de tos decidió ir igual. Johanna seguía necesitando ayuda con cosas menores en la nueva casa y el martes por la mañana fui a ayudarla. Nuestro dentista insistía en que tanto Alicia como yo mostrabamos sintomas de desgaste atribuible al rechinar de dientes y nos anconsejó usar una férula. Alicia ya la tenía desde un par de semanas atrás y a mi me la entregó el jueves. Ese día teníamos entradas a la noche para ver y escuchar a Badi Assad, cantante brasilera, en el teatro Viktoria. Carlos y Elena vinieron también y como era velada con picnic llevamos comida y bebida que compartimos con ellos en la mesa para cuatro que habíamos reservado. Cantó acompañada de guitarra electrónica con un talento envidiable. Como lo había prometido, pasé nuevamente el viernes por la mañana por la casa de Johanna a colgar cuadros y lámparas. La postergada invitación a cenar quedó acordada para el lunes siguiente. El sábado por la mañana ibamos a salir hacia Alvesta a visitar a nuestros amigos Sonia y Ricardo, pero recibimos la noticia de que Sonia estaba engripada y desistimos de ese viaje. Como se había desatado una fuerte tormenta de nieve hacia el norte de Skåne, con derrapes y choques, al menos nos salvamos de esa.Sabíamos de una feria de navidad con productos artesanales que se hacía en una granja en las afueras de Vellinge y para allá fuimos el sábado con un dia fresco y viento helado. Había pocos puestos pero lindas artesanías, y también un puesto de venta de panchos asados, de los cuales no nos privamos. Distinta fue la situación en el vivero Vellinge Blomman, adonde nos dirijimos luego. Allí había una sobreabundancia de artículos navideños, la mayoría de fabricación industrial y obviamente provenientes de la China. Quedamos realmente saturados. Aun alcanzamos a ayudar un rato a Magela y Leo en la limpieza del departamento a entregar, y lo mismo hicimos el domingo, dia del padre en Suecia.
Lunes 13 de noviembre. Alicia se sentía acatarrada y decidió cancelar su suplencias del lunes y martes, que eran las últimas a las que se habia anotado para este año. Yo había sucumbido también y estaba con tos y bastante congestionado. Magela dejó el lunes a sus niños a nuestro cuidado mientras seguía con la limpieza y los pasó a buscar a media tarde. Johanna y KF nos habían invitado a comer en su casa y por ser un día helado decidimos ir con el auto. Johanna había preparado un salmón ahumado muy rico para la cena y cuando comenzó el partido de futbol decisivo entre Suecia e Italia que KF quería ver regresamos al departamento. Por primera vez tuve que quitar hielo a los vidrios del auto. A la noche nos enteramos que por terminar en empate, Italia había quedado eliminada del mundial de futbol mientras que Suecia había conseguido los pasajes. El martes volvimos a ayudar a Magela cuidando a Nicolás y yo aproveché para prolijar el sistema de spots que les había instalado en el largo pasillo de 12 metros de su departamento. Regresamos a nuestro departamento cuando ya había oscurecido. Marcos vino a Malmö el miércoles por la noche y lo fuimos a esperar a la estación con el auto. El tren llegó con cierto atraso, pasada la medianoche. Su novia vendría el viernes a la tarde y ambos regresarían a Estocolmo el domingo después del festejo del cumpleaños de Marcos en nuestro departamento. Osvaldo y Yolanda habían anunciado también su venida para el jueves a la tarde y no sabíamos aun cuanto tiempo pensaban quedarse. Estaban invitados de todos modos a participar de la fiesta de cumpleaños de Magela del día siguiente en su casa. Marcos durmíó en el cuarto de huéspedes pero para la noche del jueves lo mudamos al sofá cama del living para dar lugar a Yolanda y Osvaldo en esa habitación. Alicia había preparado una tarta de atún para recibir a Osvaldo y Yolanda y ni bien llegaron la calentamos y nos sentamos a comer. La puesta al día de noticias nos mantuvo levantados hasta bien tarde y fue muy amena. Por suerte afirmaron haber dormido muy bien en la cama del cuarto de huéspedes y el desayuno del viernes lo hicimos con la compañía de Marcos también. Amanecimos con sol y propusimos a Osvaldo y Yolanda dar una vuelta por nuestro parque, ya casi pelado pero bonito igual. A la tarde pasamos a retirar una torta que habíamos encargado en la confiteria Hollandia y la dejamos en casa de Magela. Luego de ponernos pitucos regresamos allá para participar de la cena de cumpleaños de Magela. Yo continuaba bastante congestionado y con tos pero lo fui sorteando. Yolanda y Osvaldo querían regresar a sus pagos el sábado, por lo que nos despedimos después del desayuno. Se había armado una nueva tormenta y efectivamente llegaron a su casa con nieve pero sin inconvenientes. Como el sábado 18 se cumplía el tercer aniversario de nuestra convivencia lo festejamos a la noche saliendo a cenar. Optamos por el restaurante tailandés Green Mango y no nos falló ya que comimos excelentes platos. El domingo era el día del cumpleaños de Marcos y armamos un almuerzo al que vino él con su novia Sanna además de Magela, Leo y los niños. Marcos y Sanna tenían que regresar a Estocolmo y nosotros los llevamos a la estación de tren a las siete de la tarde. Más tarde nos contaron que llegaron muy demorados a causa de la tormenta. Aquí en Malmö seguíamos sin nieve.
Lunes 20 de noviembre. Comenzó la última semana en Suecia antes de nuestra partida y como Alicia ya no trabajaba más nos dedicamos de lleno a los preparativos, que incluían sendos cortes de cabello, tercera dosis de la vacuna contra un virus que transmitian las garrapatas suecas, compras de último momento y desde luego reuniones con la familia. Todas nuestras plantas quedaron en casa de Johanna, y también tuvimos una charla con nuestra vecina Agneta para ponerla al tanto de todos los movimientos que iba a haber en el departamento. Ana María nos avisó que venía con Omar el 28, llegando a Montevideo casi a la hora en que salía Karin para Buenos Aires por lo que ofrecimos ir a buscarlos, llevando de paso a Karin. El viernes a la tarde nos despedimos de Magela y sus niños, y luego vinieron Johanna y KF con las niñas a cenar con nosotros. Quedamos en que yo pasaría a buscar a KF con nuestro auto a las once de la mañana del sábado para que nos alcanzara a la estación y luego se quedara con el vehículo. Nuestro vuelo con Swiss a Zurich partía a las 14:50, de allí a Sao Paulo a las 22:40 y finalmente el Latam a Montevideo a las 09:50. Alcanzamos a armar un pequeño arbol de navidad y decorarlo para darle al departamento una atmósfera navideña. A las once del sábado pasé a buscar a KF y ël nos llevó hasta la estación del triángulo quedandose luego con el auto. El tren llegó con un poco de retraso y tan abarrotado que tuvimos que luchar para poder subir con nuestra valijas. Teníamos buen margen para hacer el embarco y en Zurich teníamos casi seis horas de espera antes de la partida para Sao Paulo. Para llegar a la terminal de salida en Zurich había que tomar un tren subterráneo sin conductor y cuando llegamos allí nos encontramos con que no había ningún restaurante por lo que regresamos al punto de origen para cenar. Asi terminamos haciendo tres veces el pintoresco recorrido subteráneo del tren. Hicimos un cruce muy tranquilo a Sao Paulo con buena comida y atención, llegando por suerte a horario pues nuestro vuelo a Montevideo con Latam partía dos horas más tarde. La nueva terminal de Sao Paulo era muy grande y moderna, totalmente distinta a la triste terminal que conocíamos de años anteriores. Pasamos los trámites aduaneros sin problemas y nos encontramos con Karin que nos había ido a esperar al aeropuerto de Montevideo con el auto. La casa la encontramos en muy buenas condiciones, aunque me faltaba inspeccionar el techo pues la escalera la tenían prestada unos vecinos. Era un día soleado y caluroso, y antes de bajar a la playa hicimos una merienda. Vimos la puesta de sol y regresamos cuando ya estaba oscureciendo. Karin preparó esa noche una excelente cena de verduras al horno.