El departamento que alquilé en Lilla Kvarngatan tenía solo dos dormitorios, un poco chico para nuestras necesidades, pero a los pocos meses, en diciembre de 1996, quedó disponible otro departamento en la misma escalera y como tenía tres dormitorios lo solicité y me otorgaron el cambio. Ya habíamos decidido que las chicas vivirían conmigo mientras yo estuviera desembarcado, de modo que necesitaba mucho espacio para vivir con comodidad. Así y todo Johanna y Viktoria se vieron obligadas a compartir habitación. Gerd había conseguido un departamento a dos cuadras, y las niñas comenzaron a ir a la escuela Österport, que quedaba cruzando la calle.
En diciembre cambié de buque y pasé a trabajar en el Ek-Sky al producirse una rotación de capitanes en la compañía. Fue positivo porque el Ekfors era un buque deprimente y con un capitán imposible, Rolle, quien no aceptaba ningún cambio que no viniera de él. Así terminó ese año pleno de novedades en mi vida.
Comenzamos el año 1997 con un viaje de vacaciones de invierno a Storlien, a más de 1000 Km al norte de Malmö. Eso fue a principios de febrero y viajamos las chicas y yo en el tren nocturno que partía de Malmö. Pasamos una linda semana allá en la cabaña alquilada. El equipo necesario lo alquilamos también allí, ya que no contábamos con nada propio. Las niñas aprendieron a esquiar con una instructora mientras que yo observaba y me congelaba. Hermoso lugar y muy tranquilo, y decidimos que valía la pena volver en otra ocasión.
Durante mi segundo embarco del año nos tocó entrar a dique seco en Göteborg y tomé la iniciativa de invitar a Annica a salir a cenar, eso fue el 21 de marzo de 1997, y establecimos muy buen contacto personal, a pesar de nuestra diferencia de edad de 20 años. Vino a visitarme a bordo con una amiga y alcanzamos a ir al cine (El Paciente Inglés) y cenar una vez más juntos antes de que el buque dejara el dique seco. Fue el comienzo de una relación con muchos altibajos que duraría varios años. Cuando desembarqué el 23 de junio en Halmstad fui a Gotemburgo a visitar la compañía y también hice una cita con Annica. A partir de entonces entablamos una relación de pareja y comenzamos a vernos con cierta frecuencia, o bien ella venía a Malmö a visitarnos o bien yo viajaba a Gotemburgo. Pero Annica no quiso que fuera de conocimiento público y menos aún que sus padres se enteraran de la relación. Así fue como durante años mantuvimos contacto casi secreto, rompimos varias veces y también disfrutamos de muchos momentos muy lindos juntos.
Cumpliendo con la promesa dada anteriormente reservé nuevamente pasajes para viajar a la Argentina, esta vez incluyendo las tres chicas y con la idea de cumplir mis cincuenta años allá. Así llegamos a Buenos Aires el 29 de junio y nuevamente nos instalamos en la casa de los Propato. Esta vez había reservado pasajes aéreos para viajar a San Juan y quedarnos unos días allá. Agustín había comprado una casa en un barrio nuevo de San Juan y nos ubicamos allí. Gabriel vino también a San Juan un par de días después aunque sin Francisco. Agustín tenía un auto y aprovechamos para hacer algunas excursiones, incluido un paseo a la Difunta Correa. Justo el día antes de continuar nuestro viaje a Bariloche se produjo un acontecimiento dramático e inesperado. Habíamos estado en un parque de la ciudad y al volver a la casa en el auto de Agustín se produjo un choque con otro auto que se nos cruzó por delante. El choque no fue muy fuerte y Alejandra, la esposa de Agustín, fue la única que se lastimó un poco, pero el incidente creó un conflicto de gran magnitud entre ella y Agustín. Poco más adelante se deshizo la pareja y dejaron también esa casa. Gabriel regresó a Buenos Aires y nosotros continuamos la gira pero en ómnibus, por no haber vuelos de San Juan a Bariloche. El regreso a Buenos Aires fue también en avión y Agustín vino de San Juan a vernos nuevamente. A principios de agosto emprendimos el regreso a Suecia.
El Ek-Sky era un buque que se estaba acercando a los 25 años de vida y nuestro armador ya había firmado contrato con el astillero Jangnan en Shanghai para construir dos buques nuevos. En febrero del año 1998 y estando en Tallinn, tuvimos la vista de un grupo de personas interesadas en comprar el Ek-Sky y poco tiempo después nos informó la compañía que había vendido el buque a una empresa canadiense. La venta del buque significó una buena carga extra de trabajo, preparando inventarios y luego entrando a dique seco para la inspección del casco. Además hubo que lavar los tanques de carga y esa tarea no la pudo hacer la tripulación sola; hubo que contratar una firma finlandesa con los recursos adecuados. Me tocó estar embarcado durante ese período, que fue agotador pero una buena experiencia para mí. El buque se entregó en marzo y me quedé sin comando pero la compañía quiso mantenerme y realicé diversos trabajos de oficina desde casa además de algunas inspecciones a la espera del momento adecuado para viajar a China y participar en la supervisión de la construcción de los buques nuevos, de modo que a partir de entonces estuve largos períodos en casa.
Después de la linda experiencia anterior en Storlien decidimos hacer un nuevo viaje a fines de enero de 1999, también alquilando una cabaña, pero esta vez me decidí por aprender a esquiar en lugar de ser mero observador y congelarme. Como viajamos fuera de temporada había muy poca gente y ningún curso grupal para mí, de modo que les pedí a las chicas que me explicaran los principios básicos. Sorprendentemente aprendí enseguida y pronto me largué por las pistas fáciles. Cometí pocas torpezas y no sufrí ningún daño aunque sí unos cuantos moretones. Ese año hizo mucho frío y había días en que solo podíamos estar períodos cortos en las pistas. Me encantó la experiencia y nuevamente decidimos volver en otra oportunidad.